La oportunidad de oro que no aprovechó el Vélez Rubio
En 2002 el club de la localidad almeriense repartió 160 millones del Gordo, pero ahora no tiene ni equipo sénior ni la gestión de la escuela infantil y los costes para apuntarse han aumentado
En 2002 Diego García, presidente del equipo de fútbol de Vélez Rubio (Almería), compró unos décimos de la Lotería de Navidad que resultaron ser especiales. Los boletos repartieron en esta localidad almeriense de unos 6.500 habitantes cerca de 160 millones de euros del primer premio. La inesperada suerte hizo soñar también con un equipo de mayor nivel. En la actualidad el club no tiene un equipo sénior, ha perdido la gestión de la escuela infantil y desde hace tres años ha impuesto una cuota para apuntarse a jugar. La directiva al frente del equipo entre 2003 y 2011 atribuye la causa de esta situación a la carencia de jóvenes en la zona. La actual junta considera que se gestionaron mal las cuentas del club en la época anterior. El rastro visible que quedó de ese dinero para el Vélez Rubio es un campo con césped y vestuarios renovados.
Un año después de aquel día afortunado, García creó junto a otras decenas de personas la Fundación Vélez Rubio FC, integrada también por el Ayuntamiento, con una dotación de 1,7 millones de euros y el objetivo de “fomentar la práctica del deporte en general y del fútbol en especial en el municipio de Vélez Rubio”. Mientras tanto había dejado el puesto de presidente a José Huertas, que se quedó al frente del equipo durante ocho años. Los estatutos de la entidad establecieron que el presidente, el vicepresidente y el secretario en cargos del equipo —puestos que se renuevan cada cuatro años, según el club— formarían parte del patronato. Un porcentaje de los intereses anuales generados por el capital de la fundación se destinarían al club, según lo acordado.
La actual y la antigua directiva discrepan sobre por qué el dinero que estaba reservado para beneficiar al club no generó a largo plazo los efectos deseados. Fuentes de la junta que actualmente dirige el equipo apuntan a una mala gestión económica en los primeros años después del Gordo. El presidente, Pío Iglesias, afirma que los antiguos directivos dejaron al club con deudas pendientes cuando se marcharon en el año 2011 y que antes de que él tomara posesión del cargo el conjunto estuvo a punto de desaparecer. En la nueva directiva el expresidente Diego García ocupó la responsabilidad de secretario.
José Huertas, presidente del equipo en el período 2003-2011, asegura que en ocho años la dirección gastó para mantener al club lo equivalente a un décimo de la Lotería de Navidad. En 2002 el premio equivalente a un décimo fue de 200.000 euros. Huertas afirma que no quiere entrar en debate sobre la gestión económica del Vélez Rubio, porque “las cosas se gestionan cada uno a su manera”. El expresidente asegura que cuando se fue el equipo sénior seguía existiendo y no emite juicios sobre las causas que han llevado a la siguiente directiva a no renovarlo. Huertas sostiene que “lo que duele” es que hace años no se puede restituir a los jóvenes de la localidad la posibilidad de jugar en mejores categorías.
El 22 de diciembre de 2002 Fernando García jugó uno de los primeros partidos con el equipo, que siempre estuvo en categorías locales. A él, que tenía entonces 22 años y como todos sus compañeros cobraba del club solo un sueldo simbólico, el décimo que le tocó a medias con un amigo le vino estupendamente. Tuvo la posibilidad de quedarse a jugar en el Vélez Rubio, pero prefirió dejarlo porque no le convenció cómo se empezó a gestionar el equipo tras el Gordo. García cuenta que en las siguientes temporadas se ficharon jugadores que procedían de otras localidades y cobraban “demasiado”; a algunos incluso se les pagaba el alquiler. El exjugador cree que en aquellos años se generaron “falsas expectativas y una mala gestión”.
En 2011 el Vélez Rubio Club de Fútbol decidió no apuntar a la liga regional andaluza a su equipo sénior. El club mantuvo a los equipos de tres divisiones: Infantiles, Cadetes y Juveniles (jóvenes de 13 a 19 años). El Ayuntamiento de la localidad almeriense se encargó de la gestión de las categorías inferiores. La cuota de inscripción individual a esta escuela de fútbol es actualmente de 120 euros por ocho meses.
El tesorero de la Fundación Vélez Rubio FC, Domingo Crisol, en este cargo desde 2011, afirma que la entidad intervino para arreglar deudas acumuladas a lo largo de los años, pero que no se debían a las campañas de fichajes sino a costes de gestión, como la renovación del antiguo terreno de juego en un campo sintético, que costó 450.000 euros. El tesorero añade que esos gastos fueron aprobados por la Junta de Andalucía.
A la crítica del actual presidente, Pío Iglesias, quien asegura que desde hace años el club no recibe la cuota de intereses anuales prevista en los estatutos de la Fundación, Crisol contesta que esa cuota sirve para pagar las deudas pendientes y que los intereses generados por el capital de la entidad son casi nulos. Según él, el periodo con José Huertas al frente fue una época en la que la gente “disfrutó mucho con un equipo muy importante”. Durante su mandato el equipo ascendió a la Primera División Andaluza.
El que fue presidente del Vélez Rubio está convencido de que la localidad almeriense no está ubicada en una zona que facilita la difusión del deporte. Huertas cree que la mayoría de los jóvenes se marchan pronto hacia las capitales para estudiar o trabajar y pocos se quedan en el norte de la provincia. El tesorero de la fundación comparte este análisis: “los jóvenes ya no son como antes”, comenta. La Real Federación Española de Fútbol niega que en esa área se haya reducido en los últimos años el número de equipos y jugadores que se apuntan a las ligas locales. El Ayuntamiento de Vélez Rubio prefiere no comentar públicamente los temas relacionados con el fútbol en la localidad.
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