La Guardia Civil no descarta más denuncias de agresiones de El Chicle
Los investigadores consideran posible que alguna víctima que no denunció a José Enrique Abuín en su día dé el paso tras ver su fotografía en la prensa
Tras convertir a José Enrique Abuín en el principal sospechoso de la desaparición de Diana Quer, la Guardia Civil rastreó en busca de pistas antiguos casos de agresiones sexuales sin resolver. Después de analizar tres desapariciones y un número algo mayor de violaciones, los investigadores no encontraron indicios de que El Chicle hubiera actuado entre la supuesta agresión a su cuñada y la sufrida por la joven madrileña. Ahora, no descartan que alguna víctima que no le denunció en su día dé el paso tras ver la fotografía del agresor en la prensa.
A la Guardia Civil le cuesta creer que El Chicle no lo hubiera intentado con más mujeres entre 2005 —el año en que fue denunciado por la hermana gemela de su esposa por una supuesta violación— y agosto de 2016, fecha de la desaparición de Diana Quer. Así lo reconoció ayer en la rueda de prensa que dieron los investigadores en la Delegación del Gobierno en A Coruña el coronel Javier Jambrina, jefe provincial del cuerpo. “Vamos a revisar los casos de desaparecidas y delitos sexuales contra mujeres jóvenes”, anunció. El coronel admitió que este caso les ha llevado “a reevaluar” otros sucesos como desapariciones y violaciones, entre esas dos fechas. Se apresuró a aclarar que se trata siempre de víctimas con perfiles compatibles con los de los casos de Diana Quer o la última mujer a la que Abuín supuestamente quiso secuestrar en Navidad. Es decir, jóvenes que no aparenten más de 20 años.
El capitán José Ángel Corral, al mando en la Policía Judicial de la Guardia Civil en A Coruña, explicó ayer a EL PAÍS que, por el momento, no se puede facilitar ninguna cifra ni ofrecer datos sobre supuestos casos que se vayan a revisar, pero ha descartado que se trate de crímenes y desapariciones más allá de la comarca de O Barbanza —donde se encuentran los municipios por los que se movía normalmente Abuín— y la zona de la ría de Arousa.
Una posición que respaldan otras fuentes cercanas a la investigación consultadas, que aseguran que esa revisión de casos ya se hizo durante los 500 días que duraron las pesquisas por la desaparición de la joven madrileña. En este tiempo, y tras poner a El Chicle en el centro de las sospechas, los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) repasaron tres desapariciones de mujeres en la región y un número algo superior de agresiones sexuales sin resolver. Incluso se pidió a la Policía Nacional datos de los casos sin resolver que tenían en su demarcación.
La conclusión fue que ninguna parecían haber sido cometidos por el sospechoso. En algunos casos, por el perfil de las víctimas. Quer y la cuñada de Abuín tenían 18 y 17 años, respectivamente, cuando sufrieron las agresiones. La mujer que fue asaltada el día de Navidad era mayor, pero las fuentes destacan que su aspecto es muy juvenil.
Similar ‘modus operandi’
Tampoco se encontraron otras agresiones en los que su autor siguiera el modus operandi que El Chicle utilizó en las tres agresiones de las que ahora se le acusa. Se buscaban sucesos en los que el asaltante siguiera a sus víctimas con su vehículo, las introdujera en el maletero a la fuerza tras amenazarlas y, después, se desplazara o lo intentara a un lugar apartado para consumar la violación. Se descartaron también las realizadas por dos o más sujetos, ya que desde el primer momento los agentes estaban convencidos que el hoy encarcelado actuaba solo.
Por ello, las fuentes consultadas descartan que la revisión de casos apuntada durante la rueda de prensa sirva para encontrar nuevas agresiones que atribuir a El Chicle. “Ya se ha hecho a conciencia y no ha dado resultados”, añaden. No obstante, no descartan que tras difundirse las imágenes del agresor en los medios de comunicación —con su prominente dentadura como principal característica física— alguna supuesta víctima que hasta el momento no haya denunciado por temor a represalias lo haga ahora. “A la cuñada le amenazó con matarla a ella y a su padre”, recuerdan las fuentes consultadas. Hasta ayer no se había producido ninguna nueva denuncia.
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