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El primer diputado de Vox, ‘tránsfuga’ y franquista: “El feminismo es una ideología de izquierdas”

Juan Antonio Morales lleva 24 años en política. En septiembre se pasó a Vox tras estar toda la vida en el Partido Popular extremeño

Manuel Viejo
Juan Antonio Morales.
Juan Antonio Morales.

Vox ya está en el Parlamento de Extremadura. El diputado Juan Antonio Morales abandonó el Partido Popular hace seis meses, pero decidió conservar su escaño en la Asamblea regional. “Me fui porque no sabía en qué partido estaba militando, si en el PP o en el PSOE”, cuenta.

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Morales es un tránsfuga de la política. Desde el pasado septiembre es el líder de Vox en la región; gozando del altavoz mediático que le permite su condición de diputado no adscrito. Si llega a la presidencia de la Junta, ha prometido derogar la ley contra la violencia de género, la de memoria histórica y eliminar el canal autonómico, en línea con las ideas que el partido de extrema derecha quiere implantar en el resto de España.

Morales lleva en la política más de 24 años. Y tiene 49. Antes de empezar su carrera en el PP heredó de su padre un restaurante en Lobón, su pueblo pacense de casi 3.000 habitantes. Aquí se presentó a la alcaldía en 1995 y, de manera consecutiva, consiguió cinco mayorías absolutas. Al Parlamento regional dio el salto en el año 2011, donde continúa: “Mi máxima preocupación es el tren. En Extremadura tenemos vías tercermundistas”. Sin embargo, durante los siete años que lleva como diputado en la Asamblea no ha realizado ninguna propuesta sobre el ferrocarril. “Mi dedicación era más al partido y a los territorios de Badajoz”.

—¿Por qué no lo proponía a la ejecutiva regional?

—Uno proponía muchas cosas, pero quien decidía era Monago [José Antonio, expresidente extremeño].

Morales fue el número dos del PP en la provincia de Badajoz durante 10 años. “Nano era un fontanero del partido”, cuenta un alto cargo del PP extremeño que lo conoce muy bien. “Se dedicaba a visitar los pueblos para solucionar los problemas internos que iban surgiendo. Era un tipo lenguaraz y chanchullero”. En 2015 muchas voces dentro del partido pedían que no fuera de nuevo en las listas, pero Monago y el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, cedieron.

El actual líder de Vox en Extremadura fue condenado dos veces en 2013. Una por perturbar el orden público y desobediencia a la autoridad en la localidad de Valencia del Ventoso (Badajoz) cuando interrumpió un pleno municipal, y otra por injurias a concejales socialistas de su pueblo a las que acusó de vender droga a los jóvenes cuando él era el regidor del municipio.

Morales saltó a los medios nacionales en 2016. La Fundación Francisco Franco le nombró “Caballero de Honor”. El diputado extremeño no se lo pensó dos veces y acudió a recoger el premio. “Lucho permanentemente contra los socialistas y su afán por borrar cualquier vestigio del franquismo”, aseguró en aquel momento. El PP reprobó su actitud, pero le mantuvo en todos sus cargos.

Morales está casado, tiene dos hijas y un hijo. Hace nueve años que estudió Trabajo Social en la Universidad de Extremadura. “No solía tener opiniones extremas en clase”, cuenta uno de sus profesores. “Era un alumno correcto, sin destacar mucho. Nos ha llamado la atención su viraje a Vox, pero viniendo del PP quizá les pase a muchos”.

El diputado conoció a Santiago Abascal [líder del partido de extrema derecha y antiguo miembro del PP] a través de un amigo en común. Hablaron por teléfono y congeniaron. A los pocos días, en septiembre de 2018, Abascal le presentó en un acto en Mérida como nuevo líder de la formación en la comunidad. Morales define así el feminismo: “Una ideología de izquierdas que se ha instalado para aprovecharse de las subvenciones de la Administración. Se han montado un chiringuito para repartirse millones de euros de dinero público”.

—¿Cuántas mujeres están en riesgo alto de violencia de género en Extremadura?

—No lo sé. No tengo los datos en este momento.

Son casi 1.600 mujeres, según el sistema VioGén, la herramienta de seguimiento que usan los cuerpos policiales en los casos de violencia de género y que mide el riesgo cuando se produce la denuncia. “Yo estoy en contra de que solo sea a mujeres. Quiero que se atienda a todos: hombres, mujeres, niños y mayores”. La ley contra la violencia de género extremeña de 2011 ya recoge esa petición, pero la derogaría. Cuatro años después, con el PP en la Junta, votó a favor y de manera presencial a una de las leyes más avanzadas de España para la igualdad LGTBI. Hoy, desde Vox, discrepa: “Yo respeto la condición sexual de cada uno, pero no estoy a favor de llamar matrimonio a la unión de dos hombres o dos mujeres”.

El diputado se queja de que no tiene voz en el Parlamento regional desde que se marchó del PP. Ha presentado un recurso de amparo al Tribunal Constitucional. Sin embargo, se le aplica el reglamento para los diputados no adscritos. Tal y como se recoge en el artículo 49 de la Asamblea que, precisamente, votó a favor cuando estaba en las filas populares. Pese a todo, insiste: “Desde que me fui del PP en julio me han quitado mi sueldo mensual de 3.500 euros”.

—Pero sí cobra por asistir a los plenos y comisiones de las que forma parte.

—Sí, más o menos alrededor de unos 700 euros.

Morales es actualmente el político extremeño con más seguidores en Facebook, donde invierte parte de sus ingresos como diputado para promocionar sus discursos. Cuando faltan cinco meses para las elecciones autonómicas del 26 de mayo, no hay encuestas que permitan dilucidar cuántos escaños podría obtener la formación de ultraderecha en la región. Vox logró 1.773 votos en 2015. Según Morales, su relación con el PP ha cambiado desde que su partido irrumpiera con fuerza en Andalucía con 12 diputados. “De mis antiguos compañeros en el partido me dejaron de hablar todos menos tres”, recuerda. “Y ahora, tras las elecciones andaluzas, me saluda hasta Monago”.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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