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Celia Villalobos anuncia que deja la política después de 33 años como diputada

La veterana dirigente popular lamenta en su despedida del Congreso el fracaso de última hora del Pacto de Toledo por la estrategia de Podemos

Celia Villalobos, hoy en el Congreso. / En vídeo, Declaraciones de Celia Villalobos.Foto: atlas | Vídeo: Jaime Villanueva | ATLAS
Javier Casqueiro

Dos frases retrataron este miércoles a modo de confesión la retirada de la vida política en primera línea de la veterana diputada del PP por Málaga, Celia Villalobos, tras 33 años en el Congreso. La primera fue: “Me hubiese gustado terminar mi carrera con un acuerdo en el Pacto de Toledo”. Y tiene que ver con la actividad primordial en la que se ha enfocado en los últimos años, primero como ponente y luego como actual presidenta de la comisión que discute sobre el futuro de las pensiones. Tras dos años y 150 reuniones de trabajo con hasta 50 expertos, la comisión no fue capaz de pactar in extremis unas conclusiones por la irrupción del adelanto electoral para el 28-A. Villalobos bromeaba ayer muy en serio: “Ha sido una pena, me fastidia mucho, porque era como retirarse como un torero, ahí queda eso”.

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La segunda sentencia tiene mensaje interno: “He perdido un Congreso, alguien tiene que ser la figura que ejemplifique esa pérdida, no me importa ser yo”. Villalobos se mojó en julio en el congreso extraordinario del PP en favor de Soraya Sáenz de Santamaría frente a Pablo Casado, que fue el que resultó triunfador.

Villalobos ha anunciado este miércoles en el programa Espejo Público su retirada de la política después de 33 años de actividad en la Cámara baja. Polemista y directa, muchas veces ajena a la disciplina de voto de su partido y rebelde ante los argumentarios internos, Villalobos ya no concurrirá para lograr un escaño por la provincia de Málaga, tras constatar que no entraba en los planes de la nueva dirección nacional del PP, encabezada por Pablo Casado, al haber tomado partido en el último congreso por la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría.

En la dirección del PP no ha sorprendido tanto el anuncio de Villalobos como el momento, cuando aún no han empezado a cuadrarse las listas, ahora que tras la irrupción de Vox y el auge de Ciudadanos es más que posible que los populares pierdan en muchas circunscripciones varios de sus escaños, como es el caso de Málaga, donde el PP tiene cuatro de los 16 representantes en disputa. Ya en las dos últimas convocatorias electorales se hicieron intentos desde el PP de Andalucía y de Málaga para renovar esa lista y prescindir de los servicios de Villalobos. Esta se rebeló y logró continuar, aunque ya no de número uno.

La veterana diputada y exministra ha anunciado su retirada en un momento personal y político muy particular al coincidir con el fracaso a última hora de los intentos para lograr un consenso en la comisión del Pacto de Toledo para asegurar el futuro de las pensiones. Villalobos ha querido relacionar en parte su adiós del Congreso con esa frustración, por no poder pactar un informe final en la comisión.

Sobre su situación ahora en este nuevo PP de Casado, Villalobos fue otra vez sincera. "He perdido un Congreso, alguien tiene que ser la figura que ejemplifique esa pérdida, no me importa ser yo", ha explicado en el programa de Antena 3. Luego agregó: "Yo me quito aquí el escudo del PP y a partir de ahora soy Celia Villalobos". Y remachó: "Siempre he defendido lo que he querido, aunque a algún presidente no le gustase".

En cuando a su larga trayectoria en el Congreso, Villalobos ha reconocido que ha pasado por momentos buenos y otros más complicados, incluso con los mandos de su propio partido: "Han sido unos años muy felices en esta casa". Y ha explicado que pese a su manera de ser y de explicarse, en ocasiones demasiado franca y directa, los distintos presidentes nacionales la mantuvieron en el puesto "aunque no gustaban algunas de las cosas que hacía". Y fue ahí cuando detalló algunos capítulos de sus conocidas discrepancias: "He tenido muchas diferencias con mi partido en aborto, matrimonio gay y cuestiones sociales, pero me he mantenido. Los presidentes sucesivos, quizás, muchas cosas de las que hacia no le gustaban, pero me mantenían". Y lo hacían porque durante mucho tiempo Villalobos, con su particular populismo, daba votos, especialmente en su Málaga natal, donde cosechó varias mayorías absolutas. Ese tiempo ya pasó.

Celia Villalobos, que nació en Benalmádena en 1949 aunque ahora está censada y hace campaña en Torremolinos, entró en el Congreso como diputada en julio de 1986, y ahí se mantuvo durante diez legislaturas, salvo un paréntesis de 1994 y 1995, cuando fue eurodiputada. Pero su explosión en política se produjo en 1995 cuando el expresidente José María Aznar impulsó una operación de mujeres aspirantes a alcadías relevantes como preámbulo de su llegada al Gobierno en 1996. Fue alcaldesa de Málaga hasta 2000. Es la esposa de Pedro Arriola, el que fue hasta 2018 gurú electoral y demoscópico de los presidentes del PP durante 30 años, tanto con Aznar como con Mariano Rajoy.

En las últimas elecciones generales, tanto desde el PP de Málaga como desde el PP de Andalucía ya se intentó su renovación de las listas sin éxito, aunque al final sí fue desplazada al puesto número dos y luego apartada tanto de la Mesa del Congreso, donde estuvo 13 años, como de la Diputación Permante.

En julio pasado, en el Congreso del PP, apostó por Santamaría de forma franca, directa y sin tapujos, como suele expresarse. Ensalzaba que había llegado el momento para que una mujer fuese presidenta, en línea con su lucha en favor de la igualdad que la llevó a mantener discrepancias y sanciones internas con su propio partido. Perdió y se supo condenada a ser relegada. Ahora ni le ha anticipado al presidente Casado ni a su equipo el anuncio de su retirada.

La veterana exalcaldesa de Málaga, exministra y diputada no se escondió entonces tampoco tras formalizarse esa decisión. En los corrillos con los periodistas se detuvo varias veces para explicar que no se sentía "en absoluto" desplazada. Cuando se le preguntó por cómo se había tomado esa situación respondió casi en tono provocativo: "No sé si la palabra generosidad y compañerismo la conocen ustedes. Yo la practico". Y añadió: "Han pasado muchos años y yo siempre en mi partido he estado donde se me ha pedido que esté, a cambio de simplemente estar".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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