Una víctima de Alsasua ha cogido miedo a tratar con la gente del pueblo

El juicio por la agresión a dos guardias civiles y a sus novias en un bar de Alsasua (Navarra) en 2016 entra en su fase final. Este miércoles dos psicólogas que trataron a María José, vecina del pueblo y novia del teniente que sufrió las peores consecuencias del ataque, han constatado ante el tribunal que la joven sufre “estrés postraumático” que se concreta, entre otros síntomas, en “miedo a relacionarse con gente del pueblo” y “dificultad para disfrutar de la vida”. Las psicólogas, que han sido llamadas a declarar a petición del abogado de la joven, han señalado que esta sufre también “sensación de culpa” por el daño a sus padres y muestra “empatía” hacia los agresores. “No muestra sentimiento de venganza, más bien de tristeza y de pérdida”, han afirmado.

Tras la prueba pericial de las dos psicólogas, ha acudido a declarar dos médicas de atención primaria a petición de uno de los ocho acusados, Oihan Arnanz. Han Manifestado que la fractura de tibia y peroné que sufrió el teniente agredido es más habitual en “una torcedura de tobillo con caída” que en golpes directos propinados con energía.

Los ocho jóvenes que ocupan el banquillo de los acusados por la agresión de Alsasua se enfrentan a una petición de la fiscalía de entre 12 y 62 años de prisión. El alcalde de Alsasua (Navarra), Javier Ollo, de Geroa Bai, criticó el pasado viernes en la Audiencia Nacional la “desproporción judicial” que supone juzgarles como delito de terrorismo. Este martes, dos peritos de la Guardia Civil relacionaron los hechos que se juzgan con la estrategia de ETA para expulsar a las fuerzas de seguridad estatales del País Vasco y Navarra.