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Una joven, víctima de los disparos de la Marina Real de Marruecos cuando huía a España

Dos españoles al mando de la embarcación que transportaba emigrantes irregulares se encuentran detenidos en Marruecos

Francisco Peregil
Documento de identidad de Hayat, la joven muerta por disparos de la Marina Real marroquí cuando intentaba llegar a España en una lancha.
Documento de identidad de Hayat, la joven muerta por disparos de la Marina Real marroquí cuando intentaba llegar a España en una lancha.LeDesk

La operación de la Marina Real de Marruecos contra una lancha cargada de emigrantes se saldó este martes con la muerte por disparos de una joven marroquí de 19 años. En la embarcación viajaban 18 personas, incluidos un piloto de nacionalidad española y su acompañante, también español y de origen marroquí. Ambos resultaron ilesos y se encuentran detenidos en Marruecos. Además de la joven fueron alcanzados otros tres pasajeros que vivían también en Tetuán, aunque uno de ellos es originario de Alhucemas.

La joven fallecida se llamaba Hayat, que significa "vida" en árabe. Vivía en Tetuán y estudiaba Derecho en la ciudad próxima de Martil, a 11 kilómetros. El Gobierno marroquí evitó confirmar su muerte en las primeras 24 horas, pero la mayoría de los medios locales la daban por cierta citando “fuentes de la seguridad”.

Varios de los compañeros de Hayat en la universidad de Derecho de Martil indicaron al medio digital LeDesk que la estudiante provenía de una familia muy modesta. Tenía dos hermanos y una hermana. Su padre se encontraba en paro y su madre trabajaba en un centro de tratamiento de pescado. Hayat intentó compaginar sus estudios con el trabajo. Envió solicitudes a varias empresas, pero no obtuvo respuesta. A veces trabajaba como cuidadora de niños en algunas casas. Hayat apenas reveló a sus compañeros que tenía pensado emigrar a Europa, donde iba a reunirse con una tía.

El incidente sucedió el martes en aguas próximas a la localidad norteña de Fnideq. El Ministerio del Interior reveló ese mismo día en un comunicado que la lancha, del tipo Go Fast, transportaba “candidatos a la emigración clandestina”. Las autoridades marroquíes aseguran que advirtieron varias veces a la embarcación para que se detuviese y fueron desobedecidas. A partir de ese momento, los miembros de la Marina Real decidieron disparar sus armas de fuego. Hayat fue alcanzada en el tórax y el abdomen, según LeDesk.

Mohamed Benaisa, director del Observatorio del Norte por los Derechos del Hombre, informó a este periódico que entre los tres heridos, hay uno, procedente de Alhucemas, que se encuentra en estado crítico, hospitalizado en Rabat, con un brazo amputado.

Fuentes próximas a la investigación policial, citadas por el canal público 2M, aseguran que los migrantes supervivientes han declarado que intentaron, sin éxito, neutralizar al conductor español de la lancha para obligarle a atender las advertencias de la Marina Real.

El piloto, cuyas iniciales son J.D.Q., iba a cobrar 5.000 euros de los organizadores del viaje, supuestamente afincados en España, según fuentes de seguridad citadas por medios locales. J.D.Q. ya había sido detenido en 16 ocasiones, ha confirmado Europa Press.

El incremento del éxodo de marroquíes en patera hacia las costas españolas comenzó en 2017. Casi el 40% de los 22.900 migrantes que llegaron ese año a Andalucía desde el norte de África, eran argelinos y marroquíes, según informó Frontex, la agencia europea de control de fronteras.

En lo que respecta a 2018, ya han llegado a las costas españolas 33.215 inmigrantes irregulares. De ellos, 6.433 son marroquíes, según datos del Ministerio del Interior. Diversas ONG que trabajan en la zona del Estrecho señalan que hay dos factores decisivos para explicar esta oleada de sin papeles marroquíes intentando llegar a Europa que no se veía desde 2001 y 2002: el desempleo y la represión de las protestas de Alhucemas.

Jóvenes sin futuro

Un miembro de una ONG explicaba recientemente a este diario: "La represión brutal de esas protestas ha enviado un mensaje muy claro al resto del país. Si metes en la cárcel a un niño de 14 años por salir a la calle a protestar, estás dejando a los jóvenes sin salida”.

“El problema de estos jóvenes”, explica Mohamed Benaisa, quien también reside en Tetuán, como las cuatro víctimas de la patera, “es que ellos no tienen ninguna perspectiva de futuro. No hay ningún incentivo, nada que les haga pensar que después de sacrificarse varios años van a vivir mejor que ahora”.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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