España reinventa su política hacia África para incidir en las causas de las migraciones
Tras cinco años de vacío en este terreno, el Gobierno presenta en el Congreso una estrategia que potencia la inversión española en el continente vecino
España, con un perfil bajo en África, reinventa su política hacia el continente para tratar de aliviar las causas de las migraciones. Tras cinco años de vacío en este terreno, el Gobierno presenta esta semana en el Congreso una estrategia que potencia la inversión española en el continente vecino, refuerza las misiones de paz y, en última instancia, promueve lo que denomina una “movilidad ordenada” entre ambos territorios. El proyecto prevé integrar más al sector privado en la estrategia diplomática para lograr un mayor impacto.
La proximidad geográfica de España respecto a África no equivale a relación privilegiada. La presencia de empresas españolas es tímida (hay unas 600 implantadas), el diálogo institucional no siempre es fluido y la nutrida presencia de militares españoles en el continente (más de 700) no se capitaliza como herramienta de influencia. Consciente de esas carencias, el Ministerio de Exteriores tiene ya casi listo un proyecto que prevé presentar esta semana en el Congreso, según explican a EL PAÍS fuentes de este departamento.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez considera miope evaluar la relación con África en función de cuántos migrantes llegan a las costas españolas. Generar una relación más productiva con el continente requiere analizar otras variables, no solo intentar frenar en la frontera a quienes pretenden entrar irregularmente.
Con esa meta, el ministerio que dirige Josep Borrell lanza una iniciativa estructurada en cuatro bloques: paz y seguridad, crecimiento económico y desarrollo sostenible, fortalecimiento institucional y movilidad ordenada. El hecho de que la migración —ni siquiera se emplea esta palabra— aparezca como último bloque de este enunciado es indicativo del giro que se pretende dar a la relación con África.
Más inversión española
La lógica –difícilmente realizable, pero sintomática de que los esfuerzos se quieren poner en todos los pasos previos— es que si el continente mejora en democracia y auge económico, la migración será menor. Pero es que además, para la mayor parte de los africanos que emigran, Europa no es su principal destino. “Hay que ampliar el enfoque porque la migración es un fenómeno compartido. De cada cinco africanos que emigran, cuatro lo hacen dentro del propio continente. A Europa llega menos del 20%”, argumenta un alto cargo de Exteriores.
Se trata del primer plan integral hacia el continente desde el segundo mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, con objetivos más ambiciosos que entonces. En aquella ocasión, el plan tenía una limitación temporal (2009-2013). Antes, ya había habido dos intentos de contar con unas líneas de acción claras hacia África (en 2000 y en 2006), aunque muy centrados en la contención de la migración.
El plan carece de un presupuesto concreto porque va más allá de la ayuda oficial a los países africanos. Frente a esa partida, Exteriores pretende dar más peso a las inversiones españolas, de forma que las empresas perciban en mayor medida las oportunidades presentes en África. Porque pese a las imágenes de guerras, desertificación y dictaduras que trascienden, el continente en su conjunto es hoy menos pobre y más estable que hace años. La Administración española ha potenciado hasta ahora poco esta visión y apenas un 0,3% de la inversión bruta en el exterior se dirigió el año pasado al continente africano, según datos del Ministerio de Economía. La mitad se concentró en Sudáfrica. Socios europeos como Francia e Italia tienen más peso en la región.
El perfil bajo de España se aparta de una estrategia inversora hacia África que se impone en el exterior. La UE ha ideado una herramienta inversora para este continente que aspira a movilizar 44.000 millones de euros, esencialmente privados, en los próximos años. Y las inversiones chinas proliferan en el continente. Está por ver, pese a todo, que esa iniciativa prenda en Europa.
Aunque el Gobierno de Sánchez ha acelerado y reorientado algo el plan en su última fase, el anterior ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, ya puso en marcha en 2017 la elaboración de una estrategia para África. Borrell aguardará a presentarlo al Congreso y al Senado para cerrar la versión final, con el fin de introducir algunas mejoras a iniciativa del Parlamento.
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