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Las sedes del PP, coto de los más movilizados

Las bases del PP muestran ilusión en el camino hacia las elecciones del 5 de julio, pese a la baja participación

Cuatro afiliados del PP, en la sede del partido en el distrito de Salamanca (Madrid).
Cuatro afiliados del PP, en la sede del partido en el distrito de Salamanca (Madrid).VÍCTOR SÁINZ

En cada pared de la sede del PP en el distrito de Salamanca (Madrid) hay al menos una fotografía enmarcada. Una lámina de Rajoy autografiada, un cartel de la campaña electoral de José María Aznar de 1989, las fotos de los reyes y de Esperanza Aguirre, las del Manuel Fraga y Margaret Thatcher. El cuadro con la foto de Cristina Cifuentes está descolgado, sobre una mesa donde se acumulan cajas de cartón. Solo los militantes tienen libre acceso. Macarena Puentes, de 31 años, llega con un fajo de papeles impresos. Son los últimos afiliados que se inscribieron para votar en las primarias del 5 de julio al próximo líder del partido. En la cuenta atrás hacia las primarias, las sedes del partido conservador se han revolucionado pese a la baja participación. Solo 66.300 de los 869.500 afiliados que el PP decía tener a 6 de junio (el 7,6%, según los datos preliminares) se han inscrito en toda España para votar al candidato que podrá ser elegido sucesor de Mariano Rajoy en el Congreso Nacional del 20 y 21 de julio.

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Puentes calcula que de los casi 5.000 militantes que hay en el distrito de Salamanca unos 250 se habían inscrito hasta el viernes para votar. “Ay, qué alegría me das”, expresa Marian del Molino, que vuelca los datos manuscritos en un documento de Excel para enviarlos a Génova. Cerca de la imagen de los reyes Juan Carlos y Sofía, José Miguel Jiménez, de 67, y José Luis Jordán, de 47, debaten. La joven que llegó con el fajo de papeles les pide que bajen la voz. El primero apoya a María Dolores de Cospedal y el segundo trabaja en el equipo de José Manuel García-Margallo. “Venimos pidiendo primarias. Estamos muy contentos porque ahora tenemos democracia”, señala Jordán. Jiménez aclara: “El de antes no me parecía un mal sistema. Por mi experiencia, en las primarias de otros partidos tampoco había limpieza absoluta”.

Cerca de un ventanal que da a una iglesia, cinco militantes, los más jóvenes que se reúnen esa tarde en la sede, coinciden en que les parece “muy bien” el nuevo sistema electoral de doble vuelta, diseñado en el último congreso del partido. “Estamos poco duchos”, aclara uno en referencia a las primarias regionales de 2017 en las que la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, resultó electa con el 86%. En la última semana han estado haciendo turnos de dos horas y media por la tarde para llamar a los afiliados. “Una renovación siempre es buena”, dice Juan García López, de 19 años. Aunque aclara: “Que sea una renovación o no va a depender de lo que decidan los afiliados”.

Tres afiliados del PP ingresan los datos de las personas inscritas para votar el 5 de julio.
Tres afiliados del PP ingresan los datos de las personas inscritas para votar el 5 de julio.Víctor Sainz

“Yo entré al PP con Rajoy y durante mucho tiempo pensé que prácticamente me iba a morir con él”, cuenta Paula Estaca, militante de 24 años, que desde los 14 está involucrada en la formación. Está sentada en una de las oficinas de la sede del PP en Tetuán (Madrid), donde por la mañana se ven más banderas de España que personas: una grande de tela a la izquierda, cuatro impresas en papel y pegadas sobre las paredes y otras cuantas en las muñecas de algunos de los militantes. “¿Hay vida después de Rajoy?”, se cuestionó, agobiada, cuando el expresidente dimitió después de que saliera adelante la moción de censura a su Gobierno.

En este distrito del norte de Madrid el PP obtuvo el 38% de los votos en las municipales de 2015. Desde hace una semana, han reforzado los turnos y vocales vecinos se alternan de mañana y de tarde para llamar a cada uno de los 2.000 afiliados de esa sede e informarlos de que pueden inscribirse para elegir si tienen la cuota al día. “Nos ha servido para que mucha gente que estaba desconectada vuelva a venir”, cuenta Estaca.

“Cada vez que hay una movida se animan”, apunta Milagros Elorriaga, de 84 años, que afirma ser militante política “desde antes de morir Franco”. Se siente triste porque admiraba a Rajoy, pero fuera de eso ve las elecciones “como una cosa normal”. Mariano Peña Muñoz, de 89 años, come un caramelo de envoltorio azul con las iniciales del partido inscritas y comenta que le parece “muy moderno y muy bien” que el PP tenga primarias. “Estos que se han presentado son magníficos todos”, opina.

Soraya Saenz de Santamaría mira el partido España-Marruecos en la sede del PP en Vallecas.
Soraya Saenz de Santamaría mira el partido España-Marruecos en la sede del PP en Vallecas.Carlos Rosillo

Las paredes están casi despojadas en la sede del PP en Puente de Vallecas. Quitaron la mayoría de las fotos de los "referentes" y ahora están apiladas sobre un mueble. “Como estamos con el tema del cambio, no podemos mostrar a nadie”, explica Ricardo Serrano, de 60 años. Su voz se superpone con la de otras seis personas que hablan a la vez. “Esta es una de las sedes donde más hay que luchar”, opina María Jesús Tris Marco, de 78 años. Mueve los brazos como si arrastrara una muleta de torero: “Estar en Vallecas es como torear el toro bravo”.

La primera planta del edificio donde está la sede de Puente de Vallecas, el distrito de la capital donde el PP sacó un 18% en las últimas elecciones municipales, es un ir y venir de personas cuando faltan tres horas para que cierre el plazo de inscripción para votar en las primarias del partido el próximo 5 de julio. En esta sede, donde hay unas 1.450 personas afiliadas, en la última semana se han inscrito “más de 100 personas”, según la presidenta, Eva Durán. Por las vacaciones, “son fechas malas”, sostiene.

Los afiliados llegan, se sientan y completan un formulario de seis campos. Julia Conde, de 79 años, completa la hoja, una fotocopia en blanco y negro, y enseña su carnet de afiliada, que tiene desde 1997. Lleva sombra azul celeste y un vestido a tono. Va “con Pablito”. “Casado, no Iglesias”, aclara. “Es joven, que es lo que hay que mirar ahora”, opina mientras se abanica porque los ventiladores no dan abasto. Siente incertidumbre: “Espero que se renueve el partido y que siga en alzas”.

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