Se fabrican eunucos: el reclamo al que acudió un hombre que acabó castrado por dos falsos cirujanos
La víctima, que llegó desangrándose al hospital, había contactado con los dos agresores a través de una página web. Ambos han sido detenidos
Un hombre de 28 años ingresó a mediados de mes en un hospital de Oklahoma con una herida casi tan terrible como su relato: sangraba por la entrepierna y afirmaba que dos hombres le habían amputado los testículos el día antes en una cabaña perdida en las montañas.
Los médicos disponían de una prueba de que el herido estaba en lo cierto: perdía sangre con profusión, pero fueron los ayudantes de un sheriff los que, al día siguiente, hallaron evidencias aún más contundentes en el lugar que les refería: en la cabaña encontraron un frigorífico en cuyo interior había una bolsa con lo que les pareció eran testículos congelados.
Una parte de las circunstancias que rodean a este caso no han trascendido. Se sabe que la víctima, de quien no se ha dado la identidad, cogió un avión desde el Estado de Virginia hasta Dallas (Texas) y desde allí lo trasladaron hasta el Estado de Oklahoma. Lo relata el diario The Oklahoman citando una declaración jurada del hombre. Aseguró que se había puesto en contacto con Bob Lee Allen, un hombre de 53 años, a través de un sitio web en el que buscaba información sobre castración. El sitio web, que requería estar registrado para acceder a él, mostraba un mensaje de bienvenida que parecía no llevar a demasiado engaño: "From theEunuchMaker and the EM Crew" (de parte del Fabricante de Eunucos y su equipo").
Allen le dijo al hombre que contaba con más de 15 años de experiencia y que no le iba a costar nada la cirugía, afirmó este en su declaración jurada. El 12 de octubre, el supuesto cirujano le ubicó en una mesa de operaciones improvisada. Su ayudante Thomas Evans Gates, de 42 años, lo ayudaba con el instrumental. Dos horas duró la intervención, durante la que la víctima estuvo consciente, solo anestesiado "en las partes del cuerpo necesarias", según su relato.
Cuando acabó la carnicería, Allen le dijo a su víctima que se iba a comer esas partes y se rio afirmando que era un caníbal. Siempre según la declaración jurada, Allen habló de que había operado a otro tipo, que estaba loco, y que lo dejó abierto para que se muriera por la noche. Seis personas más en su macabra lista tenía el presunto doctor para castrarlos, según el testimonio del superviviente. Luego, le enseñó fotos en su móvil de un congelador con partes de cuerpos amputadas.
Al día siguiente, el hombre operado sangraba. Perdió un momento el conocimiento. Aunque Allen le había advertido de que no habría "nada de morgues ni salas de emergencias" y de que lo arrojaría al bosque si se desmayaba o moría, lo terminó llevando junto a su compañero Gates al hospital de McAlester (18.300 habitantes). Eso sí, le advirtió de que dijera allí que el estropicio se lo había hecho él mismo, según les relató la víctima a los médicos. También les aseguró que los dos hombres lo habían invitado a participar en actos de canibalismo.
La policía del condado de Le Flore recibió la llamada del centro médico: el herido les había dado la dirección de la cabaña. El día 15, una vez obtuvieron la orden de registro, los agentes se presentaron en el lugar.
"[El hospital] nos dijo que tenían [un caso] de intervención médica practicada probablemente por unos individuos que no contaban con licencia", relató el sheriff del condado de Le Flore, Rodney Derryberry, a los periodistas el pasado día 20. "Encontramos pruebas de que se habían podido cometer delitos, quizá cirugías". Según el diario The Oklahoman, se toparon con una bolsa de plástico dentro de un congelador en un dormitorio: parecía contener testículos congelados.
Ni Allen ni Gates estaban allí en el momento del registro. Sorprendentemente, habían ido al hospital a visitar a la víctima. Allí los agentes los detuvieron y ahora se enfrentan a cargos por práctica ilegal de la cirugía, mutilación, asalto y agresión con arma peligrosa, además de otro delito menor por no enterrar debidamente los restos extirpados.
En la cabaña, los agentes hicieron acopio de ordenadores portátiles y discos duros que están siendo analizados por el FBI y otras agencias federales. Según el sheriff, la policía no ha podido determinar en el momento de la rueda de prensa si la siniestra pareja había cobrado dinero de la víctima, pero confirmó la existencia de la página web de contacto. Preguntado por una periodista si el acto formaba parte de algún ritual o culto, Derryberry respondió: "No puedo decir que lo sea. Esto es algo con lo que jamás me había topado en casi 30 años de trayectoria", para añadir que estaban investigando si había otras víctimas del dúo de falsos cirujanos.
La víctima ha evolucionado bien tras serle practicadas, ahora ya bajo estricto control médico, varias cirugías, aseguró el sheriff, que apuntó que los detenidos eran pareja. Sí confirmó que llevaban viviendo dos años, de manera discontinua, en una cabaña solo rodeada de "una o dos propiedades". La residencia está ubicada al sur del condado de Le Flore, en el este de Oklahoma y colindante con el Estado de Arkansas. Los dos hombres tienen otra casa en Texas, donde la policía local también ha iniciado una investigación.
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