El dueño del pozo donde murió Julen, a un paso del banquillo por homicidio
La instructora ve indicios de criminalidad porque el dueño de la finca no tapó el agujero por el que cayó el menor
La titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, Elena Sancho, ha dictado este miércoles el auto que transforma en procedimiento abreviado la causa que seguía por la muerte el 13 de enero del niño Julen Roselló en un pozo de Totalán (Málaga) y, con ello, da el primer paso para sentar en el banquillo a David Serrano, propietario de la finca. La magistrada propone juzgar a Serrano por un delito de homicidio por imprudencia grave al considerar que era conocedor de que el agujero por donde cayó el menor “se encontraba al descubierto sin estar protegido”.
El dueño de la finca ha sido el único llamado a declarar como imputado en el caso que busca aclarar las circunstancias en las que murió el pequeño Julen, de dos años. Serrano había dado ya explicaciones ante los medios de comunicación: pretendía plantar aguacates y mangos en la finca y, por eso, abrió dos pozos durante diciembre del año pasado para buscar agua. También dijo que los tapó y que no volvió a la parcela hasta el día que cayó el niño.
Ante la juez, Serrano aseguró que aquella jornada advirtió a su pareja y a los padres de Julen de la presencia de un agujero en la finca. Y que lo hizo en el momento en el que estaban llegando al terreno para comer una paella. Además, explicó que había tapado el pozo con dos bloques de hormigón para evitar accidentes y que jamás pensó que una persona pudiera caber por el orificio, de apenas 25 centímetros de diámetro. Sin embargo, su versión es diferente de la de quienes le acompañaron aquella jornada. Su novia y los progenitores del niño contaron que no fueron advertidos del riesgo. “Si llego a saber que hay pozos abiertos, cojo a mi niño y me voy”, contó Victoria García, madre de Julen, ante la juez.
También declaró Antonio Sánchez, quien ejecutó la prospección, y explicó lo mismo que había dicho a la Guardia Civil en enero: que realizó el sondeo y, al no encontrar agua, desarrolló una serie de maniobras para tapar el pozo.
La autopsia reflejó que el menor murió como consecuencia de la caída. “Fue por precipitación”, reflejaba. Los especialistas concluyeron que durante la caída Julen sufrió dos traumatismos como consecuencia del golpe con uno de los salientes de las paredes del pozo. Es a lo que intentó agarrarse la defensa de Serrano, abriendo la posibilidad de que esos traumatismos hubieran sido causados por la piqueta que usaron los bomberos para intentar rescatar al niño. Pero la misma autopsia descartó esa posibilidad.
La juez da ahora un plazo de 10 días para que las acusaciones personadas soliciten la apertura de juicio oral y formulen los escritos de acusación o el sobreseimiento de la causa. Recientemente, la Fiscalía ofreció a la Junta de Andalucía reclamar los 700.000 euros que costó el operativo que, tras 13 días de trabajo, permitió rescatar el cadáver de Julen.
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