La Guardia Civil recaba pruebas incriminatorias del asesinato del concejal de Llanes
Los investigadores registran la casa de verano y el coche del presunto autor intelectual del crimen y de uno de los supuestos sicarios
Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil tratan de recabar pruebas que incriminen a los cuatro detenidos este martes por la muerte del concejal de Izquierda Unida en Llanes, Javier Ardines, de 52 años, asesinado el pasado 16 de agosto, tras sufrir una especie de "emboscada" cuando salía de su casa en Belmonte de Pría a las 6.00 de la mañana dispuesto a faenar con su barco, el Bramadoria.
Los agentes se han centrado en una casa ubicada a 100 metros de la del edil, la de veraneo de la familia de Pedro Nieva Abaigar, de 48 años, presunto inductor del asesinato y primo político de la víctima, a la que presuntamente habría mandado matar por celos: sospechaba que mantenía una relación con su mujer. Las esposas del presunto autor intelectual y de su víctima son primas hermanas y ambos matrimonios compartían veranos, vacaciones y fiestas desde la juventud.
El Equipo de Detección y Localización de Restos Biológicos de la Guardia Civil, con los perros Marley y Athor a la cabeza, ha inspeccionado palmo a palmo su coche y el de un de los dos presuntos sicarios argelinos que los investigadores sospechan que contrató para ejecutar el crimen. Uno fue también detenido el martes por la mañana, y el otro está pendiente de ser extraditado desde Suiza, adonde se había ido tras los hechos y donde se encontraba preso por un delito de tráfico de drogas.
Herramientas o restos de herramientas que pudieran estar relacionadas con el arma homicida (Ardines recibió tres fuertes golpes en la cabeza antes de ser estrangulado por la espalda), restos biológicos, vestigios, restos de tierra... los investigadores buscan cualquier elemento que permita relacionar a los cuatro sospechosos —Pedro Nieva se valió de un amigo, Jesús M.B, para localizar a los presuntos sicarios— con la escena de un crimen sumamente planificado, que ha tenido absorbidos a los agentes de la Policía Judicial de la Comandancia de Gijón y a los de la UCO durante seis meses.
Miraron todas las cámaras entre Amorebieta (Bizkaia) —residencia habitual de la familia de Pedro Nieva— y Belmonte de Pría; revisaron todos los registros de móviles en la zona (en plenas fiestas, cuando la población pasa de 14.000 personas a 80.000 en Llanes), cotejaron los restos de ADN encontrados en el cuerpo de la víctima con los de decenas de familiares y conocidos; comprobaron que Pedro Nieva, entre los primeros de la lista de sospechosos desde casi el principio, tenía coartada: se encontraba en su casa de Amorebieta el día de los hechos. Sin embargo, y pese al hermetismo con el que se han realizado todas las pesquisas, fuentes próximas a la investigación aseguran que el coche de uno de los supuestos sicarios —ahora inspeccionado por los expertos de la policía Científica— fue visto en los días previos al crimen por la zona. Otras fuentes cercanas al caso apuntan, sin especificar, hacia un rastro proveniente de "algún teléfono móvil".
Está previsto que se les empiece a tomar declaración en presencia de sus respectivos abogados a partir de la tarde de este miércoles. La Guardia Civil puede retenerlos hasta 72 horas antes de ponerlos a disposición judicial. El presunto autor intelectual del crimen del concejal permanece en el cuartel de la Guardia Civil de Llanes, mientras que los otros dos detenidos están en otras dependencias de la Guardia Civil. Se estima que podrían pasar este jueves o, como tarde, el viernes por la mañana, a disposición de la juez del juzgado número 1 de Llanes que instruye la causa de esta llamada Operación Strabe.
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