Mitos y supersticiones en la Lotería de Navidad

Natalia Cacho, de 29 años, acude a una administración de la calle Bailén de Madrid con una misión: hacerse con un décimo que contenga el número 24. Su marido la ha llamado y le ha indicado que apueste por esta cifra, que le ha aparecido, como una premonición, sobreimpresionada en la pantalla del móvil. “Suena absurdo, pero para él es importante”, reconoce entre risas. Cacho, de vacaciones en la capital durante el puente de diciembre, dice no creer en la suerte de los números y, sin embargo, participará en el sorteo de Navidad con el 18.075 como cada año desde que alcanzó la mayoría de edad.

Más información

¿Por qué los jóvenes juegan menos a la Lotería de Navidad?

Al perro de la lotería ya le tocó la lotería

Resuelve el desafío matemático

“Seguimos confiando en supersticiones que influyen en el décimo que elegimos”, explica Claudia Giommarini, responsable de comunicación de Ventura24, una empresa especializada en la venta de lotería por Internet. El estudio anual de la compañía, elaborado a partir de tendencias de compra en 2016 y 500 entrevistas a apostantes, revela que más de la mitad de los españoles acuden al sorteo más esperado del año con sus números predilectos, cifras bonitas y fechas significativas o efemérides.

“¿Mi número de la suerte? El 65.862”, comenta sin asomo de duda Paco Catana, vecino de 55 años del madrileño barrio de San Blas. Catana persigue la fortuna en la Lotería de Navidad con el mismo décimo que vende desde hace más dos décadas una administración cercana a su hogar. Aunque nunca ganó un premio, le parece demasiado arriesgado cambiar su apuesta: “Imagina que este año toca y yo no lo tengo”, bromea.

“Me gustaría haber comprado el 155”, lamenta Enrique Morán, de 37 años, que no podrá hacerse con el décimo que hace referencia al artículo de la Constitución que se aplicó en Cataluña el pasado mes de octubre, agotado en todo el país. Según el estudio elaborado por Ventura24, otras combinaciones que se han buscado en 2017 son el 70.717, por el estreno de la última temporada de la serie Juego de Tronos, o el 30.717, el día en la que el Real Madrid ganó la última edición de la Champions League.

Puestos a elegir cifras, algunos apostantes solo se preocupan por las dos últimas. Paolo Strada, camarero del bar San Bruno de la calle Toledo de Madrid, siempre busca un boleto acabado en 82. “Es el número de mi casa. Hace diez años que vivo allí y también diez años que juego con él”, afirma. Como Strada, las hermanas Díez, Carmen y Ana María, buscan un décimo que termine en 56, el año de nacimiento de su madre, a la espera de avanzar posiciones en una larga cola de una céntrica administración de la capital.

Por su parte, Giommarini comenta que el 13 y el 17 son algunas de las terminaciones más demandadas por los usuarios de Ventura24. Desde su primera edición que se celebró en 1812, el cinco es la terminación que más veces se ha repetido.

Más allá de los números, existen otras supersticiones alrededor del Gordo de Navidad. Entre frotar el décimo en la barriga de una embarazada, no ver el número al que se apuesta o llevar una moneda de oro o una llave de hierro en el bolsillo, Natalia Cacho, que en unos días regresa a Vigo, prefiere lo primero: “Hace unos años una chica de mi trabajo esperaba un bebé y todas las compañeras le pasamos el número por la barriga”, recuerda.