Emprendedores críticos en la universidad
Al foro de 600 rectores le inquieta que los campus estén más preocupados por la empleabilidad que por transmitir los valores humanistas tradicionales
El 40% de los 9.000 estudiantes encuestados en 19 países por Universia —red constituida por 1.341 universidades de 23 países, la mayoría sudamericanos, que representan a 19,2 millones de estudiantes y profesores— suspende a sus campus en su vertiente práctica. Sin embargo, los 600 rectores reunidos desde este lunes por esta plataforma en Salamanca insisten en la necesidad de preservar los viejos valores humanistas de la universidad frente a la empleabilidad inmediata. Los rectores, convocados por el Banco Santander, mecenas de esta red universitaria, remarcan que lo importante es amueblar bien la cabeza para poder abordar el futuro. Los ciudadanos deben contar con herramientas para afrontar retos inimaginables, no solo destrezas para solventar los problemas presentes.
“¿Qué conocimientos debemos dar a los alumnos?”, se preguntó en el encuentro Pam Fredman, presidenta de la Asociación Internacional de Universidades. En su opinión “la parte social y humanística del conocimiento se está perdiendo en la universidad y va a ser fundamental en el futuro para tener líderes fuertes”. Por ese motivo, Fredman es partidaria de combinar la formación online, “que es mera información”, con la presencial “para no perder las perspectivas éticas y humanísticas”.
El Rey, presente en la inauguración de estas jornadas de Universia junto al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo, ahondó en esta idea. Para el monarca es indispensable “recuperar y fomentar los valores humanistas que siempre han caracterizado a la universidad para poder enfrentar, de un modo solvente y acertado, todos los desafíos” en un mundo digital.
“La universidad se ha tecnologizado mucho. No podemos formar máquinas de producir sino de pensar”, se lamentó el rector Juan Carlos Henao de la Universidad de Externado (Colombia) en este simposio en la Universidad de Salamanca, que celebra sus 800 años. “Debemos de centrarnos en la educación para la incertidumbre, más que de la educación para la seguridad”.
En esta idea humanista profundizó el físico Pedro Miguel Echenique, exconsejero vasco de Educación: “Una universidad cuya misión sea solo la empleabilidad no está bien enfocada. Lo que no significa que no necesitemos especialistas. Entender es más importante que saber”. Echenique alabó los posgrados —“son fabricas de talento para la empresa, la política o la ciencia”—, pero criticó los “doctorados superespecializados porque no producen pensadores críticos”. Echenique alertó en otro sentido: “La universidad tiene que ser catalizadora de la innovación, pero no el taller barato de las empresas. El conocimiento es la clave de la nueva economía y cuanto más se usa, más hay”.
En esta conexión universidad-empresa abundó, cómo no, la anfitriona Ana Botín, presidenta del Banco Santander y de Universia. En su opinión, las compañías, como su banco, deben ganarse “la confianza de las personas mediante una conducta ética; acompañar los cambios sociales que genera la transformación digital; impulsar el crecimiento inclusivo, para que cada vez más personas puedan participar del desarrollo, y fomentar el crecimiento sostenible, integrando el cambio climático y los cambios demográficos”.
Frustración
Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, relató el lado dramático de formarse y no encontrar un empleo acorde a la preparación: “Nuestro estudio sobre las competencias de los adultos es muy contundente. Muestra la frustración de las personas, lo que les lleva a un rechazo de las instituciones creadas en los últimos 100 años, incluso a un rechazo de la democracia. Y ello produce fenómenos como el Brexit, el resultado electoral de Estados Unidos, que Holanda haya tardado siete meses en tener Gobierno o Alemania cinco meses. O la fragmentación en el voto que se ha visto en España”.
El físico Echenique recurrió a palabras del catedrático Francisco Tomás y Valiente, que fue profesor en Salamanca, y que ahondan en la reflexión humanista: “Hay que proclamar con orgullo que esta es la institución en la que desde hace siglos, en alguna más de siete, se piensa sin condiciones ni límites. Se aprende a dudar metódicamente. Se investigan saberes aparentemente inútiles sin los cuales no habría ni ciencia, ni cultura, ni vida, en realidad, humana. Una institución que solo ha sido grande cuando en ella se ha pensado con, desde y sobre la libertad”.
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