Detenido en España el ‘homicida del palo’

A sus 34 años de edad, Stan Costel Marian ya sabía lo que era la cárcel. Había cumplido 10 años de condena por un robo con homicidio en su Rumanía natal. Por eso, cuando en noviembre de 2016 el tribunal de Botosani, una ciudad del norte de su país, le impuso una segunda pena por un hecho similar, esta de 14 años de reclusión, decidió huir. El pasado 11 de enero, agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de la Comandancia de Albacete lo localizaban y detenían en Madrigueras, una localidad de 4.700 habitantes a 32 kilómetros de Albacete, en la que el fugitivo vivía junto a su mujer y dos hijos, y en la que trabajaba como temporero. En los próximos días la Audiencia Nacional decidirá sobre su extradición reclamada por las autoridades de Bucarest.

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Según las autoridades rumanas, Stan es un delincuente habitual que no dudaba en utilizar una violencia extrema para robar. Su lista de antecedentes es, de hecho, larga y ya incluía una muerte cuando en abril de 2016 asaltó de noche la vivienda en la que residía un matrimonio de ancianos en la región de Moldavia. Al ser descubierto por el hombre, Stan no dudó en golpearlo con “una violencia desproporcionada” con un palo de metro y medio de largo que la policía rumana encontró después junto a la vivienda. Le destrozó la cara hasta dejarle irreconocible. También agredió a la mujer, pero esta pudo escapar. Juzgado meses después, antes de que se diera a conocer la condena a 14 años por el crimen, Stan huyó. Ahora, ha sido localizado y detenido en España.

Según fuentes cercanas a la investigación, su arresto ha sido posible gracias a la información que remitieron las autoridades de Bucarest, que habían detectado que su pareja e hijos –que habían huido junto a él tras la condena- viajaban a veces a Rumanía a visitar a sus familiares. Ello permitió a los investigadores centrar como posible lugar de refugio del fugitivo la provincia de Albacete, donde existe una importante comunidad rumana dedicada a labores agrarias y entre la que se encontraban algunos familiares lejanos del propio Stan. Con esos datos sobre la mesa, a comienzos de enero agentes del Equipo de Huidos de la Justicia de la UCO y de la Unidad de Policía Judicial de la Comandancia de Albacete confirmaron que el fugitivo residía desde comienzos de 2017 en una vivienda de alquiler en Madrigueras junto a su familia. Para sobrevivir, el homicida del palo se desplazaba por los pueblos de la zona ofreciendose como mano de obra para la recogida de cebollas y ajos.

El hecho de que residiera en un pueblo de poco más de 4.500 habitantes obligó a los agentes a montar un complejo dispositivo para vigilar sus pasos y proceder a su arresto sin ser detectados. Conocedores de la violencia con la que actuaba y alertados por la policía rumana de que podía hacer frente a una detención y portar alguna arma blanca, ocho guardias civiles de paisano se apostaron el pasado 11 de enero cerca de su domicilio a la espera de que Stan saliera sobre las siete de la mañana para ir a trabajar como hacía habitualmente. Sin embargo, aquel día el delincuente no salió a esa hora, sino más tarde. Y, además, a la carrera. Temiendo que el Stan huyera, los agentes se abalanzaron sobre él y lo arrestaron antes de que llegara a su coche. Ya en los calabozos de la comandancia, el fugitivo reconoció a los guardias civiles que, en realidad, no se había percatado de su presencia, Simplemente se le había hecho tarde para ir a trabajar en la poda de las viñas tras haber pasado la noche anterior bebiendo tras el reciente regreso de su pareja de Rumanía. Ahora espera en una cárcel española que la Audiencia Nacional decida sobre su extradición a Rumanía.