Asturias reduce los focos de fuego a 39 en una dura lucha

Los 139 focos de fuego intencionado en Asturias que iluminaron la noche del domingo al lunes se habían reducido ayer a 39, según los últimos datos oficiales. Mientras uno o varios pirómanos se dedicaron a echar gasolina, centenares de bomberos, militares y voluntarios luchaban contra las llamas en montes casi verticales y en condiciones muy difíciles. Según aseguró en Llardón el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, la amenaza contra la población estaba controlada y la principal preocupación eran las previsiones de viento.

En Llardón, uno de los pueblos del concejo de Cangas, Asturias, todavía no se quitan el susto de encima. Uno de sus vecinos, Alejandro, contó hasta tres focos de fuego consecutivos que iluminaron la noche frente a su casa en una zona muy escarpada. Sentado junto a su familia en el exterior de su vivienda, vieron a la perfección cómo emergían focos de fuego sin ninguna lógica en diferentes partes de la montaña.

En ese momento, de madrugada, llegó a haber hasta 139 focos de fuego en todo el Principado, que poco a poco se redujeron a 47, en 24 concejos, cuando el sol comenzaba a ponerse. De los 47, 39 seguían activos a las 20 horas y de ellos 17 estaban revisión continua. Ocho ya habían sido controlados.

Todo hacía pensar en que poco a poco la situación estaba controlada. Tan solo las previsiones de fuertes vientos evitaron que los mensajes fueran más tranquilizadores.

A última hora de la tarde el de Naves era uno de los que más preocupaba. Se veía desde la carretera que llevaba desde Santander a Cangas de Onis. Una lengua de fuego engullía los árboles, aunque en dirección contraria al pueblo. No era el único pueblo. Había otros 24 concejos en Cangas de Onís, Lena, Llanes, Onís, Parres, Piloña, Salas y Valdés, entre otros.

“Estábamos muy preocupados por los diversos, focos”, explicó ayer el alcalde de Cangas de Onis, José Manuel González. El alcalde y el consejero se acercaron a Llardón poco después de las 17 horas para comprobar de primera mano que el fuego estaba controlado.

Todavía se veían columnas de humo detrás de la montaña y se diferenciaban perfectamente zonas negras desconectadas entre si. “El fuego no salta de esa manera, eso es que lo han quemado deliberadamente”, explica un paisano que prefiere no identificarse, “no vaya a ser que luego vengan aquí”, dice temeroso.

La parte más positiva es que las poblaciones estaban fuera de peligro. “Ya no suponen riesgos para la población” ratificó el capitán de la Unión Militar de Emergencias, David Martín de Madrid. Su cometido era precisamente ese, aislar el fuego de las zonas pobladas, a veces creando fuegos controlados para neutralizar los focos. A las 18 horas del lunes, el aire frío ya sustituía claramente al viento sur caliente que agrandó la acción de los pirómanos en el oriente de la comunidad.

Situación crítica

La situación llegó a ser crítica en algunos momentos en la comarca del oriente. En torno a las 21 horas del domingo, los equipos de coordinación solicitaron a la Unión Militar de Emergencias un segundo equipo. Los fuegos y el viento hacían temer lo peor. El número de miembros de la UME ya supera el centenar.

El alcalde de Cangas de Onis recordó que aunque la afección a la población ha sido mínima gracias a la profesionalidad de los equipos de bomberos y a los militares y fuerzas y cuerpos de seguridad, sí tuvieron que desalojar a los vecinos de una casa y a los turistas de un agroturismo, aunque más por prevención.

“Cabe destacar y agradecer la profesionalidad de los bomberos de Asturias, de la UME, que estas últimas horas han estado ayudando para sofocar estos fuegos. Pero también quiero agradecer a todos los voluntarios que se ofrecían a dar alojamiento y comida a los voluntarios que lo necesitaran. Creo que es de resaltar”, explicó José Manuel González.

Varios voluntarios con las caras negras de ceniza descansaban junto a la curva de la carretera de Fries. Llevaban desde las diez de la mañana luchando contra las llamas. “Hay muchos sitios en los que casi no te tienes de la pendiente de estas montañas”, describió Marcelino Garaot uno de los bomberos voluntarios. “Parece mentira que haya gente que pueda hacer esto”, lamentaba cabizbajo.

La Unidad Militar de Emergencias (UME) desplegó en las últimas horas en distintos puntos de la región a un total de 211 efectivos, 47 vehículos terrestres y dos helicópteros. Aunque se centraron en los incendios registrados en Soto de los Infantes, concejo de Salas; en Llardón, Cangas de Onís, y Naves, en Llanes, su vigilancia se extendía a todo el territorio.

A escasos metros del lugar de la improvisada declaración del consejero sobrevolaba un helicóptero con el depósito de agua vacío. Llevaba toda la tarde haciendo viajes para frenar a las llamas en la zona de Naves. “La situación está mucho mejor pero hay que ser extremadamente prudentes por el viento”, explicó el consejero de Presidencia.

Ninguno de los expertos estaba del todo tranquilo a la vista de las previsiones meteorológicas. Por eso centenares de voluntarios tenían encomendada la misión de vigilar los rescoldos. Muchos de ellos iban a seguir alerta para evitar que alguno de los incendios se descontrole.