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“Trabajar con tanto ruido de los medios distrae a los investigadores”

Entrevista al coronel Manuel Sánchez Corbí, jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil

El coronel Sánchez Corbí, el viernes en su despacho de la sede de la UCO en Madrid.Vídeo: Carlos Rosillo
Óscar López-Fonseca

El despacho del coronel Manuel Sánchez Corbí (Valladolid, 1963) en el discreto edificio de las afueras de Madrid donde tiene su sede la Unidad Central Operativa (UCO) atesora numerosos recuerdos de los 25 años que pasó luchando contra ETA. Allí, Sánchez Corbí ha seguido durante 16 meses el caso Diana Quer, la joven desparecida a finales de agosto de 2016 en A Pobra do Caramiñal y cuyo cadáver localizaron el pasado 31 de diciembre sus hombres junto a los compañeros de la Unidad de Policía Judicial de A Coruña. Él y el también coronel Francisco Javier Jambrina fueron los encargados el martes de dar la rueda de prensa que desveló muchas de las incógnitas del suceso.

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Pregunta. ¿Se puede considerar el caso Diana Quer un hito en la investigación criminal?

Respuesta. Ni mucho menos. Ha habido otras investigaciones más largas y difíciles. Sólo ha sido un hito por la repercusión que los medios y la sociedad le han dado durante las pesquisas.

P. ¿Cómo ha influido, precisamente, ese ruido mediático?

R. En principio, a la investigación ni le perjudica ni le beneficia. Sin embargo, es evidente que trabajar con tanto ruido, distrae a los investigadores. Se está pendiente de qué dice la prensa, de si hay alguna filtración que nos afecte, del testimonio que recogen los periodistas de supuestos testigos... todo ello te arrastra.

P. ¿Qué han aprendido policialmente de esta investigación?

R. Sobre todo, a tratar la información que aportan los teléfonos móviles. Hemos analizado más de dos millones de datos de telefonía y su estudio nos ha ayudado a entender mucho mejor qué se puede obtener de ellos y cómo se comportan los móviles en determinadas circunstancias de saturación de líneas, como ocurrió la noche que desapareció Diana. Gracias a ello pudimos situar en el mismo lugar y hora a ella y a [Jose Enrique Abuín] El Chicle.

"Tras lo de Boiro, piensas que a lo mejor teníamos que haber actuado antes"

P. Haga autocrítica ¿Qué se ha hecho mal en la investigación?

R. Cuando no se depende de una sola persona, es difícil cometer errores. Aquí ha habido un equipo en el que han trabajado de manera conjunta agentes de la UCO y de la Unidad de Policía Judicial de A Coruña, por lo que nunca hubo menos de 20 especialistas en estos delitos pensando cada paso que se daba. Cuando ya tuvimos claro que el único sospechoso era El Chicle, se planteó la disyuntiva de si debíamos recabar a toda prisa pruebas para pedir al juez su detención; aguantar por si había un segundo implicado, o intentar localizar primero el cadáver. Tras lo de Boiro [el asalto frustrado el día de Navidad a una joven que consiguió escapar], piensas que a lo mejor teníamos que haber actuado antes. Los juicios a posteriori son tremendamente fáciles e injustos.

"El cierre provisional del sumario afectó psicológicamente a los agentes del caso"

P. ¿Cuántos agentes han llegado a trabajar a la vez en el caso?

R. Una investigación tiene muchos ritmos y muchos momentos. El mayor número de agentes trabajando sobre el terreno se produjo durante la reconstrucción de la desaparición que hicimos justo un año después que que produjera. Llegó a haber un centenar.

R. En abril, el juez archivó de manera provisional el sumario. ¿Cómo afectó a las pesquisas?

P. No tuvo efectos prácticos, pero sí afecto psicológicamente. El juez te viene a decir que todo lo que se ha hecho no sirve para incriminar al sospechoso. Además, te quita algunas herramientas de investigación. Eso nos obligó a darle una vuelta de tuerca a las pesquisas y abrir nuevas vías.

"Limitar los plazos de las investigaciones hace que las largas se queden cojas"

P. Usted recordó en la rueda de prensa que ciertas modificaciones legales que prepara la UE para recortar el tiempo de custodia de los datos de sus clientes al que están obligados las operadoras de telefónica complicarán las investigaciones e, incluso, hubieran impedido resolver este caso. ¿Se cuenta con la opinión de los policías al tomar estas decisiones?

R. Cuando hay modificaciones legales, se nos piden informes y se nos oye, pero al final hay otras opiniones que parece que pesan más. Que quede claro que los investigadores no queremos tener acceso a los detalles de la vida de las personas. La privacidad es un bien a garantizar. Lo que sí queremos es que todo ese volumen de información que hoy en día hay gracias a las telecomunicaciones, no se destruya, sino que se guarde con medidas de seguridad y que se pueda recuperar si un juez la requiere para aclarar un delito. No entiendo que se destruya información que puede ser vital para detener a delincuentes. Limitar los plazos de las investigaciones hace que las largas se queden cojas"

P. También la reciente reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que limita a 18 meses la duración de las investigaciones parece haber perjudicado las pesquisas en casos complejos.

"Un titular puede ser una puñalada para toda la vida para la familia de la víctima"

R. La legislación española se ciñe a las corrientes legales que vienen de Europa. En su día, nosotros ya opinamos que los plazos deberían ser mayores, pero al final las leyes las hacen los ciudadanos y tenemos que asumirlas. Me gustaría tener otras, me gustaría tener más, pero tengo las que me dan. Y con esas herramientas luego me tienen que exigir.

P. Esas limitaciones también afectan a otros casos complejos que lleva la UCO como son Púnica y Lezo. ¿No se ha abierto una ventana a la impunidad?

R. Toda ley tiene una parte buena y otra mala. Limitar los plazos de las investigaciones hace que las que son largas se quedan cojas. Sin embargo, las causas demasiado largas someten a las personas investigados a una condena mediática que, tal vez, no se merezcan. Quizá la solución sea reforzar juzgados y equipos de investigación para acortar los plazos sin esas pegas.

P. ¿Qué autocrítica deberíamos hacer los periodistas por el tratamiento del caso Diana Quer?

R. En una investigación de este tipo, terminas cogiendo cariño a la víctima y a su familia. Por ello, no puedes evitar ponerte en el papel de ese padre y de esa madre que están viendo en las portadas detalles escabrosos y piensas que es una cabronada para ellos. Pediría a la prensa que recuerde que un titular puede ser una puñalada en el corazón para toda la vida para la familia de la víctima.

“Sustituir al jefe no cambia una investigación”

Sus cuatro años en la UCO —dos de ellos como máximo responsable— le han hecho vivir al coronel Sánchez Corbí “buenos y malos momentos”. “Los mejores, cuando resuelves casos. Los peores, cuando te ves sometido a una presión pública que cuestiona investigaciones de manera injusta. Al final, el tiempo pone las cosas en su sitio”, asegura.

Una de sus frases más recurrentes es que su “jefe” son los jueces e, insiste, en que hasta el momento no se ha “enfrentado” al caso de que un político le haya llamado para reorientar una investigación. “Ni a mí ni a mi antecesor, me consta”, añade con firmeza. “Al final, mi papel no es más que una cabeza visible. Si alguien piensa que con cambiar al jefe de esta unidad, o de cualquier otra, sería otro el rumbo de una investigación, se equivoca”, recalca antes de recordar que tanto en la Guardia Civil “está implantado un sistema de trabajo en equipo que hace que todos seamos absolutamente prescindibles”.

No oculta su satisfacción por el trabajo de sus subordinados. “Aquí prima la calidad sobre la cantidad”, asegura antes de recordar que “hacer las cosas mal significa que o hay un culpable que se libra o a un inocente que se le condena. Nosotros el listón lo ponemos muy alto y no podemos bajarlo bajo ningún concepto”, remarca.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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