Bienvenidos al ‘Navicarnaval’ de Cádiz

El mundo aún no había terminado de despedir al 2017, cuando Carmen Mateos ya estaba haciendo cola al raso para hacerse con una entrada del Concurso de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz. "Me recogí de Nochevieja, me cambié y me vine para acá", reconoce la joven, sentada en su silla de playa y envuelta en una manta. Mateos es la primera de una fila de más de 100 personas y ejemplifica a la perfección la bipolaridad paradójica que Cádiz vive en estos días: aún no ha despedido a la Navidad con los Reyes Magos cuando ya se encuentra bien inmersa en los prolegómenos del Carnaval de 2018.

"Aquí todo lo que sea divertirse... Lo mismo se recogen caramelos en la cabalgata de Reyes que se comen erizos escuchando Carnaval". A Manuel Henry, presidente de la Federación de Peñas Caleteras y organizador de la XVIII Erizá Popular, no le falta razón. Habitualmente, no pasan más de 15 días desde que la Navidad termina hasta que gaditanos y visitantes se entregan a comer erizos, ostiones y pestiños en la calle, mientras escuchan las primeras coplas de la fiesta más destacada de Cádiz. No obstante, este año el tempranero Carnaval y la longitud que ha adquirido el concurso de agrupaciones (COAC) ha llevado a la Erizá a batir su propio récord, la fiesta previa se celebrará el 7 de enero, justo un día después de Reyes.

En 2017, el Consistorio decidió estudiar una iniciativa que planteaba establecer una fecha fija para la fiesta, pero la idea no tuvo amplios apoyos y acabó tumbada en un pleno municipal

El motivo evidente de esta paradoja estriba en que este año el Carnaval (determinado, a su vez, por el inicio de la Cuaresma y la Semana Santa) se celebra del 8 al 18 de febrero, una de las fechas más madrugadoras de los últimos años. Pero, hay más razones. Ya en 2013, la fiesta arrancó un día antes, el 7 de febrero. Sin embargo, ese año, el concurso —en el que las agrupaciones se disputan los primeros premios durante las semanas previas al Carnaval— se inició el 13 de enero. Con la llegada del nuevo equipo de gobierno al Ayuntamiento, liderado por Por Cádiz Sí Se Puede, se impulsó un cambio en la normativa del certamen para bajar el número de actuaciones por día.

Eso, sumado al interés creciente de los propios concursantes (este año son 136 agrupaciones), ha llevado a que el COAC aumente el número de días de sesiones. En este Carnaval tendrá que arrancar el 9 de enero, pese a que, a punto estuvo de comenzar también el día 7. Su inicio lleva aparejado el arranque de actividades gastronómicas como la Erizá, hasta ahora siempre celebradas en la víspera del arranque del concurso.

Pero este año de 'Navicarnaval' (como ya algunos bromean en Cádiz), hasta esa tradición ha conseguido mudar. Tan solo la Erizá se ha atrevido a enlazar Navidad y Carnaval. Pese a que la Ostioná suele coincidir en el mismo día de la degustación de erizos, esta vez, los organizadores han decidido llevarla al domingo 14 de enero, ya con el COAC iniciado. "Llevamos 32 ediciones y esto no ha pasado nunca. Lo intentamos hacer el 7 pero el evento se celebra en una plaza (San Antonio) donde se colocan adornos de Navidad, la pista de hielo y un mercadillo de artesanía. Era imposible desmontar todo eso y montar un escenario en horas", reconoce Antonio Pérez, encargado de la cita.

Los problemas insalvables de la Ostioná ejemplifican bien los complicados y ajetreados días que se viven en las delegaciones municipales de Fiestas, Alumbrado Público y Seguridad Ciudadana. "Los técnicos de Fiestas están llevando para adelante, a la vez, la cabalgata de Reyes, los actos gastronómicos y el COAC", reconocen desde el Consistorio. A su vez, la empresa de iluminación tendrá tan solo dos días para mudar todo el alumbrado de las calles que llevan al Gran Teatro Falla, donde se celebra el concurso, de los motivos navideños a los carnavalescos. En lo que se refiere a seguridad, la junta local (integrada por todas las fuerzas) ha optado organizar un operativo coordinado que englobe tanto el final de la Navidad como el comienzo de las fiestas callejeras previas.

Tampoco lo está teniendo fácil Henry y los suyos. En la noche de Reyes, en lugar de envolver regalos, estarán inmersos en la decoración carnavalesca de las calles de La Viña, donde se celebra el evento que repartirá 650 kilos de erizos. "Como tienen que estar muy frescos, se tienen que traer lo más tarde posible, por lo que los mariscadores tendrán que cogerlos en la misma tarde de Reyes. Eso ha hecho que nos cuesten más caros", ejemplifica el organizador.

La fiesta y la polémica

A Miguel Villanueva, presidente de la Asociación de Autores del Carnaval, toda esta inusual situación le recuerda a cuándo, en 1925, los gaditanos pidieron prorrogar la fiesta por la incidencia de un temporal. "Siempre, en todas las épocas, las fechas han estado en discusión. Si el Carnaval no está unido a alguna polémica, perece que no es Carnaval", reconoce Villanueva. De hecho, tiene claro que el solapamiento con la Navidad no será perjudicial: "Cierto es que, para las agrupaciones, los repertorios tienen que estar hechos antes porque hay muchas fiestas familiares de por medio. Pero lo bueno es que no habrá parón, ni sensación de cuesta de enero".

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Y Villanueva parece tener razón. Más de 100 personas de Cádiz y diversos puntos de Andalucía, entre ellas la propia Carmen Mateos, no han dudado en hacer dos noches de cola para comprar sus entradas para el COAC. Iniciaron su espera el 1 de enero, pese a que ni estaba anunciado aún el inicio de la venta. A las 10 de la mañana del pasado miércoles 3 de enero, arrancó la transacción de los tickets para la fase de clasificatorias. En apenas una hora, se vendieron 3.111 localidades a través de Internet y 266 en la taquilla, habilitada en el colegio San Felipe Neri.

Lo cierto es que la variabilidad del Carnaval —y, concretamente, el carácter madrugador de este— ya enredó el debate en Cádiz el pasado mes de mayo. En aquella ocasión, el Ayuntamiento decidió estudiar una iniciativa que planteaba establecer una fecha fija para la fiesta, cercana a finales de febrero. La idea no encontró grandes apoyos entre los colectivos del Carnaval e incluso acabó por ser tumbada en un pleno municipal celebrado en el mismo mes.

Villanueva estuvo al frente de la oposición a la fecha fija, por las reminiscencias que le traía a las Fiestas Típicas del franquismo, que obligaron a establecer un tiempo inamovible para el Carnaval. "Los que lo defendían, aludían a que permitía la previsión. Eso no tiene sentido porque hay calendarios que ya dicen cuándo será la fiesta en los próximos 20 años. No tenía ninguna ventaja para la ciudad", reconoce el presidente del colectivo de Autores.

Con la idea ya guardada en un cajón, Cádiz, aún en Navidad, se encamina ya hacia su Carnaval. Hasta 2027 no volverá a darse una fiesta tan tempranera, cuando caerá el 7 de febrero. Mientras, el mundo del Carnaval tiene tiempo de idear nuevas ocurrencias que eviten un nuevo 'Navicarnaval', como acortar el propio COAC o cribar el número de agrupaciones que se presenten. Eso sí, sin cambios a la ligera, como defiende Villanueva: "Aunque no lo parezca, el Carnaval es cosa seria. Los experimentos, con gaseosa".