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Las mujeres reclaman en el Congreso “políticas valientes” para lograr la igualdad

La Cámara celebra el Día Internacional de la Mujer con un coloquio con profesionales relevantes

Miquel Alberola
Participantes en el acto del Congreso de los Diputados en el Día Internacional de la Mujer.
Participantes en el acto del Congreso de los Diputados en el Día Internacional de la Mujer.J.J.Guillen (EFE)

El Congreso de los Diputados ha conmemorado el Día Internacional de la Mujer con la celebración de una charla-coloquio en la que han participado mujeres relevantes en diferentes ámbitos como la cultura, el deporte, la ciencia y las Administraciones, además de portavoces de los grupos parlamentarios de la Cámara. En el acto, celebrado en el Salón de los Pasos Perdidos, las participantes han identificado la conciliación como uno de los principales problemas y han instado a los parlamentarios a "hacer políticas valientes" para alcanzar la igualdad.

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A pesar de la institucionalidad, la presidenta del Congreso, Ana Pastor lo ha definido como "un acto reivindicativo de las mujeres", insistiendo en que pese a haberse alcanzado la igualdad legislativa sigue habiendo "una desigualdad inaceptable". Al finalizar el acto, Pastor ha confesado sentirse "anonadada" tras escuchar a las participantes "en la casa de todas las mujeres". "Esto es imparable", ha subrayado mientras en la calle un grupo de mujeres llamaba a la huelga con una cacerolada.

Con traje de chaqueta morado y camiseta negra reivindicativa, la periodista Lucía Méndez ha dado voz al friso diverso y representativo de mujeres que han sufrido la desigualdad en sus carreras profesionales. La directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, María Blasco, ha referido su experiencia en el mundo de la ciencia, en el que hay tantas mujeres como hombres, pero sigue existiendo un techo de cristal porque solo el 25% ocupan puestos directivos. "Nos sigue costando llegar a los puestos más altos de la investigación. Hay un problema de estereotipos de género en la educación primaria, la familia, los medios de comunicación y la sociedad que impide a las mujeres llegar a lo más alto", ha explicado. La científica ha identificado la conciliación como "uno de los gérmenes de la desigualdad".

La consejera delegada del Grupo Quirón, María Cordón, ha pedido a los parlamentarios presentes, entre los que se encontraban los representantes de los principales grupos, a "hacer políticas que apoyen a la mujer para conciliar su vida profesional y familiar", como ha hecho Suecia, donde el Gobierno concede un sueldo de 400 euros a las mujeres que tienen hijos, ayudando a resolver el problema de la baja tasa de natalidad. Cordón ha instado a "hacer políticas valientes" más allá de celebrar el Día Internacional de la Mujer.

La profesora Morfología Celular Ana Coto, en la misma línea de Blasco, ha deplorado que la representación de las mujeres varía mucho al ascender de categoría. En el ámbito de la investigación, ha señalado, la presencia de las mujeres se reduce por la conciliación: "En el momento en que se decide tener hijos, la situación se complica muchísimo". "Vamos por delante de la política que regula estas cosas", ha lamentado, conminando al Gobierno a "gastar dinero para que la mujer pueda recuperar la capacidad investigadora y ocupar puestos de alto nivel".

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El problema de la conciliación ha sido definido como "medianamente imposible" por la abogada del Secretariado Gitano Sara Jiménez. Ella fue la única gitana en el campus de Zaragoza mientras estudiaba Derecho y ha tenido que enfrentarse a las barreras añadidas que le han levantado su entrono y la sociedad. "Cuando tenemos formación, rompemos el estereotipo", ha alentado. Tampoco ha sido fácil para la ganadera Albina Pedraza, que, a pesar de no haber sufrido ningún problema de discriminación en su oficio, ha tenido que luchar duro en la explotación y defender el derecho ante su familia a optar por la ganadería como la "opción A".

"Más allá del 8-M"

Homenaje a Josefina Carabias

Tras el segundo pardo de dos horas, el Congreso ha culminado sus actos con motivo del Día Internacional de la Mujer con la presentación de la primera edición del premio de periodismo parlamentario Josefina Carabias, que la Mesa de la Cámara decidió crear hace dos semanas.

A la presentación, también presidida por Ana Pastor, han acudido familiares de Carabias, como Mercedes Rico-Godoy, hija de la periodista que da nombre al galardón de la que está considerada la primera mujer que ejerció el periodismo de una manera profesional. Pastor ha ponderado la importancia de Carabias en la crónica parlamentaria y su empeño por trabajar de igual a igualcon los hombres.

Nacida el 19 de julio de 1908 en Arenas de San Pedro (Avila), cursó estudios superiores en Madrid, donde se licenció en Derecho en 1930. Tan solo un año después ya firmaba su primer trabajo en la revista Estampa, una entrevista con Victoria Kent, entonces directora general de Prisiones en la República.

Carabia fue cronista parlamentaria del diario Ahora, La Voz y el diario hablado La palabra,de Unión Radio de Madrid. Tras la guerra civil trabajó en el vespertino madrileño Informaciones, del que fue corresponsal en Washington a finales de 1954, siendo la primera periodista española enviada como corresponsal político al extranjero.

Josefina Carabias fue también traductora y autora de varios libros de reportajes y biografías. Estaba casada con el abogado y economista José Rico-Godoy, y era madre de dos hijas, una de ellas la periodista también fallecida Carmen Rico-Godoy, y la diplomática Mercedes, que es la primera mujer que ocupó una embajada española.

En ese mundo de dificultades añadidas se ha desenvuelto cada día la patrona mayor y presidenta de Amupesca, Rita Míguez. "Es un trabajo muy duro, un mundo de hombres en el que la conciliación es difícil", ha relatado. La fórmula de Rita es levantar a sus hijos antes de tiempo para poder ir a trabajar. Por ello, ha exhortado a ir "más allá" del 8 de marzo: "Quedan 364 días que tenemos que estar ahí y seguir dando caña".

Como también Vanesa de Velasco, que pilota aviones desde hace 20 años y ha tenido que alcanzar la velocidad de crucero en "un mundo de hombres" en el que las mujeres siempre han estado ahí pero infrarrepresentadas. La deportista Eva Calvo, que consiguió la medalla de plata en Taekwondo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, ha notado la desigualdad más fuera que dentro de este deporte. Se ha referido a un problema de visibilidad: "Los resultados de las mujeres no llegan tanto como los de los hombres" en los medios. Ella ha llamado a la reeducación: "Valemos lo mismo y los resultados son los mismos".

La vicepresidenta del Tribunal Constitucional, Encarnación Roca, ha recordado que en 1966, cuando terminó Derecho, no podía ser juez porque había una ley, derogada al año siguiente, que lo impedía. Con todo, ha confesado que siempre ha trabajado con hombres y nunca se ha sentido discriminada, aunque ha admitido que eso la ha llevado a la "idea falsa" de que lo suyo era "lo normal". "Debo ser una rara avis. No he sufrido ni acoso sexual ni laboral", ha ironizado. Sin embargo, ha ido "desarrollando un sentimiento de cabreo" porque cuando las mujeres tienen que llegar a puestos de responsabilidad, los políticos dicen que no encuentran perfiles. "Cuando dependemos de nosotras, vamos bien, cuando dependemos de otros no vamos bien", ha sentenciado. Roca detecta "poca disposición política" para resolver los problemas de la desigualdad. "La sociedad no se puede permitir la discriminación de la mitad de ella y que no estemos trabajando en el nivel que nos toca", ha criticado.

La cuota de lo políticamente incorrecto la ha aportado en el coloquio la filóloga y escritora Elvira Roca. Ha reconocido los "muchos problemas" que tienen las mujeres por serlo, pero "también los hombres tienen muchos problemas". Roca ha considerado que la conciliación es un problema muy grave y ha situado el techo de cristal en la maternidad:  "Las mujeres suelen ponen a los hijos por delante de todo y es el techo de cristal. Por todo se paga un precio. Por tener hijos se paga un precio". La autora de Imperiofobia y leyenda negra ha considerado un error creer que las mujeres solo son importantes cuando hacen los roles de los hombres y ha reivindicado su papel como mujer. En ese sentido, ha advertido que "convendría no enfrentar a media humanidad con la otra media". "Con los hombres hemos luchado mucho para llegar al siglo XXI. Ellos tienen problemas y se quejan poco. Nosotras nos quejamos un poco más. Los hombres no tienen la culpa de las situaciones de discriminación, ellos también la sufren", ha defendido.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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