No habrá eje soberanista vasco-catalán

Mariano Rajoy no ha contado con el PNV para la estrategia común contra el desafío independentista catalán. No lo ha hecho para ahorrarse su incomodidad y la del PNV. Los peneuvistas coinciden con el PSOE en enfatizar que la solución a la crisis catalana pasa por el diálogo. Pero, a diferencia del PSOE, no están por el recurso a las medidas judiciales contra el secesionismo. Es una consecuencia de la incomodidad con la que el PNV afronta el proceso secesionista catalán al contar en Euskadi con el aliento entusiasta de Bildu, los sindicatos ELA y LAB y una parte de las bases peneuvistas. Esta marea independentista ha convocado una manifestación de apoyo al secesionismo catalán el viernes 16, en Bilbao. Bildu se ha subido a la ola secesionista catalana y presiona al PNV para que rompa sus relaciones con el PSE en el Gobierno vasco, con el PP en Madrid y apueste por una vía soberanista unilateral a la catalana.

El lehendakari Urkullu sigue insistiendo en que el Gobierno vasco tiene su propia vía, el diálogo bilateral con el Ejecutivo central y la consecución de un nuevo Estatuto, pactado entre diferentes dentro de la legalidad. Urkullu ha marcado reiteradamente sus distancias con el secesionismo catalán por saltarse la legalidad, desafiar a la UE y perder sus antes homólogos nacionalistas —CiU— su liderazgo político en favor de plataformas como la ANC y verse condicionados por un partido como la CUP. Sin duda le recuerda los tiempos aciagos para el PNV en que el lehendakari Ibarretxe dependía de Batasuna. De hecho, este viernes, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, denunciaba que los procedimientos arbitrados en el Parlament para aprobar estas leyes —las secesionistas— “no son precisamente modélicos”.

Erkoreka también arremetió contra el Gobierno de Rajoy por utilizar instrumentos judiciales y no el diálogo político en un juego de equilibrios que cuenta con el reproche de “equidistancia” en la mayoría de España y de reconocimiento de “centralidad” en una mayoría del País Vasco. Pero la cuestión de fondo es que el PNV mantiene su apuesta por negociar con el Gobierno los Presupuestos de 2018 a corto plazo y reformar el Estatuto vasco por procedimientos legales a largo. No está por generar un eje soberanista vasco-catalán. Sabe que la sociedad vasca está harta de aventuras.