Iglesias y Montero salvan la consulta de Podemos sobre su chalé con el rechazo de un tercio de los votantes
El 68,4% de los inscritos que han votado creen que deben permanecer en la secretaría general y la portavocía parlamentaria mientras el 31,58% prefería que dimitieran
Pablo Iglesias e Irene Montero han obtenido el respaldo del 68,42% de participantes en la consulta a las bases de Podemos para permanecer en sus cargos institucionales y orgánicos como el secretario general y la portavoz en el Congreso tras la crisis que originó su compra de un chalé de 615.000 euros y la firma de una hipoteca de 540.000 euros. 128.300 votantes se han decantado por su continuidad frente a la contestación interna de 59.224 inscritos (31,58%) que creen que debían dimitir. El plebiscito batió el récord de participación de Vistalegre II.
El voto negativo expresado por un tercio de los inscritos que han votado constata el malestar de un porcentaje importante de las bases de Podemos con la compra del chalé en Galapagar, a 40 kilómetros de Madrid y cercano a la sierra de Guadarrama, al entender que no era coherente con el ideario de Podemos frente a las élites. Para un número significativo de los votantes sus más de 250 metros cuadrados construidos en una parcela de 2.000 con piscina y casa de invitados contradicen el discurso político abajo-arriba de la formación que se considera la abanderada de los intereses de “la gente” contra “la casta”. Viendo el enfado interno, la preocupación por el impacto que el chalé tenga a medio plazo en futuras elecciones cobra fuerza entre cuadros de distinto nivel de Podemos.
“Tomo nota del 30% que no nos ha apoyado”
“Mi obligación es seguir al frente de Podemos y representar dignamente tanto al 70% que me apoya como al 30% que querría otro secretario general. Lo asumo con más ilusión y con más madurez que nunca”, ha reaccionado Pablo Iglesias a los resultados de la consulta. El secretario general de Podemos ha reconocido el relevante nivel de descontento entre las bases en un comunicado en el que tampoco oculta que “no han sido días fáciles”. “Tomo nota del mensaje del 30% de inscritos que no nos han apoyado”, asevera en el escrito.
“Cometo errores y seguramente los seguiré cometiendo, pero nadie podrá decir que nos aferramos al cargo o que nos escondimos ante la crítica”, continúa el comunicado de Iglesias. El líder de Podemos ha subrayado la participación en la consulta “más numerosa” de la historia de esta formación, fundada en 2014.
Iglesias también ha achacado al enemigo externo la última crisis del partido: “Nos hemos enfrentado al más poderoso de los adversarios, la casi total unanimidad de la opinión publicada, que ha sido capaz de convertir un asunto privado en un debate público nacional”.
El referéndum en el que los dos dirigentes de Podemos se jugaban su futuro político deja un apoyo similar al número de votos (128.700) que le valieron a Iglesias para ser reelegido como secretario general en el congreso de Vistalegre II en febrero de 2017. Entonces fue refrendado por el 89% de los votantes en el proceso, lo que supone 21 puntos más que el respaldo recibido en la consulta por el chalé. Los votos en blanco en la consulta celebrada durante la semana han sido 652 (0,35%). El censo de inscritos que podían votar en la consulta era de 487.772 personas, de las que 158.452 se consideran activas (han accedido al menos una vez en el último año al portal de participación de Podemos).
Sin campaña de ninguna de las corrientes principales por el no —la opción por la que optaron los Anticapitalistas, la tercera familia más importante y que estos días ha tenido la voz cantante contra la adquisición de Iglesias y Montero y que se llevara a cabo la consulta, ha sido la abstención—, había quienes confiaban en una diferencia mayor entre los partidarios de Iglesias y Montero y quienes animaban a su dimisión. Así lo entienden las voces críticas con la dirección, que destacan además que el aparato del partido se implicó en el éxito de la consulta.
Uno de los factores determinantes en el plebiscito era que nadie saldría ganando con el fracaso de Iglesias y Montero. La razón es que su renuncia —ambos especificaron el 19 de mayo, durante el anuncio de la consulta, que su permanencia a los mandos de Podemos o su pérdida de hegemonía sería conjunta— abriría una crisis de proporciones desconocidas en en Podemos a un año de las elecciones autonómicas y municipales. Menos aún si tenemos en cuenta el calendario electoral que fija los comicios en Andalucía para marzo. El vacío de poder desembocaría en un Vistalegre III que volvería a centrar al partido en sus cuitas internas y le impediría prestar atención a las elecciones.
Participación récord
En lo que no hay dudas y no caben interpretaciones es en el éxito de movilización de la consulta. Podemos marcó un nuevo récord de participación con 188.176 inscritos votando en el proceso, lo que supone el 38,5% del censo. Esta cifra se aproxima a los 200.000 que calculaban en las altas esferas de la formación y que supera con creces a la conseguida en Vistalegre II. En la reelección de Iglesias como secretario general participaron 155.275 inscritos (34,5% del censo) mientras que la nueva marca alcanzada en un proceso interno de Podemos mejora ese registro en 33.000 participantes.
Iglesias recalcó durante la semana que no le bastaría con ganar el referéndum. Animó a una participación masiva que legitimara el resultado, aunque eludió dar cifras concretas de qué porcentaje de respaldo consideraría que le respaldaría a él y Montero en sus responsabilidades. “Con total claridad: una participación baja sería un fracaso absoluto y nos obligaría a dimitir”, llegó a afirmar el dirigente de Podemos. Deslizó que sería “espectacular” que hubiera “más de 120.000 votos en la consulta”. “Una participación alta sería un éxito independientemente del resultado, nos obligara a seguir en nuestros cargos o nos obligara a dimitir”, abundó.
Los otros dos procesos con mayor participación de Podemos eran la consulta en la que las bases aprobaron no investir presidente del Gobierno al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en abril de 2016. Entonces la participación fue de 149.513 inscritos (37%). Un mes después, la confluencia con IU en las elecciones generales del 26-J, dentro de la fórmula de Unidos Podemos, también salió adelante con una afluencia de 144.569 inscritos (35%).
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