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Celdas en dos módulos de ‘respeto’ y otro tranquilo para Oriol Junqueras y los exconsellers

Interior evita que los exmiembros del Govern coincidan en la cárcel de Estremera con el otro preso mediático, Luis Pineda, presidente de Ausbanc

Entrada de la cárcel de Estremera.Foto: atlas | Vídeo: EFE | ATLAS
Óscar López-Fonseca

En la misma cárcel, pero en distintos módulos. La dirección del Centro Penitenciario de Madrid VII, en la localidad madrileña de Estremera, distribuyó este viernes a los seis antiguos miembros varones del Gobierno de Carles Puigdemont que permanecen en prisión en tres módulos de vida ordinaria, todos ellos considerados como “tranquilos”, según confirmaron a EL PAÍS fuentes penitenciarias. Poco antes de la hora de la cena, todos fueron sacados del módulo de ingresos donde habían pasado su primera noche y fueron enviados a módulos de vida ordinaria. El exvicepresidente Oriol Junqueras y el exconseller Carles Mundó, al número 7. Jordi Turull y Josep Rull, al 4. Y Joaquín Forn y Raúl Romeva, al 3. De este modo, no coincidirán con el otro recluso mediático del centro, Luis Pineda, presidente de Ausbanc, quien está en el módulo 11.

En todos los casos, los seis políticos han sido situados en celdas cercanas al puesto de control de cada uno de los módulos, para facilitar la labor de vigilancia de los funcionarios prisiones, según han detallado las mismas fuentes. El módulo número 3 de la prisión de Estremera, donde estarán Romeva y Forn, no será la primera vez que acoja a un recluso célebre. En él estuvo recluido durante cerca de tres años, Francisco Granados, el presunto cabecilla de la trama Púnica. En fuentes penitenciarias se considera a este módulo como “poco conflictivo” ya que en él se alojan presos denominados “primarios” por ser la primera vez que han ingresado entre rejas.

Más tranquilos son aún los otros dos elegidos por Interior para mantener a los otros cuatro exmiembros del Govern. Se trata de los números 4 y 7, considerados ambos como “de respeto”. Sus celdas son ocupadas mayoritariamente por presos penados de edad elevada o por otros que tienen destinos de trabajo en la propia cárcel como la biblioteca y la cocina. En ellos, el régimen de vida es más amable, pero se obliga a los presos a cumplir a rajatabla unas estrictas normas de conducta y a compartir las tareas de limpieza. Si hay algún problema, una comisión de convivencia hace labores de mediación para tratar de solventarlo. En un módulo similar se encuentran sus dos compañeras recluidas en la prisión de Alcalá de Henares, Dolors Bassa y Meritxell Borrás.

A partir de ahora Junqueras y los exconsellers harán la vida ordinaria de prisión de cuyas características ya se les informó al poco de ingresar en la noche del pasado jueves a través de un folleto elaborado por Interior. En el mismo se les explicó cómo y cuándo podrán comunicar con "familiares acreditados y amigos previamente autorizados" en los locutorios del centro durante "20 minutos, acumulables en una sola de 40 durante el fin de semana". También de su derecho a "comunicaciones familiares" al menos una vez al mes con una duración de "entre una y tres horas".

 Además, el folleto detallaba que podrán hacer un máximo de diez llamadas telefónicas semanales de cinco minutos cada una a números previamente autorizados por Prisiones. Eso sí, también deberán pagarlas. En lo que no tendrán límites es en el envío y recepción de cartas, tanto con personas en el exterior como con internos de otros centros. Respecto a los paquetes, Interior admite que los reclusos reciban dos al mes.

Sobre las celdas, se comunicó a Junqueras y los exconsellers, como a cualquier preso recién ingresado, que les “facilitarán los productos necesarios para la limpieza, higiene y aseo, así como ropa de uso personal y de cama". No obstante, también se les indicó que "podrán tener su propia ropa". Además, se les recordó que dentro de las prisiones hay zonas de uso común como "patios al aire libre, zonas deportivas, escuelas, bibliotecas, talleres, el comedor o la sala de estar [...] donde el espacio se comparte" con los otros reclusos. Eso sí, todo ello bajo un estricto horario "para hacer posible la convivencia”. Lo que no podrán utilizar será la piscina con la que cuenta el centro, ya que desde hace tiempo están en fuera de servicio.

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Junto a ello, Prisiones "sugiere" en este folleto a los reclusos que "mantengan una conducta correcta" para poder acceder a beneficios penitenciarios. Por ello, les recuerda que está sancionado consumir alcohol y drogas, maltratar a otros presos, despreciarlos por cuestiones de raza o condición sexual, "divulgar noticias o datos falsos que afecten a la seguridad del centro", faltar el respeto a los funcionarios de prisiones, "organizar o participar en desórdenes violentos" e "intentar o consumar la fuga", entre todos. Todas estas actuaciones son castigadas con sanciones que van desde la amonestación y la prohibición a salir al patio hasta el aislamiento en su celda hasta 14 días.

El folleto que se les entregó concluye con un apartado dedicado a las "prestaciones y servicios penitenciarios" en los que se explica la existencia del economato y cómo comprar en él a través de tarjeta magnética individual que se recarga con los fondos aportados por familiares a la llamada cuenta de peculio, ya que está prohibido tener dinero en efectivo. O que pueden usar la lavandería y peluquería "de manera gratuita", así como la disponibilidad de "un servicio de salud" general, aunque el preso puede ser atendido por un médico particular siempre que el centro lo autorice y el recluso lo pague.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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