Francisco Serrano, el juez negacionista azote del feminismo
El número uno de Vox por Andalucía es conocido por sus polémicas decisiones en materia de violencia de género o custodia de menores
Cuentan compañeros de profesión y otros letrados, que se las han visto con él como juez primero y ahora como abogado, que Francisco Serrano, cabeza de lista de Vox por Andalucía, era firme en atacar el maltrato a la mujer en el ámbito familiar, pero que cuando se puso el énfasis por parte de los legisladores en la significación de la violencia psicológica —la que no es visible pero lamina a las que la sufren día a día—, empezó a cambiar su posición. Ese tránsito al negacionismo se radicalizó en 2004 con la creación de los juzgados de violencia de género. “Él, como juez de familia, vio cómo sus competencias en esa especialidad pasaban a ser responsabilidad de unos juzgados específicos”, explica una abogada sevillana, que prefiere mantener su nombre en el anonimato. “Desde entonces no ha parado de denostar a los juzgados y la ley, asegurando que son engañados por las mujeres que presentan denuncias falsas”, sostiene.
Francisco Serrano, el juez Serrano, como es conocido en Sevilla, se afilió a Vox en 2014. Se presentó como candidato por esta lista en 2015, cuando la formación era apenas residual y no generaba las expectativas que ha desatado ahora. Entonces quedaron en novena posición, lejos los 12 escaños obtenidos. La frase de Martin Luther King “Para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada” es la que Serrano eligió para ilustrar sus razones para adentrarse en política.
La polémica siempre ha acompañado a Serrano y él se siente cómodo con ella, incluso disfruta avivándola. Su figura saltó a los medios de comunicación cuando el Consejo General del Poder Judicial lo apartó de la carrera judicial, tras ser condenado en 2011 por el Tribunal Supremo a dos años de inhabilitación por un delito de prevaricación dolosa. Serrano modificó el régimen de visitas de un menor para que pudiera salir de nazareno con su padre en la Semana Santa de Sevilla. La madre del niño denunció al magistrado y al padre del chaval por haber adoptado la medida sin darle audiencia a ella, aceptando únicamente la petición que había hecho el abuelo paterno. El Supremo ordenó la reincorporación del juez a su puesto, una vez cumplida la pena, anulando un acuerdo de la Comisión Permanente, que había rechazado previamente su reingreso en la carrera judicial. Serrano está a la espera del recurso en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre su inhabilitación, que él considera ilegal.
Este caso dio notoriedad al candidato de Vox, pero él ya era conocido en Sevilla por sus polémicas decisiones sobre violencia de género y custodia de menores. “La audiencia provincial tuvo que darle un aviso para que acelerara la orden de recuperar la custodia de sus hijos en favor de una mujer a la que se la quitaron por su alcoholismo. Ella se recuperó y se dictaminó que debía volver a verlos, pero él demoró la decisión. "Cuando en sede judicial se ha alegado que se suspenda el régimen de visitas respecto de padres alcohólicos, Serrano no ha actuado igual”, señala otro abogado que ha litigado con el juez. En 2009 una veintena de asociaciones de mujeres solicitaron al Consejo General del Poder Judicial que le abriera expediente por considerar que actuaba “como altavoz” de los maltratadores. Él ha reiterado que se siente “víctima del yihadismo de género”.
“Yo no he cambiado de opinión sobre la violencia de género, ha sido el sistema el que ha basculado. Hay que proteger a las mujeres de cualquier tipo de violencia, pero desde la presunción de inocencia, no a partir de un determinismo de que la mujer siempre es la víctima, porque entonces se está aplicando una perspectiva psicológica pero no legal”, explicó Serrano a EL PAÍS. El juez, que actualmente está en excedencia y trabaja en su propio despacho, donde le ayuda su hija mayor, abogada, de 24 años, ha hecho de la lucha contra lo que él denomina “hembrismo y feminismo radical” su bandera. Creó la Plataforma Ciudadana por la Igualdad, que considera que la ideología de género no soluciona las situaciones de abuso, y que se han creado otros problemas que retroalimentan “el conflicto”. “La plataforma está sin actividad, actualmente, porque no puedo dedicarme a todo”, dijo Serrano.
Esa organización defiende la teoría del síndrome de alienación parental (SAP), una corriente psicológica que sostiene que los recuerdos de maltrato que tienen los niños, aunque parezcan creíbles, hay que ponerlos en cuestión porque podrían haber sido introducidos en el menor intencionadamente por parte de un progenitor para manipularlo con el fin de mostrar hostilidad hacia un padre u otros miembros de la familia en los procesos de custodia. El SAP no es reconocido como trastorno por las comunidades médicas ni legales y ha sido rechazado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Psicología. No obstante, según varios de los letrados consultados, Serrano se valía de esta teoría para conseguir acuerdos con las otras partes, amenazándolas con que, de ir a juicio, podría solicitar la pérdida de la custodia, alegando que había hecho uso de esa influencia en sus hijos. “Estos tipos de conductas yo las he visto y las reconocen todos los profesionales, aunque no lo quieran admitir”, se defiende el juez.
En el contexto de su fuerte oposición a las leyes de igualdad de género se enmarca el tuit que hace unos meses publicó en lo que pretendía ser un mensaje de apoyo a la portavoz nacional de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ante el mensaje publicado por una mujer que deseaba que a la dirigente la violaran en grupo. “A esta desgraciada no creo que nunca la violen ni en grupo ni en cuadrilla, ni con alevosía o nocturnidad. Todo mi apoyo a @Inesarrimadas”, decía su comentario en Twitter.
Aunque nació en Madrid y llegó a Sevilla con 11 años, tras pasar los siete anteriores en Algeciras, él se siente sevillano. “Presumo de sevillanía. Me encanta la Semana Santa, soy hermano de San Isidoro, me gusta la Feria, tengo caseta con los amigos, y soy del Betis”, dice con orgullo. Lleva 20 años viviendo en San Julián y los vecinos lo conocen y lo aprecian. En un barrio humilde y de extracción obrera, muchos desencantados con los problemas de inseguridad de la zona, se han hecho eco de las reivindicaciones populistas que defiende el juez.
Serrano ha sido quien ha liderado ideológica y legalmente el movimiento de varias asociaciones municipales del distrito de La Macarena para pedir la eliminación de albergues y comedores sociales en ese sector, alegando que los sintecho fomentan la inseguridad. Esa protesta se vio amplificada en redes sociales por la distribución de vídeos falsos en los que se mostraban peleas y amenazas iniciadas por personas sin hogar publicadas por cuentas y perfiles falsos. También ha sido el principal impulsor, de la mano de esas mismas agrupaciones, de paralizar la apertura de un centro temporal de inmigrantes en esa parte del centro de Sevilla empleando argumentos que vinculan inseguridad e inmigración, idénticos a los de Vox.
Cuando fue inhabilitado, Serrano fundó el diario digital XYZ, altavoz de los mensajes radicales en materia de inmigración, política territorial o temas de género que luego se transformó en la web SevillaInfo, que ha informado puntualmente de las reivindicaciones de los vecinos de La Macarena y en la que el líder de Vox, Santiago Abascal, protagoniza muchas de sus noticias. El medio estaba dirigido por el actual asesor de comunicación del PP provincial de Sevilla, Eusebio Pérez.
“Yo no soy un político. Soy un profesional que quiere servir a España en la política”, dice de sí mismo Serrano, quien se ha definido como “defensor de la nación española, los valores familiares y la igualdad y provida”. Ha apelado al mundo humilde y obrero desideologizado, el mejor caldo de cultivo para el populismo, si bien Vox se centró en Sevilla. Allí el partido aspira también a subir exponencialmente en la zona más adinerada y elitista de la ciudad: el barrio de los Remedios, donde muchos recibieron con hostilidad a Juanma Moreno cuando llegó a la capital andaluza como líder regional del PP.
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