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Expulsadas de su infancia

Cuatro casos de madres menores de edad en tan solo tres meses sacuden a la región de Murcia

FOTO: Janet Flores y Ruth Quinteros, presidentas de asociaciones bolivianas. / VÍDEO: Declaraciones de Flores.Vídeo: Pedro Martínez
Cristian Segura
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Un centenar de niñas en España son madres cada año con 15 años o menos

Murcia se pone en marcha a las seis en punto de la mañana, como si alguien accionara un mecanismo. Las campanas de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen dan la hora y las calles por las que minutos antes no circulaba nadie se llenan de furgonetas que transportan a peones agrícolas. Edison Zambrano espera su turno junto a dos chicos de Mali, frente a la sede de la Archicofradía de la Sangre, para salir a recoger limones. Oculto bajo varias capas de abrigo, Zambrano da gracias a Dios porque sus suegros cuidan de sus niños mientras él y su mujer pasan el día fuera de casa. “Tenemos una vecina que a veces llama de piso en piso, desesperada, porque le ha salido una faena y no encuentra a nadie que pueda cuidar de su hija. ¿Cómo va a renunciar a trabajar? Para eso vino a España”, dice Zambrano.

“Todo el día en el campo, ahí empieza el problema”, afirman Janet Flores y su amiga Ruth Quintero. Saben de lo que hablan: ambas son bolivianas y madres solteras, las dos presiden asociaciones que organizan actividades para mejorar la conciliación familiar. “Los padres no vuelven a casa hasta la noche y muchos, al no tener abuelos que les puedan ayudar, recurren a conocidos o al hermano mayor para que cuide de los pequeños. A veces no son la mejor influencia o fallan y los pequeños se quedan solos”, cuenta Quintero.

La larga ausencia de los padres es una de las presuntas negligencias que se investigan para esclarecer un suceso que ha sacudido a Murcia. Una niña boliviana de 11 años dio a luz el 2 de febrero en el Hospital Virgen de la Arrixaca. A la espera de las pruebas de ADN, las autoridades apuntan a que el padre es su hermano de 14 años. En los últimos días se han conocido tres casos más en Murcia con menores implicadas, con edades de 12, 15 y 16 años. Las relaciones sexuales con menores de 16 son constitutivas de delito excepto si “el autor es una persona próxima a la víctima por edad y grado de desarrollo o madurez”, según la ley. El último caso se produjo en Lorca con una menor de 15 años, de nacionalidad ecuatoriana. La policía busca al padre, un adulto. La relación fue consentida, según el diario La Opinión de Murcia, por lo que no se trataría de un delito de agresión pero sí de abuso sexual. El padre era amigo de los progenitores e inquilino de una habitación que estos alquilaban en el apartamento familiar.

VÍDEO: Declaraciones de Jaime Taboada, vicepresidente de la Agrupación de Asociaciones Bolivianas de Murcia.Vídeo: Pedro Martínez

En España, 111 menores de 15 años fueron madres en 2016; el total ascendía hace diez años a 177 nacimientos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Murcia fue en 2016 la segunda comunidad de España con mayor tasa de fecundidad entre menores de 15 años: 3,3 nacimientos por cada mil mujeres. La media española es de 2. La tasa de fecundidad en menores de 15 años es cinco veces mayor entre la población extranjera que entre ciudadanos españoles, según el INE. La directora general de Familia y Políticas sociales del Gobierno de Murcia, Míriam Pérez, considera que en los casos de embarazos en menores “se pueden dar muchos factores causales, uno de ellos puede ser la conciliación, aunque no tiene porqué ser determinante ni circunscribirlo a la población inmigrante”.

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Todas las personas entrevistadas para este reportaje advierten del riesgo de estigmatizar a comunidades de origen extranjero. “Los medios siempre llaman para cosas negativas. ¿Por qué no me preguntan por casos de éxito?”, se lamenta Mario Aguilar, presidente de la Asociación Nuevos Lorquinos, de Lorca. Aguilar es un caso de éxito: de faenar en el campo pasó a ser comercial de Western Union y luego empleado del BBVA. Hoy trabaja en el Ayuntamiento de Lorca. “Somos la tercera generación de ecuatorianos que vive en España, cada día estamos haciendo patria”, dice Aguilar mostrando orgulloso unas pulseras que lleva con la bandera española y la de su país de origen. Para él, el nivel cultural de los padres es determinante y considera que no es excusa la necesidad de trabajar hasta la extenuación: “Transfieren mucho dinero a su país. Si tienes hijos, puedes reducir esta partida”.

Declaraciones de Violeta Sáez, docente y miembro del Centro de Iniciativas Juveniles de la Región de Murcia.Vídeo: Pedro Martínez

Generalizar

“El otro día una persona me dijo que esto pasa porque es normal en mi país. ¡Esto no es normal en ningún lado!”, exclama Janet Flores. Aguilar concede que en Ecuador “no es nada nuevo” que una niña sea madre entre los 14 y los 16 años. La Organización Mundial de la Salud estima que la tasa de fecundidad de madres adolescentes en América Latina es de 64 nacimientos por cada mil mujeres, muy por encima de las medias europeas. Sira Vilardell, directora de la entidad catalana Surt de apoyo a mujeres en situación vulnerable, confirma que es complejo generalizar a partir de casos excepcionales y también porque hay culturas, como la gitana, en las que una chica de 17 años ya es una mujer que está preparada y quiere voluntariamente ser madre. Vilardell añade que igualmente influye si el migrante procede de un entorno rural o urbano, aunque también subraya lo obvio: ser madre a los 11 años es una aberración en cualquier lugar del mundo. Jaime Taboada, vicepresidente de la Agrupación de Asociaciones Bolivianas de Murcia, cree que la sociedad boliviana es especialmente conservadora, sobre todo si son nativos de zonas rurales, y considera que la solución pasa por una mejor educación sexual en el colegio y por que la Administración facilite más servicios de cuidado extraescolar.

Las cifras del INE indican un descenso prolongado de madres menores desde 2007 pero Félix Notario, portavoz de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, se muestra convencido de que la situación empeora y que los abusos en el entorno familiar son difíciles de exponer. “Si no se está a pie de calle, no se ve la realidad”, argumenta Notario: “Las relaciones son cada vez más precoces, pero siguen siendo niños, y las políticas educativas afectivo-sexuales no están dando los resultados necesarios. Hay que generar más confianza con el adolescente”.

“Yo creo que hay más casos y no salen a la luz. La familia puede ser un mundo cerrado”, dice Jaime Taboada al despedirse del encuentro con EL PAÍS en el barrio del Carmen, cerca de donde Edison Zambrano sube a un furgón cada mañana para ir al campo.

Familia, colegio y médico ignoraban el embarazo

En por lo menos dos de las recientes maternidades en menores sucedidas en Murcia, las familias alegan que desconocían el embarazo. Violeta Sáez, docente y miembro del Centro de Iniciativas Juveniles de la Región de Murcia (Dinamur), considera que negar la realidad, incluso normalizar una agresión sexual, es habitual y no duda de que un aspecto clave son los roles preestablecidos: “El embarazo prematuro supone un acto de violencia hacia las niñas fruto de la ausencia de una correcta coeducación. Por eso la niña podría fantasear que tener un bebé es como jugar con sus muñecas; la sociedad se lo inculca desde pequeña”.

En el caso de la menor de 11 años, la familia la llevó al hospital porque sufría dolores en el estómago. La niña también tuvo una visita pediátrica por "dolores abdominales", pero el médico no detectó el embarazo, según La Opinión. El Gobierno de Murcia ha destinado temporalmente a la niña a una familia de acogida y ha asumido la tutela del recién nacido mientras se investiga la actuación de la pediatra, del colegio, de la familia y del entorno de la víctima. A Félix Notario, portavoz de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), le cuesta creer que nadie, ni en el colegio ni en casa, viera el embarazo. "A no ser que sea una niña muy obesa, el embarazo es evidente". También considera que lo normal en un pediatra sensibilizado con la realidad de la violencia de género es comprobar si la paciente está embarazada. Sáez defiende que en una clase de 30 alumnos es posible que un embarazo pase desapercibido al maestro. Raúl Molina, compañero de Sáez organizando talleres sobre violencia de género en institutos de Murcia, entiende que es difícil cambiar la mentalidad de los padres, por eso los profesores tienen una función clave en educación sexual.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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