Susana Díaz: “Al PSOE de Andalucía no lo va a poner de rodillas nadie”
La socialista advierte al PP y Ciudadanos de que el apoyo de Vox no será coyuntural y apela a la legitimidad de ser la fuerza más votada para formar Gobierno
El PSOE se resiste a ser un convidado de piedra en las negociaciones para la investidura y va a esgrimir la legitimidad que le otorga su victoria en las elecciones andaluzas —en el 80 % de los municipios y por siete puntos de diferencia respecto del PP y 10 de Ciudadanos— para liderar las conversaciones para presidir la Junta. Ese aval, y ser la única fuerza que ha superado el millón de votos, es el que ha llevado a su secretaria general, Susana Díaz, a reconocer que no puede sustraerse a la responsabilidad de formar Gobierno.
“Al PSOE de Andalucía no lo va a poner de rodillas nadie. Soy la candidata del partido con mayor respaldo electoral y nadie tiene derecho a vetar a un partido solo porque durante 36 años lo han votado los andaluces”, ha señalado Díaz este lunes por la tarde durante la reunión del comité director, el máximo órgano entre congresos de la federación andaluza, donde se han analizado los resultados electorales. Allí, la secretaria general también ha reconocido que podía verse fuera de San Telmo, la sede del Gobierno andaluz. “Pese a haber ganado las elecciones podemos encontrarnos en un escenario en el que no podamos volver a gobernar”, ha afirmado.
Los socialistas andaluces son conscientes de que las conversaciones entre Pablo Casado (PP) y Albert Rivera (Ciudadanos) están muy avanzadas, pero ellos van a jugar la baza de frenar la entrada de la extrema derecha en las instituciones hasta el último momento y retratar así a la formación naranja. “Rivera tendrá que decidir si quiere ser Macron o Salvini. Si eso va a repetirlo en otros parlamentos españoles, si quieren poner la gobernabilidad de Andalucía en manos de quienes han sido felicitados por Le Pen o el Ku-Klux-Klan”, ha advertido Díaz.
El PSOE andaluz han iniciado contactos informales con todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria, salvo Vox, a quien no considera un partido constitucional. Los socialistas tienen la intención de comenzar las conversaciones oficiales con Adelante Andalucía. Sostienen que hoy por hoy el bloque de izquierdas, en el que incluyen a la confluencia formada por Podemos e IU, suma más (50 diputados) que los populares y Ciudadanos (47). “No se puede gobernar Andalucía con 47 escaños sin el apoyo de Vox. Cualquier votación en el Parlamento necesitará el apoyo activo de la ultraderecha. Vox no podrá ser un colaborador pasivo en Andalucía”, advirtió Díaz, dejando claro que el apoyo del partido de extrema derecha a una eventual alianza entre el PP y Ciudadanos para desbancar al PSOE del poder nunca sería coyuntural y anticipando las líneas maestras de lo que sería su labor al frente de la oposición: oponerse a las políticas de ambas fuerzas.
Cordón sanitario
El PSOE da por seguros los 17 diputados de Adelante Andalucía, pero tendrá que pelearlos, ya que la semana pasada su cabeza de lista, Teresa Rodríguez, ya advirtió de que la coalición no se abstendría ante un acuerdo entre los socialistas y los de Rivera. La ecuación que baraja la presidenta en funciones de la Junta pasa, sin embargo, por la abstención de Ciudadanos. Por eso, Díaz tiene la intención de reunirse primero con Rodríguez para amarrar sus escaños.
Erigir un cordón sanitario contra la extrema derecha es una responsabilidad que el PSOE quiere exigir a todas las fuerzas políticas, especialmente Ciudadanos. “Andalucía ha iniciado un ciclo electoral y tenemos que ver si lo que ha pasado aquí se puede reproducir en el resto de parlamentos autónomos, si las derechas van a blanquear a Vox”, ha señalado la presidenta de la Junta en funciones.
El PSOE, sin embargo, no contemplaría la opción de abstenerse ante una eventual investidura del candidato de Ciudadanos, Juan Marín, para evitar que Vox fuera determinante en la elección del presidente de la Junta. “A los que piden la abstención del PSOE para que gobierne la tercera fuerza, lo más lógico sería preguntarles por qué no se abstienen ellos con la primera fuerza. Son interrogantes que tendremos que debatir en los próximos días”, ha advertido Díaz.
Ir unidos en las municipales
Apenas ha habido voces críticas contra la dirección del PSOE andaluz y la estrategia seguida durante las elecciones en la reunión del comité director de la formación de esta tarde, según indican fuentes del partido. Todos los intervinientes han coincidido en que, al ser la primera fuerza política, tienen derecho a optar a la presidencia de la Junta y del Parlamento andaluces. También se ha hecho hincapié en la necesidad de concurrir todos unidos de cara a la siguiente cita con las urnas, las elecciones municipales de mayo del año que viene. Unas elecciones vitales para constatar la capacidad de las fuerzas tradicionales para frenar la penetración de la extrema derecha en los Ayuntamientos y comprobar si el PSOE ha conseguido movilizar a su electorado.
Ese mensaje de unidad ha prevalecido por encima de las diferencias entre los partidarios de Susana Díaz y los afines a Pedro Sánchez. “Que se cambie lo que haya que cambiar, pero o vamos todos como una piña en las municipales o los resultados no serán los esperados”, ha sido el mensaje principal, compartido incluso por reconocidos sanchistas como el alcalde de la localidad sevillana de Dos Hermanas, Francisco Toscano, señalan fuentes socialistas. El más incisivo ha sido el delegado del Gobierno en la comunidad, Alfonso Gómez de Celis, la mano derecha de Sánchez en Andalucía, que ha reclamado una “mayor resintonización” de la federación andaluza con la ejecutiva federal. El dirigente socialista, sin embargo, también ha apelado a la unidad y a lograr un "partido sin exclusiones, inclusivo, con responsabilidad y generosidad, para no fracturarlo".
La secretaria general del PSOE de Andalucía ha enumerado las causas que, a su juicio, explican los malos resultados electorales alcanzados el pasado dos de diciembre: la alta abstención, los efectos de la política nacional, en especial Cataluña, las consecuencias de los recortes en los servicios públicos, la corrupción y la sombra de los 40 años de Gobiernos socialistas ininterrumpidos son los principales motivos que se encuentran detrás de una victoria, que como ella misma ha reconocido, podría no ser suficiente para permitirle mantenerse en San Telmo una legislatura más.
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