El Consejo del Poder Judicial quedará prorrogado hasta que los partidos pacten la renovación

La decisión del magistrado Manuel Marchena de renunciar a ser presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la ruptura de las negociaciones entre el PP y el PSOE para la renovación del órgano de gobierno de los jueces aboca a una prórroga inmediata y automática del mandato de cinco años del actual Consejo, presidido por Carlos Lesmes, y que expiraba el próximo 4 de diciembre. El artículo 570.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que si el Congreso y el Senado no han designado a los 20 vocales —10 por cada Cámara— en el plazo legalmente previsto “el Consejo saliente continuará en funciones hasta la toma de posesión del nuevo” y no se podrá elegir durante el mandato prorrogado un nuevo presidente del Consejo, cargo que lleva aparejada la presidencia del Tribunal Supremo.

A diferencia de lo que ocurre con el Gobierno, que al quedar en funciones pierde competencias legislativas, y solo puede ocuparse de la administración ordinaria, el Consejo General del Poder Judicial conserva sus facultades plenamente cuando no se consigue la renovación. Así ocurrió, por ejemplo, con el Consejo presidido por Francisco José Hernando, que permaneció al frente del organismo seis años y once meses por la falta de acuerdo entre los partidos para cambiar los vocales.

El Consejo está formado por 20 personas, de las cuales 12 pertenecen a la carrera judicial y las ocho restantes corresponden a los llamados juristas de reconocida competencia. Los ocho vocales de este último bloque deben someterse a una comparecencia ante la Cámara correspondiente, que dará posteriormente su visto bueno para ocupar el puesto. Los cuatro que le corresponde examinar al Congreso —y sus suplentes— pasaron ya el viernes por la Cámara baja. Sin embargo, haber cumplido este trámite no les otorga el puesto de vocal. Cada una de las Cámaras ha de votar a los 10 vocales (tanto jueces como juristas competentes) antes de que puedan tomar posesión. Si una de las dos Cámaras hubiera aprobado su lista y la otra no, el Consejo se podría renovar parcialmente, pero para elegir al nuevo presidente del Supremo el órgano tiene que estar completamente renovado.

Fuentes judiciales consideran complicado que se pueda encontrar una solución política que permita renovar el CGPJ a corto plazo. “Será difícil encontrar a un candidato de la talla de Marchena que esté dispuesto a quedar como un candidato colocado a dedo por los partidos”, afirma un magistrado bajo condición de anonimato.