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FUERA DE PROGRAMA | JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La vergüenza de pedir el voto

No estaría mal que alguien pidiera perdón. No solo por repetir elecciones, sino por emplear maneras que luego se multiplican en bares y campos de fútbol

Javier Rodríguez Marcos
Representantes de los partidos visitan el plató de TVE en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo.
Representantes de los partidos visitan el plató de TVE en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo.David Fernández (EFE)

Uno de los momentos más divertidos de Abril, la película de Nanni Moretti sobre la campaña italiana de 1996, tiene lugar cuando el actor y director se dirige al televisor de su casa durante un debate y suplica al candidato del antiguo Partido Comunista: “D'Alema, di algo de izquierdas”. Esta noche habrá millones de espectadores haciendo el Moretti durante el debate a cinco. Dado el miedo al género de algunos candidatos y la rigidez del formato en España, por momentos el show parecerá el zapping de cinco mítines. Pero no lo será. Por eso los protagonistas de la gran noche harían bien en tener en cuenta el aviso de Christopher Hitchens: “La gente como masa tiene muy a menudo una inteligencia inferior a la de sus partes integrantes”. Uno se imagina el clamor de un polideportivo y entiende el afán por asaltar los cielos, dividir el país en dos bloques —casta y ETA— o prometer la campanada, la reconquista y el pleno empleo. También a Woody Allen le entraban ganas de invadir Polonia cuando escuchaba a Wagner. ¿Cómo no vas a verte entrando el primero en la meta de La Moncloa si te hacen el pasillo y ponen a todo trapo la enésima clonación de Carros de fuego?

Cosa bien distinta ha de ser el silencio del Pabellón de Cristal de la Casa de Campo. Allí las palabras huecas retumban el doble. Balzac, que escribió una comedia humana para contraponer a la divina —dantesca por definición—, lo tenía muy claro: el alma de cada uno es su IRPF. Lo mismo cabría decir de su idea de patria o de democracia. Estaría bien que los candidatos evitaran las abstracciones, las generalizaciones y las grandes palabras. No va a sonar Vangelis. Entre los poetas corre el perturbador consejo de que en un verso es mejor la palabra manzana que la palabra soledad. En política es preferible oír hablar del precio de las manzanas. Solo así podremos pedir cuentas luego.

Tampoco estaría mal que alguien pidiera perdón. No ya por llevarnos a otras elecciones —prohibido decir fueron ellos— o por lo que prometieron y no cumplieron —prohibido decir mercados, Bruselas—, sino por emplear en horario pseudoinfantil maneras que luego se multiplican en los bares y en los campos de fútbol. El minuto de oro del debate de portavoces del viernes pasado no fue ese típico final precocinado mirando a cámara sino el momento en que Gabriel Rufián pidió disculpas a Inés Arrimadas por referirse a Ciudadanos como “estos”. ¿El minuto dorado oficial? A estas alturas del partido es el minuto de la basura. Tal vez Irene Montero inaugurase ese mismo día un subgénero nuevo al leer el cuadrante de una trabajadora. Aunque cinco cuadrantes serían demasiados, tendría gracia que Pablo Casado leyera el de Florentino Pérez. El cierre más creíble sigue siendo, no obstante, el que Juan María Bandrés usó en unas europeas: “Me da mucha vergüenza, pero os tengo que pedir el voto”.

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Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.

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