La policía arresta a cuatro presos sirios por financiar el terrorismo
Uno de los cuatro investigados supuestamente se dedicaba, además, a captar y adoctrinar en materia yihadista a jóvenes reclusos
Cuatro hombres de nacionalidad siria han sido detenidos en otras tantas prisiones españolas por haber participado —mientras estaban en libertad— en diversas actividades de financiación del terrorismo islamista. Estas supuestas actividades de apoyo económico a grupos terroristas que operaban en el Cuerno de África y en Siria fueron paralelas a los delitos de tráfico de droga, de armas y de personas por las que fueron detenidos entre 2014 y 2016. Las investigaciones posteriores de la Comisaría General de Información de la Policía han permitido atribuirles estos nuevos delitos.
Uno de los cuatro investigados en esta operación, llevada a cabo con la colaboración de Instituciones Penitenciarias, supuestamente se dedicaba, además, a captar y adoctrinar en materia yihadista a jóvenes reclusos, en su mayoría de nacionalidad marroquí, según ha informado este martes el Ministerio del Interior en un comunicado.
Los cuatro detenidos eran capitanes de distintas embarcaciones que operaban en el tráfico de mercancías ilegales y personas en la ribera oriental del Mediterráneo. Su labor, en argot delincuencial era la de notarios, es decir, que controlaban y supervisaban que el cargamento clandestino llegara a su destino.
Droga, armas y personas
Las investigaciones han permitido constatar que el entramado transportaba droga por aguas del Mediterráneo, principalmente con destino a Libia, con la finalidad de financiar a los grupos insurgentes de la zona. En aquel país del norte de África, intercambiaban los estupefacientes por armas, que luego eran destinadas a los grupos terroristas en zona de conflicto. Asimismo, estas embarcaciones se dedicaron al tráfico de inmigrantes desde Siria y Libia hasta las costas de Europa, principalmente Grecia, Italia, Chipre y Malta. Este tráfico ilegal de personas ha servido también, según la Policía, para financiar actividades terroristas.
Esta actividad criminal está acreditada desde 2012, coincidiendo con las crisis migratorias ocasionadas por el estallido de las primaveras árabes en varios países norteafricanos y de Oriente Medio. Los investigadores han relacionado a individuos de este entramado criminal con el incidente ocurrido en 2015, cuando se interceptó en alta mar a la embarcación de nombre Ezzaden, que había sido abandonada a la deriva con 470 inmigrantes a bordo.
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