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El último atraco de los sexagenarios Patricio y Manolo con su pistola plateada

La Guardia Civil detiene en un pueblo de La Rioja a dos delincuentes con antecedentes desde los años 80 cuando estaban a punto de asaltar su cuarto banco desde febrero

Detención de uno de los sospechosos, en una imagen de la Guardia Civil.Foto: atlas
Óscar López-Fonseca

La experiencia es un grado..., pero no da impunidad. La Guardia Civil ha informado este martes de la detención el pasado 8 de julio como presuntos autores de cuatro atracos, uno de ellos en grado de tentativa, de Patricio M. A. y Manuel F. A., Manolo, dos veteranos delincuentes de 60 y 64 años respectivamente que cuentan con más de diez antecedentes cada uno por hechos similares. En el caso de Manolo, sus primeros arrestos se remontan a los años 80, cuando era un veinteañero y los botines de los asaltos aún eran en pesetas. Una de las pistas que ha llevado a la última detención de los dos atracadores ha sido la característica pistola que utilizaban siempre para intimidar a las víctimas, de pequeño tamaño y un llamativo color plateado, según detallan a EL PAÍS fuentes de la investigación. Patricio estaba cumpliendo condena por hechos similares en régimen de semilibertad, y aprovechaba sus salidas del centro de inserción social (CIS) de Zaballa (Álava) para supuestamente preparar y cometer los asaltos a las entidades financieras. En los últimos seis meses habían conseguido un botín superior a los 90.000 euros.

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Hasta el momento, los investigadores consideran a Patricio y Manolo responsables de los atracos cometidos en febrero en Sartaguda (Navarra), en marzo en Corrales del Vino (Zamora) y en mayo en Mota del Marqués (Valladolid), así como el que evitó en el último momento la Guardia Civil con su arresto en El Villar de Arnedo (La Rioja). En todos ellos el modus operandi era muy similar y además se utilizaba siempre la peculiar arma de fuego. A ello se unía que uno de los atracadores, que luego fue identificado como Manolo, era muy corpulento, lo que permitió a los agentes relacionar todas las acciones. Las cámaras de seguridad mostraban como en los tres atracos cometidos siempre accedía a la entidad en primer lugar Patricio, disfrazado con peluca y gafas. Una vez en el interior sacaba la pequeña pistola e intimidaba a los clientes y empleados, y facilitaba el paso a su compinche, ya cubierto con pasamontañas y guantes.

En un primer momento los dos atracadores intentaban hacerse con el contenido de la caja fuerte de la sucursal y, si esta estaba bloqueada, se conformaban con lo que había en la caja para los movimientos del día. Con el dinero ya en su poder, Patricio y Manolo quitaban a todas las víctimas el DNI y las amenazaban con represalias si avisaban a la Guardia Civil antes de una hora. Posteriormente abandonaban el lugar a bordo de un vehículo de su propiedad, al que habían cambiado las matrículas por otras que sustraían poco antes del atraco en la zona. Tras reponer las placas originales regresaban a Bilbao, donde residía Manolo.

Con los indicios aportados por las imágenes, agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Judicial de las comandancias de Valladolid y Zamora, pusieron en marcha la Operación Praedova (del latín praedo, asaltante) que, semanas después, centraba sus pesquisas en la pareja de atracadores, a uno de los cuales, Manolo, la UCO ya había detenido por hechos similares en 2010. Los seguimientos permitieron comprobar cómo planificaban al detalle los asaltos. Los agentes pudieron constatar cómo ambos se desplazaban en vehículos de su propiedad o de personas de su entorno a localidades pequeñas de provincias cercanas al País Vasco para elegir una sucursal a asaltar. Durante los seguimientos los agentes observaron cómo realizaban vigilancias en entidades bancarias de al menos cinco localidades hasta que, finalmente, se decantaron por la de El Villar de Arnedo al considerar que era la más fácil.

"Elegían siempre objetivos situados en localidades pequeñas, con poco trasiego de gente y, sobre todo, con un rápido acceso a una carretera principal", detallan fuentes de la investigación, que añaden que no entraban en las sucursales: "Suponían que en este tipo de entidades las medidas son similares y no lo consideraban necesario". Así, el pasado lunes 8 de julio, aprovechando que Patricio no tenía que reingresar en el CIS donde cumplía condena hasta la noche, ambos se desplazaron en un vehículo Citroën hasta El Villar de Arnedo. Tras cambiar al automóvil las placas de matrícula, como hacían habitualmente, y una vez ya caracterizados con pelucas y pasamontañas, se dirigieron a primera hora de la mañana a la entidad financiera de la localidad.

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No llegaron a entrar. A escasos metros de la sucursal, agentes de la Unidad Especial de Intervención (UEI, los geo de la Guardia Civil) los arrestaron. En poder de Patricio se encontró la pequeña pistola plateada que habían usado en los tres atracos anteriores. Manolo no tardó en identificar entre los agentes a los que nueve años le habían detenido por hechos similares. El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Valladolid, que dirige la investigación, ordenó poco después el ingreso en prisión de ambos.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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