El Consejo de Europa pide la dimisión del senador del PP Pedro Agramunt
La institución insta a que abandone la asamblea parlamentaria tras las graves alegaciones de corrupción
El Consejo de Europa quiere desterrar a los corruptos de su asamblea parlamentaria. La institución con sede en Estrasburgo ha pedido a cinco diputados con graves casos de corrupción a sus espaldas (entre ellos, el senador popular Pedro Agramunt y el diputado del PDeCAT Jordi Xuclà) que abandonen sus cargos. La asamblea, que reúne a parlamentarios de los 47 países del Consejo de Europa, ha aprobado este jueves una resolución que apela a la "responsabilidad política individual, incluida la posibilidad para quienes han sido elegidos de renunciar a sus mandatos". La institución no puede expulsarlos directamente.
Con esta diplomática llamada a la dimisión, la asamblea responde a la investigación independiente encargada por esta institución para desvelar las prácticas corruptas que caracterizaron durante años la actuación de al menos cinco diputados. Ese trabajo, conocido el pasado lunes, alertaba de sobornos de las autoridades de Azerbaiyán hacia Agramunt para suavizar el tono crítico de la institución hacia los déficits democráticos del país. El texto aludía a regalos recibidos por el senador español, informes que incorporaban sugerencias recibidas por las autoridades azeríes y hasta presuntos sobornos con prostitutas para ganarse el favor de Agramunt, que presidió la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa entre enero de 2016 y octubre de 2017. La institución forzó su salida tras conocerse que había viajado a Siria con diputados rusos y se había entrevistado con el presidente Bachar el Asad sin contar con el beneplácito de Estrasburgo.
Al diputado Xuclà, que también participó en la visita a Damasco, se le reprocha un exceso de interés en presidir una de las misiones electorales que el Consejo de Europa envió a Azerbaiyán. La resolución de esa cita electoral concluyó que había sido “libre, justa y transparente”, en un país con opositores políticos encarcelados. Algunos de los testigos destacan con extrañeza que la resolución apareciera en un inglés perfecto, “aunque su inglés no era perfecto”, pocas horas después de que Xuclà se ofreciera a redactarla. De este modo sugieren que el texto pudo ser dictado por las autoridades azeríes.
Tras los numerosos testimonios recabados por los investigadores en su informe, la asamblea cree que las alegaciones de corrupción son ahora "incuestionables". Y frente a los argumentos de Agramunt, que se escuda en que no hay nada probado, el comunicado apunta que no era la tarea de este cuerpo de investigación "aportar pruebas en el sentido judicial de los comportamientos corruptos" allí reflejados. El Consejo recuerda que "esa es la tarea de las autoridades nacionales". En el propio informe de los investigadores se sugería a la fiscalía de España que rastreara los posibles pagos que hubiera podido recibir Agramunt como contrapartida a su actuación favorable a las autoridades azeríes.
El Consejo de Europa se limita a pedir dimisiones porque su reglamento no contempla la expulsión por violaciones del código de conducta. Si la institución, que data de 1949, tiene sospechas de comportamientos erróneos, puede investigar, remitir el caso a las autoridades nacionales y adoptar sanciones que, como máximo, impiden temporalmente al diputado sospechoso representar a la institución. Esta misma falta de instrumentos se constató cuando Agramunt se negaba a abandonar la presidencia de la asamblea, a mediados de 2017. Entonces se cambiaron las reglas para poder retirar de sus funciones a presidentes y vicepresidentes, pero no a los diputados rasos.
Más allá de Azerbaiyán
Hasta ahora el político valenciano se ha mostrado desafiante ante las acciones que se le atribuyen. Agramunt niega su veracidad y asegura contar con el respaldo del Partido Popular para mantenerse en el Senado. Como representante de los ciudadanos en esta institución mantiene su asiento en el Consejo de Europa, que le pide que se marche. Consciente de que el problema va más allá de las actuaciones de cinco miembros corruptos, la asamblea pide "un cambio real en las prácticas y actitudes parlamentarias".
Antes de aprobar la resolución, los diputados de Estrasburgo han celebrado un debate sobre los casos de corrupción destacados en el informe independiente. "Hay que aplicar el código de conducta cuanto antes. Muchos de nosotros nos sentimos traicionados", defendió la socialista belga Petra de Sutter, autora del texto que ha motivado la resolución.
Muchos de los diputados que intervinieron aludieron directamente a Agramunt para lamentar su actuación. Algunos sugirieron que las corruptelas van más allá del caso de Azerbaiyán. "Si recibió dinero de ese país, ¿por qué no también de Rusia?", se preguntó la liberal ucrania Olena Sotnyk.
El PP respalda al político valenciano
Las graves acusaciones de corrupción que afectan al senador valenciano Pedro Agramunt no han hecho mella en el Partido Popular. El secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales de esta formación, José Ramón García-Hernández, señaló en un comunicado que la resolución parlamentaria de Estrasburgo “no tiene consecuencias jurídicas”. El escrito de esa institución fue aprobado con 123 votos a favor y nueve en contra.
Este responsable obvia que Agramunt se ha negado a colaborar con los investigadores y alega que se explicará en mayo.
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