Una gallega acusada de yihadismo alega que se “enganchó” a ver contenido radical con el móvil
Lucía Expósito Cao supuestamente quería emular en Santiago el atentado de Barcelona de 2017
“No sé a qué se dedica el Daesh [siglas en árabe del autodenominado Estado Islámico] porque no vivo allí, en Siria o Irak”. “Es que no los conozco”. “No me acuerdo”. Las evasivas de Lucía Expósito Cao, que contaba 45 años cuando fue detenida el pasado verano, han resultado diversas, pero todas han ido encaminadas en la misma dirección: negar las acusaciones de la Fiscalía, que la ha sentado este martes en el banquillo de la Audiencia Nacional por un supuesto delito de autoadoctrinamiento yihadista. Las fuerzas de seguridad le encontraron cientos de imágenes y documentos con contenido radical, pero ella ha repetido que los guardaba, simplemente, porque se “enganchó” a navegar en el móvil. “En un momento me sentí sola y empecé a buscar y a buscar... Pero no me acuerdo qué estaba buscando concretamente”, ha afirmado en el arranque del juicio, donde ha añadido: “Pienso que en algún momento nos enganchamos al tabaco, a las drogas... Yo me enganché al móvil”.
El relato de Cao contrasta con el de los investigadores y la Fiscalía, que hallaron miles de fotos y vídeos sospechosos en sus dispositivos electrónicos y redes sociales, además de manuales para llevar a cabo acciones terroristas. Entre ellos, las instrucciones del Estado Islámico (Isis, por sus siglas en inglés) para cometer atropellos masivos. Un testigo protegido, a su vez, ha manifestado que la gallega le desveló que quería emular en Santiago de Compostela el ataque de Las Ramblas de Barcelona del 17 de agosto de 2017. Pretendía hacerlo el 25 de julio, coincidiendo con la celebración del Día de Galicia, fiesta autonómica: “Buscó modelos de furgonetas e hizo consultas relativas al mapa de la ciudad”, asevera el ministerio público, que pide que la condenen a dos años de cárcel y a otros dos de libertad vigilada.
Pero en su escrito de conclusiones provisionales la acusación pública va más allá. Describe a la acusada como defensora de una “versión desviada y radical del islam” que “justifica el uso de la violencia contra los que considera no verdaderos creyentes”. “Ella nos dijo que era del Daesh. Nos dijo que eso no es un delito, que la que ha empezado la guerra es la cristiandad y que tienen que defenderse”, ha explicado este martes uno de los agentes que participó en su arresto.
Entre las pruebas esgrimidas contra Cao también se ha expuesto en el juicio que llegó a colocar en su cuenta de Facebook la bandera del Isis e intentó entablar relación con militantes de la organización terrorista: “Los buscaba a través de las redes sociales, enviándoles peticiones de amistad. Remitió, incluso, una carta a un centro penitenciario para tratar de contactar con una persona que creía que era miembro de Daesh”, dice el ministerio público, que añade: “La acusada sufre una alteración de la personalidad con rasgos preponderantes de excentricidad y extravagancia, con predominio de la esfera esquizotípica, además de rasgos paranoides y esquizoide”.
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