La Guardia Civil interroga a un conocido de la madre de Gabriel, el niño desaparecido en Níjar

Cien metros. Ese es el trayecto en el que desapareció Gabriel Cruz, de ocho años, el pasado martes. Lo hizo a plena luz del día, a las 15.30. En terreno conocido: el camino de tierra que separa la casa de su abuela materna de la de sus tíos en Las Hortichuelas (Níjar, Almería). Hasta las 18.00, dos horas y media después, no se dieron cuenta de que no había llegado hasta allí. Y a las 20.00 pusieron la denuncia. Los progenitores, que están separados, habían dejado al menor a cargo de la abuela materna, como otras muchas veces, con motivo del puente del Día de Andalucía.

A medida que pasan las horas y su búsqueda resulta infructuosa, la preocupación aumenta en esta pequeña barriada de Níjar, con un centenar de habitantes y enclavada en el parque natural del Cabo de Gata. Todas las hipótesis están abiertas, según aseguran fuentes de la investigación, cuando se cumplen dos días de la desaparición de Gabriel.

Fuentes del caso sostienen que los dos interrogatorios realizados al conocido de Patricia Ramírez, la madre del niño, forman parte de las gestiones rutinarias que se siguen en casos de esta gravedad. Varios agentes acudieron al domicilio del hombre, de unos 40 años, que vive en casa de sus padres en Antas, un pueblo del interior de la provincia, con unos 3.000 habitantes y cercano a Vera.

Supuestamente, según las mismas fuentes, él compartía la afición de Patricia Ramírez a correr. Ella había terminado denunciándolo por acoso y un juez había establecido una orden de alejamiento de 100 metros contra el hombre. Patricia Ramírez es técnico de actividades deportivas, y "se ha reincorporado recientemente a su trabajo en la Diputación de Almería después de un tiempo de baja", señaló ayer un compañero de trabajo de la mujer, que aseguró haberse unido a las labores de búsqueda del niño junto al jefe de ambos y a más gente de su equipo.

Batidas

Mientras se suceden los interrogatorios, continúan las batidas por el parque natural. Es un paraje desolado y desértico, en el que tan complicada es la búsqueda de algo como sencillo su ocultamiento. Está salpicado de antiguos cortijos, casas abandonadas, pozos, aljibes, pequeñas balsas, simas y recodos... Todo lo que configura el encanto de esta zona se convierte durante la búsqueda en posibles trampas.

Desde el miércoles el dispositivo ha ido ampliándose. Son al menos dos centenares de personas, entre las que hay más de cien voluntarios que ayer continuaron hasta bien entrada la noche registrando pozos y cortijos a contrarreloj. El temporal de lluvia y viento que azota la zona ha obligado a cambiar el puesto de mando: de unas carpas levantadas en Las Hortichuelas a la biblioteca municipal de Las Negras.

Los tres kilómetros que separan ambas poblaciones eran ayer un hervidero de gente con uniformes variados e indumentarias de montañero, chalecos reflectantes, vehículos todoterreno formando un desfiladero en los bordes de la carretera, y decenas de periodistas de medios de comunicación locales y nacionales.

A la búsqueda de Gabriel se han incorporado unidades caninas y subacuáticas de la Guardia Civil, también grupos de protección civil y de policía local (incluidos sus drones), una dotación de bomberos y todos los agentes del instituto armado disponibles en la provincia. A última hora de ayer, la casa de la abuela de Gabriel estaba llena de gente, vecinos, amistades y visitas como la de Juan José Cortes, el padre de Mari Luz Cortés, la niña desaparecida y asesinada en 2008 en Huelva. El dispositivo de búsqueda del menor desaparecido se ha reanudado a primera hora de este viernes.