Detenida una banda de ladrones en Granada que empotraba tractores contra sus objetivos

Matar moscas a cañonazos o robar cajeros automáticos con máquinas retroexcavadoras. Dos frases que tienen el mismo sentido pero que, en el caso de la primera, es solo un dicho, y en el de la segunda, es algo tan real como la vida misma. La Guardia Civil de Granada ha detenido a una banda de once personas que se había especializado en robar por el método del alunizaje (empotrar un vehículo sobre el lugar que se pretende asaltar) cajeros automáticos y gasolineras. La excepcionalidad del caso viene por los vehículos utilizados, que no eran coches al uso o cuatro por cuatro, sino tractores y máquinas excavadoras.

Estos casos de alunizajes extremos comenzaron en diciembre del año pasado y han seguido ocurriendo hasta esta misma semana en diversos pueblos de la comarca del Altiplano granadino, entre las localidades de Baza y Guadix. Según un portavoz de la Guardia Civil, la banda ya detenida estaba conformada por 11 personas que vivían en Baza (al noreste de la capital, a una hora de distancia) y que, según todos los indicios, han usado este método al menos en cuatro ocasiones. En la primera, los ladrones sustrajeron un tractor que estaba en una nave agrícola en las cercanías del pueblo de Villanueva de las Torres (582 habitantes) y lo condujeron hacia una gasolinera cercana. Allí, tras arramblar la fachada de la gasolinera con el tractor, se hicieron con 2.500 euros de un cajero automático que había en el local. El vehículo del delito y el cajero, que también se habían llevado para vaciarlo más tranquilamente, fueron abandonados en las cercanías del lugar del robo y encontrados por los agentes. Esto ocurrió el 8 de diciembre.

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Diez días después, con un instrumento un poco más sutil, una furgoneta, cometieron su segundo delito. La banda condujo esa furgoneta, que antes habían robado en un pueblo cercano de la provincia de Almería, hasta Freila (918 habitantes), a veinte minutos de su lugar de residencia. De nuevo, el objetivo fue una gasolinera y contra su fachada volvieron a estrellar el vehículo. El alunizaje se zanjó, según la Guardia Civil, con otros 2.500 euros que había en la máquina de tabaco y en una máquina recreativa. La furgoneta fue igualmente abandonada no muy lejos del lugar de los hechos junto con las dos máquinas, ya esquilmadas.

Con la llegada del año nuevo siguieron los robos. El tres de enero de 2020 se alejaron casi una hora de su vivienda y se desplazaron a Morelábor, con 607 habitantes. Este robo tuvo dos fases. El primer día robaron un tractor y una pala retroexcavadora de grandes dimensiones que escondieron oportunamente. La segunda fase tuvo lugar al día siguiente. La banda volvió, se montaron en sus máquinas y arrasaron un cajero automático. Se desconoce la cuantía robada en esa ocasión.

Finalmente, a la cuarta fue la vencida para los agentes que se ocupaban del caso. En Dehesas de Guadix, con 419 habitantes, volvieron a repetir la operación de alunizaje extremo pero poco después de concluir su robo, fueron arrestados. Ahora, la operación Rumba, como la ha denominado la Guardia Civil, ha concluido y los once miembros de la banda están acusados de cinco delitos de robo con fuerza —los cuatro alunizajes más el robo de una de las máquinas que incluyó mucha violencia— y de cuatro de hurto de vehículos a motor.

En todos los casos, los delitos han tenido lugar en pueblos pequeños, siempre de menos de 1.000 habitantes, agrícolas y rodeados de caminos y naves agrícolas. La Guardia Civil considera que la banda ha elegido esta localización para sus fechorías por esas especiales características rurales, de caminos sin tránsito y mucha maquinaria disponible. Los detenidos, explica un portavoz de las fuerzas de seguridad, recorrían sus carriles y caminos localizando las naves donde estaban los tractores y la maquinaria que luego robarían. Los robos de esta maquinaria siempre ocurrían en las cercanías del lugar donde iba a ocurrir el alunizaje. Al fin y al cabo, no son vehículos que se puedan conducir muchos kilómetros sin llamar la atención de los habitantes del lugar. Desde ayer, tras la captura de la banda, los habitantes del altiplano granadino descansan sabiendo que no se van a levantar cada madrugada con una fachada reventada.