Enredo judicial para hallar al dueño de 4,7 millones

En A Coruña se busca desde hace siete años al ganador de un premio de la Primitiva de 4,7 millones de euros. En 2012 el dueño de una céntrica administración de lotería de la ciudad aseguró que había encontrado de forma fortuita sobre el mostrador el boleto con la combinación ganadora cuando iba a cerrar el establecimiento. Después de que más de 200 personas reclamaran sin éxito el premio, la investigación judicial que se abrió para encontrar al afortunado acaba de dar un vuelco.

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Una de las demandas presentadas por quienes dijeron ser dueños del boleto, custodiado durante este tiempo en una caja fuerte de Loterías del Estado, dio pie a una prueba policial que acaba de desmontar la versión del lotero, Manuel Reija, hasta ahora uno de los firmes candidatos a quedarse con el premio. Los investigadores sospechan que Reija habría ocultado el premio al que consideran el auténtico acertante, un hombre ya fallecido que fue el primero en reclamar el boleto como suyo.

Aunque el lotero sigue defendiendo que halló el boleto sobre el mostrador y que entonces comprobó que estaba premiado, el último informe policial contradice su versión. Con los datos aportados por Loterías del Estado, la Policía ha descubierto que Reija metió la papeleta en la terminal que detecta si la combinación es ganadora a la hora a la que el primer hombre que reclamó el premio dijo que había estado en su administración. En la máquina le saltó este mensaje: “Entregar al cliente. El resguardo es ganador del sorteo del 30 de junio del 2012. Llevar resguardo a la delegación”.

Los agentes afirman que el lotero no siguió las instrucciones y ocultó el premio al acertante. La prueba policial es tardía, ya que pudo haber resuelto el enigma en los albores del caso. Reija niega estas acusaciones y ha pedido declarar en el juzgado porque dice tener “la conciencia tranquila”. El enredo judicial ha puesto en entredicho la actuación de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado por la falta de control sobre el boleto premiado. Se han apreciado además irregularidades en la copia del original que envió a un juzgado de A Coruña.

El boleto ha sido analizado una y otra vez por especialistas en busca de indicios. Con un reactivo químico, la policía científica ha buscado vestigios que ayudaran a descubrir a su verdadero dueño. Se hallaron hasta 11 huellas dactilares sin resultados concluyentes. También se han pedido pruebas de ADN del reclamante fallecido.

Según la reconstrucción policial, el 30 de junio de 2012 la administración número 44 de A Coruña recibió el aviso de que en ella se había sellado de manera automática un boleto de Primitiva millonario y cuatro billetes más que pertenecían al mismo hombre. Tres días después, el primer apostante que reclamó el premio acudió a comprobar sus combinaciones a otra administración, la de Reija, pero se fue sin saber que una de ellas tenía premio millonario. Solo recibió tres euros por una de las apuestas.

Se han celebrado tres juicios sobre el caso y no se ha podido determinar quién es el propietario del boleto. Quedan en tramitación otras cuatro causas, mientras los intereses generados han elevado la cuantía del premio en 6,5 millones. Hasta ahora era el lotero por descarte el que se haría con el dinero, pero si el juez admite la versión policial y concluye que este no actuó de buena fe, el bote podría acabar en otro sorteo.

El desenlace del caso sigue abierto y con muchos interrogantes. No se sabe, por ejemplo, por qué el asunto se mantuvo en secreto casi año y medio sin que nadie buscara al acertante a través de las grabaciones de la cámara del centro comercial donde se selló la Primitiva o la secuencia de datos aportados por Loterías del Estado que ahora ha desmontado la versión del lotero.