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Vox intenta motivar a su militancia con un macromitin en Madrid

Abascal espera llenar este domingo con 12.000 seguidores su Vistalegre II

Miguel González
El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso.
El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso.OSCAR DEL POZO (AFP)

A cinco semanas de la cita con las urnas, Vox intentará movilizar este domingo a su desmotivada militancia con un macromitin en Madrid. Si hace un año, el partido ultra logró llevar a 10.000 personas al Palacio de Vistalegre, en el madrileño barrio de Carabanchel, esta vez quiere llegar a 12.000, ampliando aforo. “Plus Ultra” (Más allá), la frase que figura en las columnas de Hércules del escudo de España, es el lema escogido para el acto.

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Vox quiere trasladar la imagen de que conserva intacta su capacidad de arrastrar multitudes: solo 24 horas después de que estuvieran disponibles en Internet, el partido aseguró que se habían agotado las localidades, aunque reserva más de un millar para entradas de última hora. Desde Cádiz, Sevilla, Murcia o Valencia se han fletado decenas de autobuses, que saldrán durante la próxima madrugada: los simpatizantes de Vox pagan entre 18 y 30 euros, más el bocadillo, para un viaje de ida y vuelta en el día con escala de unas pocas horas en Madrid.

Aunque el partido ultra ya está en las instituciones y recibe cuantiosas subvenciones públicas, sus responsables han aprovechado el mitin para organizar una colecta por Internet con el objetivo de recaudar 150.000 euros: más del doble del coste que tuvo el año pasado el acto de Vistalegre y la misma cifra que, según sus responsables, gastó Vox en la campaña a las elecciones andaluzas de diciembre de 2018.

La situación, sin embargo, es muy diferente a la de hace un año: Vox ya no es el partido de moda cuyo techo electoral constituía una incógnita. Sus ambiciones ante el 10-N son mucho más modestas: el secretario general del partido, Javier Ortega Smith, reconocía este viernes en TVE que vería bien “consolidar” los 24 escaños que tuvo el 28 de abril. Todas las encuestas le dan por debajo.

Aunque los votos de Vox fueron decisivos para formar los gobiernos regionales de Andalucía, Murcia o Madrid y el Ayuntamiento de la capital, al final tuvo que conformarse con apoyar al PP y Ciudadanos desde fuera sin lograr entrar en los ejecutivos como pretendía. La decisión de presentar un solo candidato al Senado por circunscripción, invitando a sus electores a compartir el voto con otros aspirantes del PP y Cs, hace poco creíbles sus esfuerzos por diferenciarse de los otros partidos de derechas y abona la estrategia del voto útil que abandera Casado.

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A ello se suma el goteo de deserciones en sus organizaciones territoriales, fomentadas por el hecho de que las listas se confeccionen verticalmente desde Madrid. La última fuga, y más sonada, ha sido la de la exdiputada por Baleares Malena Constantí, quien acusó a su partido de “homofobia y extremismo”. En lo que no ha cambiado Vox, pese a estar ya en las instituciones, es en su práctica de vetar periodistas. La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha condenado que se impida el acceso al mitin del domingo a los periodistas del digital El Plural.

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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