Oubiña y la madre contra la droga gallega se enzarzan durante el juicio

El juicio civil que este miércoles ha sentado por primera vez en el banquillo a la dirigente de Erguete, Carmen Avendaño, por un excapo del narcotráfico, el caballo de batalla de esta asociación de madres de extoxicómanos, ha quedado visto para sentencia. El cara a cara entre el demandante, Laureano Oubiña, y la activista gallega, a la que le pide una indemnización de un euro, ha derivado en un debate sobre drogas y libertad de expresión que ha sido interrumpido varias veces por el juez. El magistrado ha intentado centrar el proceso en el origen de la demanda contra el honor, cuando Avendaño insinuó que el exnarcotraficante de hachís se dedicó a comerciar también con otras drogas, en alusión a la cocaína y heroína.

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Arropada por un nutrido grupo de mujeres de su asociación que fletó un autobús para presenciar el juicio, Avendaño ha sido la primera en responder a las preguntas del abogado de la acusación, Gerardo Gayoso. La dirigente ha admitido los hechos pero ha alegado que las declaraciones que hizo a la periodista Pepa Bueno en el programa de la Cadena SER Hoy por Hoy en julio del pasado año se referían al tabaco y no a otras drogas. “El hachís también acaba matando a los que empiezan a consumirlo”, ha puntualizado.

El interrogatorio ha llevado a la dirigente de Érguete a subir el tono de sus manifestaciones y ha sido amonestada por el juez para que rectificara: “Este señor me parece un bocazas y si nos ataca o me ataca a mí, tenemos que defendernos”, ha declarado Avendaño. “Rectifico lo de bocazas, yo en su vida privada no me meto, pero el hachís no es inocuo, es peligrosísimo y me reafirmo en ello”. Ha insistido Carmen Avendaño en que no siente animadversión contra Oubiña. “Yo no busco a la prensa, son los medios los que me entrevistan a mí; hace más de treinta años que luchamos contra la impunidad de las drogas, aunque no digo que la intención de este señor sea matar a los consumidores”, ha explicado al tribunal.

Un Laureano Oubiña comedido ha tratado de desmontar las declaraciones de su rival asumiendo las tres condenas por tráfico de hachís -"las he cumplido día por día durante 32 años”- y otra de blanqueo que se extinguirá el 2 de septiembre. “Yo nunca fui condenado por contrabando, que le quede claro, y que yo sepa la Convención de Viena no lo contempló como una droga”, ha esgrimido el excapo.

Oubiña ha recriminado a Avendaño que le hubiera llamado “asesino”. “Porque lo de bocazas me ofende pero para las que me ha llamado, hasta lo considero un piropo”, ha dicho. “Antes estaba preso y no podía defenderme, pero ahora pondré las demandas que sean necesarias porque nadie tiene patente de corso para injuriarme”, advirtió. “Que yo sepa nadie ha muerto por el hachís, salvo un cerdo en Carril que murió de una enchenta [sobredosis]”, ha dicho, recordando un viejo capítulo del narcotráfico en el que el animal había devorado uno de los fardos que traficantes de Vilagarcía habían escondido cerca de una cochiquera.

La fiscal del caso ha pedido que la demanda de Oubiña contra Avendaño sea desestimada porque entiende que la dirigente de Érguete actuó dentro de los límites de la libertad de expresión, en un contexto de “participar en la formación de la opinión pública” y a la que “no se le debe exigir el rigor de un periodista al informar”. “Ni injuriosos ni vejatorios se pueden interpretar estas declaraciones hechas en un contexto de contienda pública y debate abierto”, ha concluido la representante del Ministerio Fiscal.

La abogada de Avendaño, Sonia Fernández, ha recordado que a Oubiña, “personaje famoso y popular”, se le ha tachado en los medios de “capo” y como el “Escobar gallego” desde 1987 y ha defendido el papel de la dirigente de Érguete, reconocida por su labor en defensa de una sociedad sin drogas. Frente a ella, el abogado de Oubiña ha mantenido la tesis de la demanda y le ha augurado al juez “una difícil labor” para dictaminar si se han excedido los límites del derecho al honor.

Carmen Avendaño ha abandonado los juzgados de Vilagarcía rodeada por sus seguidoras y en medio de una gran expectación mediática. “Lo que más me duele es que alardee de que solo traficó con hachís y lo único que ha buscado con esto es su afán de protagonismo, para promocionar su libro”, ha comentado la presidenta de Érguete, “pero confío en la justicia”.

Oubiña ha salido de último, con su abogado. “No tengo nada que decir, solo que eché de menos el autobús de Caixanova y el del Club del Celta”, ha comentado con retranca Oubiña para añadir. “Aquí vino la señora Avendaño con el autobús de Érguete, la asociación con la que empezó la carrera y que le llevó a ser consejera con sueldo de la desaparecida Caixanova, y ahora la vemos de directiva del Celta”.