Sánchez, a los presos del ‘procés’: “No hay razones para la huelga de hambre, tendrán un juicio justo”
España logra introducir un párrafo sobre inmigración en el comunicado del G20. El presidente apunta que el barco pesquero con 12 inmigrantes debería ir a Libia
Pedro Sánchez no parece especialmente preocupado por la decisión de dos presos del procés de ponerse en huelga de hambre. "Es evidente que no es una buena noticia", admitió en la rueda de prensa en Buenos Aires al final de la cumbre del G20, pero enseguida corrigió: "Pero las razones que justifican esa acción [la huelga de hambre] no son ciertas. Los presos van a tener un juicio justo". Sánchez insistió en tres ocasiones en que no ve motivo para la huelga de hambre y además no cree que esta decisión influya en la estabilidad de su Gobierno e incluso pueda complicarla tanto que le obligue a adelantar sus planes electorales. "No estamos a favor de judicializar la política pero tampoco de politizar la justicia. Respetemos la independencia judicial", insistió el presidente.
Sánchez sale satisfecho de su primer G-20 sobre todo porque ha buscado un hueco para lograr un protagonismo superior al que debería tener un país que ni siquiera es miembro permanente sino solo invitado, como España. El equipo de Sánchez apostó por centrarse, en coordinación con sus socios europeos, en lograr que la inmigración entrara en el comunicado final. Y lo consiguieron, aunque con un párrafo lo suficientemente ambiguo y vago como para que lo pudieran apoyar todos, incluido Estados Unidos y Australia, los que más resistencia tenían en este asunto, según fuentes españolas.
"Hemos asumido un papel de liderazgo en la cuestión de la migración. Hemos vencido la fuerte resistencia de algunos países a incluir el asunto de los refugiados en el comunicado final. No podíamos irnos de aquí sin lanzar un mensaje claro a la ciudadanía de que este es un asunto global y así debe ser tratado. Hemos logrado que en el próximo G20 en Japón se incluya en la agenda el asunto de las migraciones"; presumió Sánchez. El texto señala que el G20 expresa su preocupación por las crisis de refugiados desde el punto de vista humanitario, social y político y se compromete a buscar soluciones comunes.
Pero mientras daba este mensaje para tratar de forma global el problema migratorio, Sánchez lanzaba un discurso más duro sobre un asunto delicado, esto es qué hará España con el pesquero que recogió el jueves de la semana pasada a 12 inmigrantes frente a las costas de Libia. A Sánchez le preguntaron por qué acogió el Aquarius con 630 refugiados en junio y ahora no lo quiere hacer con 12. "Porque antes no había un puerto seguro, un puerto cercano, y ahora sí lo hay", contestó Sánchez apuntando así que los inmigrantes deberían volver a Libia, un país que las ONG insisten en rechazar como puerto seguro por la violencia ejercida contra los migrantes. El propio embajador español en Libia vive en Túnez debido a la creciente inestabilidad. Sánchez, sin embargo, insistió en que el pesquero debe cumplir la ley y dejar a los inmigrantes en el puerto más cercano. "Todos estamos sometidos a la ley internacional y comunitaria, que es clara. Señalan que en casos como este lo que se tiene que hacer es ir a un puerto cercano y seguro. Le pido al patrón del barco que respete la legalidad", sentenció en tono duro.
El presidente también aprovechó para lanzar un mensaje de defensa del multilateralismo y el libre comercio y se metió aunque con la cautela propia de una jornada de reflexión en las elecciones andaluzas. "Me preocupa la irrupción de la ultraderecha en Andalucía y que dos partidos [por PP y Ciudadanos] se vean arrastrados a un discurso extremista y excluyente que no representa al centro derecha español. Yo deseo que una gane y gane bien [por Susana Díaz] pero lo importante es que no haya bloqueos y que se permita gobernar al que gane mañana", remató.
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