El embajador norcoreano acusa a España de expulsarle a instancias de Trump
La Embajada en Madrid abrió en 2013 como vía de atraer turistas y divisas
El embajador que abrió la legación de Corea del Norte ante el Reino de España, Kim Hyok-chol, ha dedicado la que posiblemente sea su última comparecencia ante la prensa antes de abandonar el país a criticar al Gobierno por decretar su expulsión. Kim ha acusado al Gabinete de sumisión y de “echar leña al fuego rendido a la locura de Estados Unidos”; ha enmarcado la decisión gubernamental, no en las cada vez más frecuentes pruebas nucleares y balísticas del régimen al que representa y las consiguientes sanciones, sino en los preparativos de la visita que el presidente Mariano Rajoy hará a su homólogo estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca este martes.
“España tiene el honor de haberse rendido a la coacción de Estados Unidos más que nadie en Europa” por haberle declarado persona non grata y haber ordenado que salga antes del 30 de septiembre, ha dicho Kim, que ha comparecido en el chalé de una urbanización de Madrid que alberga la embajada. España tomó estas medidas en represalia tras la sexta prueba nuclear norcoreana, el 4 de septiembre.
El diplomático norcoreano ha asegurado que las autoridades españolas, pese a sus críticas hacia el programa nuclear, le dijeron que “no estarían al frente” de una ofensiva diplomática contra su país. Ha añadido que está posición “empezó a cambiar bruscamente” cuando el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, se reunió en Washington con el secretario de Estado, Rex Tillerson, a finales de junio para preparar la visita a Trump, al que ha llamado "el hombre del Twitter". Ha acusado a Washington “de forzar coercitiva y arbitrariamente a otros países a reducir y a romper sus relaciones con la república”.
La última prueba nuclear ordenada por Kim Jong-un ha derivado en la expulsión de sus embajadores en España, Kuwait, México y Perú. Varios países más como Egipto, Filipinas y Uganda, han rebajado sus relaciones diplomáticas, según un recuento de Reuters.
La apertura de la embajada en Madrid fue parte de la ofensiva diplomática emprendida por Kim Jon-un tras su llegada al poder, en 2011. La capital española fue elegida en buena medida porque alberga también la sede mundial de la Organización Internacional del Turismo. Los turistas son, junto a las remesas de los trabajadores norcoreanos en el exterior, una de las fuentes de las ansiadas divisas.
Kim no se ha referido a las palabras de su ministro de Exteriores, Ri Yong-un, que ha advertido en Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de la ONU, que Pyongyang se considera legitimado para abatir bombarderos estadounidenses que se acerquen a su país porque, sostiene, Trump le ha declarado la guerra. Pero sí ha reiterado que el régimen estalinista se defenderá “con su propia fuerza, basándose en la poderosa fuerza disuasiva nuclear”. El régimen norcoreano suele poner los ejemplos Sadam Husein y Muamar el Gadafi, que fueron derrocados tras renunciar a sus armas químicas, para negarse a abandonar la bomba atómica.
El líder supremo, que estudió en Suiza, no ha realizado ninguna visita al extranjero desde que encabeza el régimen, ni siquiera a su más estrecho aliado, China, con el que la relación ha empeorado en los últimos años. Pyongyang tiene relaciones con 160 países y embajadas en medio centenar de ellos, según el Ministerio surcoreano de la Unificación citado por Reuters. Las de Pekín y Moscú son las principales pero también tiene en Londres, Berlín, Roma y Estocolmo.
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