“Me gustaría repetir como ministro de Ciencia”
El número 1 por Alicante reconoce que es un "papá raro" y admite que no sabe si se aburrirá en el escaño si le toca ir a la oposición
El icono del grupo de WhatsApp de los colaboradores de Pedro Duque (Madrid, 56 años), ministro de Ciencia, es la mítica portada de Tintín en el espacio. El nombre, Astroduque, como el alias de Twitter del titular de la cartera. Hasta la corbata que ha elegido hoy el jefe está cuajadita de planetas. Difícil resistirse a las metáforas espaciales con el candidato que va de número 1 por Alicante, la provincia autoproclamada como "la millor terreta del mon" por sus nativos. Duque, el ministro astronauta, ha estado a 450 kilómetros más arriba en vertical de donde nos encontramos. Fue en 1998, con el difunto John Glenn, leyenda de la NASA. Glenn era el más viejo de la misión. Duque, el más joven. Ha llovido desde entonces. Y el mundo ha dado unas cuantas vueltas. Pero Duque sabe que somos un accidente. O esa es la sensación que transmite.
¿Conoce Alicante. ¿Le hace una horchata en la Explanada?
He pasado por allí y tendré que ir, por supuesto. En Alicante me han acogido muy bien y nadie me ha echado en cara no ser de allí, porque ya estoy muy puesto en casi todas sus problemáticas.
¿Ha leído el libro 'Lo que hay que tener', de Tom Wolfe?
¿Cuál? Ah, sí, The Right Stuff. No, ni he visto la película ni he leído el libro porque a John Glenn le da muchísima rabia ese libro, no le gustaba nada cómo está planteado el tema.
Wolfe habla de lo que hay que tener para ser astronauta. A toro pasado, ¿cree que tenía lo que hay que tener para ser ministro?
Bueno, valor sí que había que tener para meterse a la velocidad que tuvimos que decidir si entrar o no. Y bueno, luego se ha ido viendo si teníamos o no lo que hay que tener para hacer de ministros. Creo que nos hemos adaptado más o menos bien todos. Y yo me encuentro bastante satisfecho de cómo lo he hecho.
¿Se le ha hecho corto?
Sí. Pero no porque me haya gustado esto tanto o más que ser astronauta, sino porque había muchas cosas que hacer y no nos ha dado tiempo. Se ponen legislaturas de cuatro años por algo.
O sea, que le gustaría repetir.
Sí, me gustaría mucho, porque he visto que se pueden hacer muchas cosas. Estoy muy orgulloso de lo que hemos conseguido, por lo tanto, querríamos continuar porque creemos que estamos haciendo un servicio positivo al país, no por otra cosa.
¿Y si le toca ir a la oposición? ¿Se le hará larga la legislatura?
No tengo experiencia en saber cómo se me iba a hacer o no de larga. No he trabajado nunca con el máximo honor de una democracia, que es ser elegido por el pueblo. Como ministro, me han entrado muchas ideas de leyes que hay que cambiar en España. Mucha regulación que hay que simplificar para llegar a acuerdos, por ejemplo. Si me toca banquillo, lo voy a aprovechar, pero no le puedo decir si me voy a encontrar a gusto o no, porque no lo sé.
Esa sinceridad no abunda entre políticos. No ha cogido vicio.
Bueno, es que acabo de llegar.
Es la primera vez que hace campaña. ¿Eso se estudia?
Hay que entender que lo que la gente está esperando es que uno le arregle sus problemas, y es totalmente legítimo. Los que hemos estado en el Gobierno tenemos la dificultad añadida de que no vamos a proponer nada que no sea factible dentro de las estructuras de España y del tiempo que tenemos.
¿No va a vender motos?
No tenemos más remedio que prometer solo las cosas que sabemos que vamos a poder hacer.
¿A qué tiene vértigo alguien que ha estado a 450 kilómetros de altura?
Bueno, el vértigo lo da la fuerza de la gravedad. Entonces, si te asomas a una barandilla, también tienes un poquito de aprensión. Una vez que sabes que la barandilla es dura, empujas, compruebas la flexibilidad y luego ya te asomas. Tengo vértigo de ingeniero.
Hablaba de vértigo en la vida.
Esto me ha dado bastante impresión. Sobre todo la responsabilidad tan grande de estar en el Congreso intentando que se refrende una ley en la que tú crees. Estar ahí, en el sitio de la verdad, donde están todos los representantes del pueblo, impresiona.
¿Cómo han sido sus 10 meses en el Gobierno?
Han sido frenéticos de actividad. Un beber de la manguera de incendios, que dicen los americanos, porque he tenido que aprender cantidades de cosas relativas a cómo se hacen las cosas, qué se puede y qué no se puede hacer. Y también ha sido un poco frustrante ver cómo en el Congreso no se habla tanto de la sustancia de los asuntos como de meterse con la gente de forma tan burda. Espero que en el próximo haya otra gente más normal, más dialogante, con más respeto y más sentido de la responsabilidad.
Astrofísico, astronauta, ministro. ¿Cómo llevan sus tres hijos su currículo?
Esto último de ministro ha sido otra vuelta de tuerca del papá raro. A lo de no poder estar mucho con la familia ya están acostumbrados.
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