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El misterio de la supuesta paella con cannabis que intoxicó a 10 personas en Lanzarote

El apoderado del local donde se sirvió el plato cree que pudo ser una broma de los propios afectados “que se les fue de las manos”

Una paella lista para servir.
Una paella lista para servir. Matthias Lemm (Pixabay)

Zakaria Mohamed Dris, director de la autoescuela que lleva su nombre en Arrecife (Lanzarote), y la decena de alumnos que asistían al curso intensivo de teoría y práctica para la obtención del carné de carretilla elevadora y camión pluma, decidieron hacer un alto para ir a almorzar el pasado día 11. Apetecía una buena paella. Horas después acabarían en el hospital por consumo involuntario de cannabis. Supuestamente había sido añadido al plato.

“La paella estaba buenísima”, asegura el propio Zakaria. Tanto que repitió hasta dos veces. Y una vez se la terminaron, se marcharon del local, la cervecería Mojitos. Poco después empezaron a sufrir mareos, agitación y taquicardias. Llamaron a los servicios de emergencia y hasta tres ambulancias se llevaron a ocho de los afectados al Hospital Doctor José Molina Orosa de la ciudad, donde dos de ellos quedaron ingresados en urgencias hasta el día siguiente. La sorpresa llegó cuando se enteraron de que la analítica que les realizaron reveló que habían ingerido marihuana sin saberlo.

Para ellos no hay dudas: la droga era un ingrediente de la paella, y así lo han hecho constar en las denuncias que han interpuesto ante la Policía Nacional, que se encuentra investigando lo sucedido. Mientras, el concejal responsable de Policía Local del Ayuntamiento de Arrecife, Alfredo Mendoza, explica que el mismo día de los hechos, agentes del cuerpo policial de la capital lanzaroteña precintaron la cocina (mientras el resto del local permaneció abierto), tomaron declaraciones al personal y comprobaron los permisos que poseía. “Tenían la factura de compra de los productos, y el cocinero, el carnet de manipulación de alimentos. En cuanto a la licencia, estaban en fase de tramitación para la cocina”, detalla.

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Tras la actuación policial, los inspectores del departamento de Salud Pública del Gobierno de Canarias acudieron el lunes al local. “Analizaron los ingredientes con los que se hizo la paella y no vieron nada extraño”, señala la directora del Área de Salud de Lanzarote, Noelia Umpiérrez, quien añade que el precinto fue levantado el martes. En todo caso, la visita de los inspectores no resultó inocua. Al no contar con autorización para servir comida (servicio que afirman empezaron a prestar a principios de año) el establecimiento se enfrenta ahora a una sanción que oscila entre los 3.000 y los 15.000 euros.

 El cocinero, “hundido”

El apoderado del local —que prefiere no dar su nombre— rechaza que la paella llevara ninguna sustancia estupefaciente. Relata que después de 15 años abiertos, jamás han tenido problemas, “y menos de esta índole”. Señala que fueron ellos mismos los que propusieron a la policía que precintara el arcón donde estaban los alimentos, y que los inspectores “que se llevaron especias y muestras de todo”, no encontraron nada. El personal ha ido a declarar a la comisaría, incluido el cocinero, que se encuentra anímicamente “hundido” —cuenta el apoderado— al no encontrar explicación a lo ocurrido.

El local está repleto de cámaras, que grabaron lo que pasó ese día. Las de la cocina registraron la elaboración de la paella de principio a fin, y el responsable del bar las visionó junto con los agentes de la Policía Judicial. Dice que no vieron nada extraño en ellas. ¿Y las cámaras que apuntan hacia la mesa? “Muestran mucho movimiento entre los comensales, se levantan, se sientan, se levantan, se sientan… se quedaba una parte de ellos sentados, se levantaba otra parte… así ininterrumpidamente”, detalla el responsable del establecimiento, para a continuación hacerse preguntas: “¿Quién me dice que no fue alguno de los comensales para hacer una gracia y se le fue de las manos? ¿O qué hicieron antes de entrar al local? ¿Y después?”. Está decidido a llegar hasta el final para pedir responsabilidades “a quien sea”, asegura. “Que salga a la luz” la verdad de lo ocurrido con la misteriosa paella. Todas las hipótesis están abiertas.

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