Las toallitas húmedas infestan la costa de Ibiza
El tapón que producen estos desechables en la estación de bombeo de Caló de s’Oli, en el municipio de Sant Josep, ha provocado que los residuos terminen en el mar
La pesadilla de las toallitas húmedas ha alcanzado las costas de Ibiza. La enorme cantidad de estos desechables arrojada a los inodoros en la zona de Cala de Bou, en el municipio de Sant Josep, ha generado atascos en la estación de bombeo de Caló de s’Oli. El tapón que se ha generado ha obstruido el desagüe y ha provocado que los excrementos y miles de toallitas húmedas terminen en el mar y en las rocas de la costa. El Gobierno Balear ha manifestado su impotencia para gestionar este problema y advierte que la única solución es no tirar las toallitas por el váter.
La costa apareció repleta de toallitas el miércoles por la mañana, repartidas por una superficie de entre 200 y 300 metros. Ángel Luis Guerrero, concejal de Obras y Agua y primer teniente de alcalde del municipio, explicó al Diario de Ibiza que, pese a que no se produce con mucha frecuencia un desastre como este, no es la primera vez que sucede. Un vecino de la zona corroboró al periódico local que estos desperdicios se ven cada vez con mayor frecuencia.
La estación de bombeo de Caló de s’Oli, gestionada por Abaqua, envía a la depuradora de Sant Antoni las aguas fecales. Cuando una de las dos bombas con las que cuenta se atasca, falla el bombeo, se llena el desagüe y la suciedad termina en el mar y en las rocas de la costa. El problema no es la falta de bombas, sino el simple hecho de que las toallitas no se degradan con el agua.
Los trabajadores de limpieza de Sant Josep son quienes se encargaron esta vez de retirar las toallitas de las rocas, servicio que normalmente cumplen los operarios de Abaqua. Guerrero espera que la zona esté completamente limpia en pocos días.
Las toallitas húmedas se han convertido en un grave problema para las redes de saneamiento de la isla. Hace cinco años, la empresa Aqualia había denunciado que eran la causa principal de los problemas en las estaciones de bombeo de las aguas residuales. La empresa ha seguido realizando llamamientos a los ciudadanos para que no tiren al váter estos residuos, ni compresas, gasas, preservativos o bastoncillos de los oídos, ya que las fibras y tejidos con los que están fabricados provocan que se atoren en las tuberías. La única solución para Guerrero sería que la gente dejara de arrojarlas, ya que no son biodegradables.
Ibiza no es el único lugar afectado por esta problema. En octubre, la principal conducción de aguas residuales de Valencia se vio obstruida por un tapón de un kilómetro de longitud y más de 1.000 toneladas de peso. Un mes antes, una enorme bola con un volumen de 75 metros cúbicos y de 100 metros de largo obturó uno de los tres grandes colectores que transportan las aguas residuales a San Sebastián.
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