_
_
_
_

Muchos mensajes y pocas ideas en la campaña para suceder a Rajoy

Cospedal, Sáenz de Santamaría y Casado priorizan los guiños internos a las propuestas

Juan José Mateo
Soraya Sáenz de Santamaría, durante un acto de campaña.
Soraya Sáenz de Santamaría, durante un acto de campaña. Carlos Díaz (EFE)

La campaña de los tres favoritos a suceder a Mariano Rajoy al frente del PP —María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado— está siendo rica en mensajes internos y pobre en propuestas programáticas.

Más información
La presión mediática y la candidatura de Casado frenaron a Feijóo
El PP advierte a sus candidatos de que no pueden aceptar donaciones
La sucesión del PP arranca entre críticas a la elección a doble vuelta

“Destacaría la improvisación”, fotografió Gustavo Entrala, experto en comunicación. "Se nota que la realidad les ha cogido por sorpresa en al menos dos ocasiones: nadie esperaba primero la dimisión de Rajoy del partido; y la desactivación de la opción Núñez Feijoo ha desdibujado los esbozos -si los había- de alianzas y estrategias que se hubieran establecido respecto al supuesto favorito", continuó. “Se les nota desentrenados en la articulación de ideas ilusionantes para el electorado”, siguió. “Tras la victoria de 2011, el PP de Rajoy se desideologizó para ser una agrupación política tecnocrática”, argumentó. “Casado representa una mayor promesa de renovación, pero la credibilidad de su discurso está lastrada por la controversia de su pasado académico”, siguió. “Soraya se está proponiendo como alguien capaz de ganar a Pedro Sánchez”, añadió. “Y Cospedal está apoyándose en la actualidad política”, remató sobre la secretaria general, que ha confrontado con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, tras decir que habría aplicado un 155 más duro.

Huérfanos de un debate entre los candidatos, los afiliados del PP apenas han escuchado propuestas. Los líderes del partido sí han visto mucha escenografía para tocar la fibra sensible de las bases —como la visita de Casado a Hermua, la tierra de Miguel Ángel Blanco—. También, gestos para delimitar el terreno de juego: Cospedal presentó su candidatura en una junta directiva del PP de Castilla-La Mancha para mostrar su peso orgánico; Sáenz de Santamaría en el Congreso para defender su capacidad de hacer oposición al PSOE, y Casado en una acera de la sede nacional para unir su condición de dirigente nacional a la de outsider de las elecciones.

“Casado mezcla tradición y juventud”, dijo un barón autonómico. “Soraya es la fiabilidad institucional, la capacidad de ganar elecciones y competir con Ciudadanos”, siguió. “Y Cospedal es el partirse la cara por las siglas”.

En lo que va de campaña, Cospedal ha intentado encarnar la tradición y los valores del PP. Una foto lo resume todo: a su paso por Valencia, evocó a la exalcaldesa Rita Barberá y su legado fotografiándose con Asunción, su hermana. También ha intentado jugar otras dos bazas: la de su capacidad para ganar elecciones (recordando que en dos ocasiones se impuso en las de Castilla-La Mancha) y su tirón entre la franja de electores más fieles del PP, que son los mayores de 60 años ("Los mayores de 45 años también tenemos derecho a la vida", ha dicho).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Por su parte, Sáenz de Santamaría se ha presentado como rival de Pedro Sánchez, evitando confrontar con el resto de aspirantes en la elección interna del PP. "No es ganar el congreso, sino las elecciones", ha sido uno de los argumentos que más ha repetido la candidata, permanentemente rodeada de exministros como Fátima Báñez, lo que le ha ayudado a transmitir la imagen de que está capacitada para gestionar.

Casado, finalmente, ha intentado unir el cambio generacional que a su juicio necesita el PP con el respeto a la obra de sus predecesores. Quiere unir, dice, a Ortega Lara, Rajoy y José María Aznar. Hacer un PP que mire al futuro sin olvidar a Mayor Oreja, San Gil o Miguel Angel Blanco. Es el favorito del aznarismo. Mezcla un discurso duro ("Quemar banderas españolas, por mucho que diga Estrasburgo, aquí es delito") y que tiene como referente al ala más conservadora del PP ("“Yo he venido a Alsasua a decir que viva la Guardia Civil”) con una imagen amable. "Soy el candidato que más teme la izquierda y Ciudadanos", defiende.

“Hay tres ideas fuerza”, enumeró otro líder regional. “Renovación, Pablo. Partido, Cospedal. Ganar elecciones, Soraya”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_