El discurso más relevante de Felipe VI
Desigual aceptación del discurso del Rey: unos lo alaban sin fisuras y otros echan en falta una apelación al diálogo
“Impecable”. “Firme”. “Contundente”. “Oportuno”. Representantes de la sociedad civil, de los empresarios y de los sindicatos apoyaron ayer el discurso televisado con el que Felipe VI reclamó la restauración del orden constitucional en Cataluña. La excepcional decisión del Monarca —cuyo padre, Juan Carlos I, solo empleó el mismo formato tras el 23-F, la muerte de Adolfo Suárez, el atentado del 11-M y su propia abdicación— subrayó que España vive un momento crítico por la “deslealtad inadmisible” del Govern. El discurso diagnosticó la fractura de la sociedad catalana y prometió amparo a los no independentistas — “no están solos ni lo estarán”— sin incluir una llamada al diálogo. Una ausencia en la que repararon ayer asociaciones, sindicatos y ciudadanos.
“Respaldamos el discurso y compartimos su defensa de la democracia en España y el deseo de respeto a la Ley”, dijo Juan Rosell, presidente de la CEOE. “Un respeto a la ley sin el cual, como dijo el Rey, no hay convivencia democrática posible en paz y libertad”.
“La Corona y la Monarquía constitucional ha actuado cuando tenían que hacerlo, el Rey ha llamado al orden, poniendo sentido común y ejerciendo su responsabilidad, que es asegurar el orden constitucional”, coincidió Antonio Garamendi, presidente de Cepyme. “Fue un ejemplo de cómo plantear el tema. En España cabemos todos”, añadió.
“Fue un discurso serio y claro ante la gravedad de los hechos, además dando un toque de atención sobre la necesidad de revertir la situación y recuperar el orden constitucional, significando que no hay nadie por encima de la ley”, opinó Yolanda Besteiro, de la Federación de mujeres progresistas, que subrayó: “Entendí un mandato al Ejecutivo para revertir la situación”.
“Total respaldo e identificación con el discurso”, resumió Eduardo Dizy, presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, que representa a dos millones de españoles residentes en el extranjero.
“El discurso fue impecable, firme y clarísimo, un discurso muy sereno para todos los españoles y en particular para lo que residen en Cataluña”, apuntó Pedro Barato, de Asaja, único sindicato que no aludió a la falta de una oferta de diálogo en la intervención del Monarca.
De hecho, hubo agentes sociales y ciudadanos que echaron de menos una referencia a los heridos por las cargas policiales del 1 de octubre. También quienes hubieran querido escuchar de Felipe VI posibles soluciones al conflicto territorial. E incluso hubo voces que le pidieron "más empatía" hacia lo que estaban sufriendo los catalanes.
“Nos preocupa el mensaje del Rey”, señaló Unai Sordo, secretario general del sindicato CCOO. “Siendo comprensible que en su condición de Jefe del Estado se dirija al país para garantizar el cumplimiento del orden constitucional y del sistema democrático, no se detuvo unos segundos en reflexionar sobre la respuesta de una parte estimable de la ciudadanía de Catalunya, que exigiría, a juicio de CCOO, una sostenida iniciativa para abrir un espacio de diálogo institucional y político, capaz de reconducir la fuerte tensión social que vive Cataluña”.
“ Seguramente hablar de diálogo hubiera estado bien”, coincidió Pepe Álvarez, de UGT; “y también recordar que dos millones de ciudadanos y ciudadanas en este referéndum del domingo también son ciudadanos”. “Hay que construir Cataluña y su futuro teniendo en cuenta a todos”, añadió.
“No ha habido ni una sola palabra sobre las medidas represivas, que han violado los derechos democráticos más básicos”, se quejó Ana García, del sindicato de estudiantes, que calificó de “surrealista” la intervención de Felipe VI.
Más de 12 millones de espectadores
El mensaje institucional del Rey fue seguido por 12.421.000 de espectadores, según datos de Barlovento Comunicación extraídos de Kantar Media. En Cataluña tuvo una audiencia excepcional: 918.000 personas lo vieron a través de TV3. Sin que sus opiniones tengan valor demoscópico, los ciudadanos preguntados por este diario en Cataluña y Madrid también reflejaron la división entre los que agradecieron la contundencia en la defensa del orden constitucional y los que echaron en falta una propuesta para solucionar el desafío independentista.
“El Rey ha transmitido firmeza, era lo que necesitaban escuchar los españoles y sobre todo los catalanes que no quieren la independencia”, se felicitó el ingeniero Luis López, de 37 años. “Le tocaba ser contundente y lo fue”.
“Esperaba que el Rey defendiera la legalidad pero he echado en falta una actitud más dialogante”, opinó María Santos, funcionaria de 45 años. “Quizás estuvo demasiado duro”, siguió. “No hubieran estado de más algún gesto de acercamiento, no a los políticos que quieren la independencia pero sí hacia los ciudadanos que el domingo fueron a votar. ¿O los dan por perdidos?”.
En las calles de Cataluña hubo reflexiones similares. “Eché en falta una llamada al diálogo”, resumió en Pineda de Mar (Cataluña), Francesc, un independentista de 61 años. “La máxima representación del Estado, que se otorga el rol de equilibrio entre todos los pueblos, se puso de manera clara a dar apoyo al gobierno de España”, añadió. “También echo en falta una mención a los heridos y una condena de las cargas”.
“El Rey habló desde el desconocimiento de lo que estamos pasando en Cataluña los que vivimos aquí”, discrepó su vecina Pepi, de 63 años. “Nos han dejado solos a los que no queremos la independencia”, aseguró. “Eché en falta más referencias a Cataluña. No ha pensado en el sentir de todos los catalanes. No es solo decir que no es legal”.
“Dio la sensación de que no es el Rey de todos”, opinó Montse Conejo, presidenta de Federación de asociaciones de padres y madres de alumnos de Cataluña. “Tenía que haber intentado mediar un poco, buscar soluciones”, siguió. “Es el tener empatía lo que es importante. Hubo gente que sufrió mucho, y nadie se lo merece”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.