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Ciudadanos suaviza su no a Sánchez

Su prioridad será un acuerdo con el PP tras el 10-N, pero la dirección contempla que el partido facilite la gobernabilidad en caso de bloqueo

Elsa García de Blas
Inés Arrimadas y Albert Rivera, esta semana en Vic (Cataluña).
Inés Arrimadas y Albert Rivera, esta semana en Vic (Cataluña).EFE

En una repetición electoral casi todo es lo mismo, pero nada es igual. Aparentemente, apenas habrá cambios en el planteamiento de Ciudadanos para la convocatoria del 10 de noviembre: no se modificarán las listas —los huecos de los dos críticos dimitidos en julio que eran diputados, Toni Roldán y Paco de la Torre, se ocuparán corriendo el orden— ni la estrategia, ya que Albert Rivera reeditará la confrontación con Pedro Sánchez que le granjeó en abril 57 escaños. La política de pactos de la formación tampoco tiene intención de revolucionarse —Cs sigue apostando por el acuerdo a la derecha, con el PP—, pero el rocoso veto al PSOE con el que se concurrió a las anteriores generales sí ha sufrido una alteración para el próximo 10-N. Aunque oficialmente Rivera mantiene su negativa a pactar con el socialista, el "no es no" es ahora un no suavizado, más flexible.

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Albert Rivera volverá a presentarse en campaña como alternativa antagónica al presidente del Gobierno. Acosado por el PSOE y el PP, que aspiran a morder en su electorado indeciso, el líder de Ciudadanos sacará colmillo para defender su territorio. Pese a la dureza retórica contra el líder socialista, Rivera deberá acudir al 10 de noviembre con una posición menos rígida ante los posibles pactos poselectorales. Primero, porque el clima de enfado e indignación a causa del bloqueo político no aconseja ir a una campaña insistiendo en vetos, pero también, porque su oferta de abstención en los minutos de descuento de la investidura de Sánchez ha creado un precedente.

Aprobar las listas

 La principal evidencia de que el no a Sánchez se ha suavizado es que el comité ejecutivo de Ciudadanos —que se reúne hoy para aprobar las listas y el equipo de campaña— no volverá a solemnizar en una votación la negativa a cualquier acuerdo con los socialistas, como aprobó para las pasadas elecciones de abril. La dirección de Rivera se abstendrá de volver a llevar a debate y votación la política de pactos del partido, según confirman a EL PAÍS fuentes del más alto nivel de la cúpula. No es necesario, explican en el círculo del líder, porque se entiende que el veto aprobado el pasado febrero para la anterior convocatoria sigue vigente, aunque por el camino ese veto saltó supuestamente por los aires con la oferta de la abstención in extremis. De forma significativa, Rivera ha evitado también explicitar una negativa tajante a cualquier acuerdo con el PSOE estas últimas semanas.

Nadie está pensando en un acuerdo de Gobierno con el PSOE, como querían algunos de los críticos que abandonaron el partido —era la tesis de Roldán— sino que, llegado el momento, el partido tenga que recuperar una oferta de abstención similar a la de este septiembre, en caso de que se reedite el bloqueo. “No está encima de la mesa”, apuntan fuentes de la máxima confianza de Rivera que, al mismo tiempo, admiten que sí se contempla que el partido vuelva a desempeñar un papel para facilitar la gobernabilidad. La dirección de Cs sigue, en todo caso, convencida de que no puede entenderse con Sánchez. “Lo que ha sucedido en los últimos meses nos reafirma. El pacto de Navarra [entre el PSN, Geroa Bai y Podemos, con la abstención de Bildu] o el rechazo de Sánchez a nuestra oferta de abstención por no querer comprometerse a no indultar a los líderes del procés, nos ratifica en que no llegaremos a acuerdos con Sánchez, como tampoco con Batasuna o Bildu”, defiende una fuente muy próxima al líder.

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Pero el giro in extremis de Rivera abriendo la puerta al líder socialista ha marcado un punto de inflexión en la estrategia de Ciudadanos. Lo saben también los pocos críticos que continúan en la dirección, más confiados ahora en que el partido no será parte del bloqueo. “¿Alguien se cree que iríamos a terceras elecciones?”, se pregunta uno de estos dirigentes. Tampoco el sector más favorable al acuerdo con el PSOE va a forzar un posicionamiento del partido antes del 10 de noviembre. En la reunión de la ejecutiva de este lunes no se espera un debate por la política de pactos. “No tiene sentido que hagamos una nueva votación, ya nos hemos equivocado una vez, no lo hagamos otra. Cuando tengamos delante los resultados, lo primero será ver qué Gobierno es posible. Y, después, poner por encima de todo el interés nacional”, apunta un miembro de la ejecutiva no oficialista. Mejor dejarlo abierto, por lo que pueda pasar.

Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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