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Marruecos, el México de España

Del otro lado del Estrecho ya no llegan solo tomates y pescado, sino también tejidos y automóviles

El rey Felipe y el monarca marroquí Mohamed VI antes de la firma de acuerdos este miércoles en el Palacio de Huéspedes Agdal, en Rabat.
El rey Felipe y el monarca marroquí Mohamed VI antes de la firma de acuerdos este miércoles en el Palacio de Huéspedes Agdal, en Rabat. Juanjo Martín (EFE)

“Marruecos es nuestro México”, afirma un alto cargo español. Y no lo dice porque el muro que Trump quiere levantar en su frontera recuerde a las vallas que rodean Ceuta y Melilla, sino por el creciente número de empresas que tienen su cadena de producción repartida a ambos lados del Estrecho.

Aunque se sigue pensando en la pesca, los tomates y los fosfatos cuando se habla de Marruecos, el primer sector exportador del país vecino desde 2014 es la automoción y también pujan al alza la industria textil, aeronáutica o farmacéutica. Entre las 800 compañías españolas asentadas en Marruecos, que dan empleo a 18.000 personas, muchas trabajan para la fábrica de Renault en Tánger y otras sirven a grandes cadenas españolas de la moda, como El Corte Inglés o Inditex.

España desbancó hace ya seis años a Francia como primer proveedor de Marruecos y también es su primer cliente. El comercio bilateral se ha más que duplicado en seis años, pasando de 6.000 millones en 2012 a más de 14.000 en 2018, con un balanza favorable a España pero cada vez más equilibrada. “Y ello se explica en parte por el comercio intraindustrial. Estamos integrados en una misma cadena de valor”, explica el citado alto cargo.

Marruecos es el mejor mercado de los productos españoles fuera de la UE, solo detrás de los Estados Unidos, y el primer destino de la inversión española en África, con un stock acumulado de más de 4.500 millones, muy lejos aún de la inversión francesa. En este contexto, el cierre unilateral de la aduana con Melilla, en el verano pasado, no irritó tanto por su impacto económico como por la falta de aviso previo. Más efecto tendría la erradicación del “comercio atípico” (contrabando) desde Ceuta y Melilla, que Rabat ha evaluado entre 1.100 y 1.460 millones anuales y que amaga con empezar a perseguir.

Las relaciones no se limitan al terreno económico. En España residen un millón de marroquíes (se estiman en 250.000 los irregulares) que envían a su país 500 millones de euros anuales en remesas. Los turistas que visitan cada año Marruecos procedentes de España suman dos millones (un millón son de origen marroquí), mientras que los turistas marroquíes en España alcanzan ya los 900.000. En Marruecos está la segunda red mundial del Instituto Cervantes (con seis centros y seis sucursales) y 5.000 alumnos estudian en colegios españoles, pero el español ha sido postergado en favor del inglés como segunda lengua extranjera tras el francés. Una relación llena de luces y de sombras en las que los dos países tiene mucho que ganar, si mejoran, y aún más que perder si se deterioran.

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