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Los diez días al límite de Podemos

Los planes de Bescansa para desbancar a Iglesias, unida a la rivalidad entre Errejón y Espinar por el control de Madrid, llevan al partido a su momento más trágico desde Vistalegre II

José Marcos
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y Ramón Espinar, el pasado jueves.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y Ramón Espinar, el pasado jueves. Jaime Villanueva (EL PAÍS)
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El plan de Carolina Bescansa para derrocar a Pablo Iglesias y repartirse el dominio de Podemos con Íñigo Errejón, combinado con la bronca entre el futuro candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2019 con el líder territorial, Ramón Espinar, por el formato de las primarias y el control de la federación, han llevado esta semana a Podemos al límite tras desatarse una crisis sin precedentes. Hasta el punto de que ha desviado la atención que recaía sobre Cristina Cifuentes, en la picota por el máster que puede costarle la presidencia de la Comunidad. Y al PP una comunidad autónoma donde gobierna sin interrupción desde 1995 y es la joya de la corona de Génova: es donde el PP aplica primero las políticas que luego expande al resto del país.

La operación difundida en el canal de Telegram de la cofundadora de Podemos provocó un “Armageddon”, según definen una decena de actores principales y secundarios de todas las familias del partido a la última marejada interna, que terminó precipitando un armisticio entre Errejón y Espinar. La intervención de Iglesias fue fundamental justo cuando la desconfianza y heridas reabiertas de Vistalegre II amenazaron con la ruptura total. Lo más irónico, confían en Podemos, es que los grandes referentes del partido no tienen ninguna diferencia en el proyecto. Otra cuestión son las relaciones personales de un grupo de intelectuales que en cuatro años han pasado de tener unos vínculos muy estrechos a ser enemigos íntimos.

Esta es la reconstrucción de los diez días en que Podemos se jugó su destino inmediato justo cuando mejor le daban las encuestas en los últimos meses. De acuerdo con los sondeos de Metroscopia para EL PAÍS, es el partido que más sube en 2018 (3,2 puntos) y se sitúa en el 18,3% de intención de voto. Desde enero el PP ha caído 2,8 puntos, hasta el 20,4%; el PSOE 2,5 (19,1%); y Ciudadanos mejora 1,6 (28,7%).

Miércoles 11. El Consejo Ciudadano Autonómico (CCA), máximo órgano de decisión regional del partido, se reúne a las 18.00 en la sede de Podemos en la calle Princesa, a unos pasos de la Plaza de España, para aprobar las bases de las primarias de las que saldrá la lista autonómica del partido para 2019 a falta de los representantes de aliados como IU y Equo. La relación con el PSOE no supondrá ningún agravante en la crisis que se cierne sobre Podemos: Iglesias, Errejón y Espinar respaldan la moción socialista contra Cristina Cifuentes, en la picota por el máster que puede costarle la presidencia de la Comunidad.

El CCA, bajo control de Espinar —de sus 41 integrantes 11 son de Anticapitalistas y siete errejonistas— debate la voluntad de la dirección regional de adelantar las primarias a mayo para que según Espinar “haya candidato ya”. El proceso constaría de dos fases: una inicial de la que salga el candidato y otra posterior, que incluso puede dejarse para los meses de verano, de la que salgan los demás componentes de la lista.

Errejonistas y Anticapitalistas se declaran en contra. De entrada, porque ambos sectores no creen que sea el momento de abrir un proceso de primarias que reste foco a la crisis del PP de Madrid. Su preferencia es que las primarias se retrasen todo lo posible, a poder ser hasta otoño. Los afínes a Errejón —está invitado pero declina acudir a la reunión— insisten a su vez en que las primarias sean simultáneas.

La falta de avances ante las posturas irreconciliables de todas las partes cambia tras hora y media de discusión. Diferentes cargos consultados coinciden en que, desde la distancia, Iglesias interviene por primera vez en la crisis facilitando un acuerdo de mínimos entre Espinar y Errejón.

Sin cerrar el debate, el CCA opta tras dos horas reunido por una salida deliberadamente ambigua con el fin de ganar tiempo: primarias para elegir al candidato y primarias para elegir la lista. “Ambas deben producirse lo antes posible”, recoge el acta de la sesión. Sale adelante con 26 votos a favor, de las corrientes principales. Los nueve Anticapitalistas presentes se abstienen.

Pese a la coincidencia en el voto de los partidarios de Espinar —de la confianza del secretario general de Podemos— y de Errejón, las diferentes interpretaciones del formato de primarias recogido en el acta prenden la mecha de la última guerra civil en Podemos.

Jueves 12. La intención de la Ejecutiva regional de celebrar primarias en dos tiempos provoca la reacción de Errejón. El Secretario de Análisis Estratégico de Podemos no contempla que no sean al unísono y se declara “convencido” de que liderará “un proyecto integral” en el que se hará cargo “de todos los términos”. Esto es, que imperen sus preferencias en la confección de la lista. El ex número dos de Podemos deslizará a partir de este día hasta la resolución de la contienda que podría no haber una candidatura de unidad con Espinar si no se cumplen todas sus condiciones.

La escalada verbal origina la segunda mediación de Iglesias. El secretario general hace una llamada al orden sin un destinatario concreto. Su mensaje de que no permitirá “ni media tontería” ni que “nadie maree la perdiz” es para todos los actores en liza. Al día siguiente, tras haber calificado como “desconcertantes” las palabras de Errejón, Espinar reconoce que la crisis “se ha ido de madre” y se compromete a “reconducirla”. “He recibido el toque de Iglesias”, abunda el secretario general de Madrid.

Sábado 14. Las reuniones entre los equipos negociadores de Errejón y Espinar del día anterior, con las direcciones estatal y regional en plena comunicación, resuelven que las primarias sean simultáneas como pide Errejón. También se asegura el 60% de recursos de la Asamblea, autonomía para dirigir el comité de campaña y mayoría en el grupo parlamentario, según fuentes de la negociación. La ejecutiva de Espinar se niega a que el futuro candidato pueda tener capacidad de decisión en las coaliciones con otros partidos en municipios de Madrid y a que disponga de firma mancomunada ante la Junta electoral ya que entiende que entra dentro de las competencias de la dirección madrileña

Domingo 15. El CCA inicia después de las 10.00 la votación telemática del reglamento de primarias, que concluye a medianoche. La mayoría de Espinar en el órgano garantiza la aprobación del reglamento a falta de lo que hagan errejonistas y Anticapitalistas. Pasadas las 20.30, los Anticapitalistas votan en contra. Los errejonistas apurarán hasta casi el final del plazo y votan a favor sobre las 23.30. La votación se cierra con 29 votos positivos, 11 en contra y una abstención.

Lunes 16. Aunque Errejón ha impuesto sus principales demandas a Espinar, insiste en que no se han cumplido todas las condiciones para encabezar un proyecto “ganador”. La dirección de Espinar llega a contemplar que puede que no haya acuerdo. de producirse ese escenario, el líder territorial de Madrid tendría que comandar otra candidatura. Ya entrada la tarde, Errejón mantiene una conversación telefónica con Bescansa, a la que propone ser su número dos.

Miércoles 18. Este día marcará un antes y un después en la historia de Podemos. El canal de Telegram de Bescansa difundirá una propuesta-borrador en la que se invita a Errejón a desbancar a Iglesias. Antes de que estalle la tormenta política —Bescansa achaca la confabulación a un “error” de su equipo, desconocido para la decena de dirigentes preguntados—, el futuro candidato se dirige a una comida en el centro de Madrid con el secretario general autonómico de Comisiones Obreras, Jaime Cedrún, cuando la cofundadora de Podemos le convoca a una reunión en su despacho del Congreso. En el encuentro, cuyo tiempo varía según los interlocutores, se aborda su presencia y posibles responsabilidades en la candidatura. El encuentro alimentará posteriormente todavía más las sospechas de partidarios de Iglesias sobre Errejón. Este no prestará atención al móvil durante su almuerzo de dos horas con Cedrún. Cuando lo hace, el incendio ya es mayúsculo en Podemos.

Las siguientes horas se caracterizarán por el silencio que Iglesias impone en todos los niveles de Podemos. El secretario general aguarda a que se aclare el panorama frente a los ánimos de cuadros de todos los rangos y los círculos que exigen una reacción inmediata contra la operación para derribarle. Las explicaciones de Bescansa no convencen, mientras Errejón se afana en marcar distancias con los planes “delirantes” para descabalgar a Iglesias en boca de todos.

A las 19.00 los Anticapitalistas inician una asamblea abierta para decidir si concurren al proceso de primarias. Las bases deciden no hacerlo tras dos horas de debate. El 83% del centenar de asistentes se impone a los partidarios de involucrarse en el proceso, como la portavoz en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta. Esa noche Errejón comunico a la dirección de Espinar que es favorable a un acuerdo, con el que el secretario general de Madrid contaría con cinco diputados de su confianza en la lista. Un día después el reparto definitivo, producto de la tregua en la que media Iglesias, será de 15 puestos de salida para Errejón (60%) y 11 para Espinar.

Jueves 19. Podemos continúa silente mientras una actividad frenética se desarrolla en los despachos de la cuarta planta del Congreso entre los principales dirigentes de Podemos. La gravedad de la crisis exige cerrar un acuerdo. El documento de Bescansa lo precipita todo y a nadie le interesa que siga más tiempo abierta la bronca de Madrid. Hay que darle carpetazo con rapidez. Después de la hora de comer está claro que habrá un acuerdo negociado por arriba: Espinar reconocerá después que no negoció personalmente el pacto con Errejón. Iglesias asumirá la responsabilidad. “He escuchado a Íñigo. Confío en él para ser candidato de Podemos y presidente de la Comunidad”, explicitará en un acto en la sede del partido con Errejón a su derecha y Espinar a la izquierda.

Viernes 20. La “candidatura de unidad” encabezada por Errejón no lo es tanto. Los Anticapitalistas no se suman al proyecto. El malestar en la corriente con la propuesta del candidato de reservar dos puestos de salida al sector, muy por debajo de los ocho diputados de su órbita de los 27 que Podemos tiene en la Asamblea de Madrid, imposibilita cualquier avance. Tampoco agrada que la "propuesta de integración" de Errejón, como la tildan con ironía los Anticapitalistas, especifique que los dos puestos sean para Ruiz Huerta e Isabel Serra, diputada regional que se midió en las primarias a la secretaría general de la capital del pasado diciembre al exJemad Julio Rodríguez.

Imposible el acuerdo con la tercera rama de Podemos, Errejón decide a mediodía quién será la número dos de su lista: Tania Sánchez, crítica con la dirección estatal, es la elegida. La exdiputada autonómica de IU será quien desempeñe las funciones que el aspirante a la presidencia de la Comunidad tenía pensado para Bescansa. La negativa de Anticapitalistas de sumarse a un proceso que creen "adulterado" -se reservaba para Ruiz-Huerta y Serra- resuelve el principal enigma que quedaba pendiente en una crisis en la que, una vez más, el control de Madrid lleva a Podemos al borde del precipicio. El plazo para inscribirse en las primarias concluye con una tregua cuya duración se desconoce.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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