¿Ocupa España la posición que merece en la clasificación de universidades?
Los datos se pueden leer de dos maneras: hay 11 instituciones españolas entre las 500 mejores del mundo, pero ninguna entre las 200 punteras. Desde 2015, además, España ha perdido posiciones
El ranking de Shanghái es la clasificación más conocida de universidades de todo el mundo. En su última edición, la posición de España se podía leer de dos maneras, una optimista y otra crítica. España lo hace bien en el top 500, pero no tiene ninguna universidad entre las 200 mejores. Estos datos ayudan a entender esa realidad.
El primer gráfico muestra la clasificación por países. EE UU es el líder indiscutible: es el país con más universidades entre las 100 mejores (48) y también entre las 500 mejores (135). Reino Unido es segundo o tercero en todos los rankings. Pero a partir de ahí aparecen las diferencias. China es el segundo país con más centros en el top 500, pero en el top 100 le superan 11 países. El caso contrario es la pequeña Suiza: tiene menos universidades que España en el top 500, pero coloca cinco entre las 100 mejores el mundo.
1. España es un caso dual: tiene muchas universidades buenas, pero ninguna excepcional. Su caso se puede interpretar de dos maneras, porque lo hace bien en el top 500 y mal en el top 200. Ocupa una meritoria posición 12 en el top 500 —con 11 universidades—, pero se desploma en los rankings elitistas: en el top 200 le superan 25 países. Esa diferencia es anormal y solo Corea e Italia se comportan parecido, pero el caso de España es más extremo.
España tiene muchas universidades de nivel medio, pero ninguna excelente. Para los defensores del modelo esto es una ventaja: la calidad está repartida y se evitan desigualdades entre territorios —todos los jóvenes tienen cerca una universidad tan buena como cualquiera—. Señalan también que España canaliza parte de su investigación a través de Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), una agencia estatal que no existe en otros países. Pero los críticos ven las cosas de otra manera: para ellos los datos reflejan la falta de excelencia en las universidades españolas. Para encontrar una universidad realmente de élite, dicen, hay que salir al extranjero. Existe un dilema entre calidad y distribución territorial, y la universidad española ha privilegiado lo segundo.
2. España ocupa una posición normal en relación a su riqueza. Otra cosa evidente del listado es que los más ricos aparecen arriba en la tabla. España está más o menos donde uno esperaría. El gráfico siguiente representa la relación entre universidades excelentes y dos métricas económicas: el PIB por habitante y la inversión en I+D. (Nota: Para expresar los rankings con una sola cifra he usado un sistema de puntos: cinco para las universidades del top 100, cuatro para las del top 100-200… y así hasta un punto para las universidades del top 400-500).
Los datos son elocuentes: todos los países con mejores universidades que España tienen más renta e invierten más en I+D, excepto Italia, China e Israel. Italia invierte algo menos en investigación y China e Israel tiene una renta inferior. Con otros países ocurre al revés, España tiene universidades de nivel parecido —según esta métrica compuesta— a las de Austria, Dinamarca, Finlandia o Noruega. A estos países les penaliza su tamaño: es más difícil tener muchas universidades entre las mejores del mundo siendo un país pequeño. Es la misma ventaja que tenía China sobre Suiza, por ejemplo.
3. No obstante, España quizás sí debería tener una universidad en el top 200. Eso sugiere al menos su PIB per cápita. Solo hay dos países con más riqueza por habitante que España y fuera del top 200, Nueva Zelanda e Islandia, y los dos son países con menos población. Además hay cinco países más pobres que sí tienen universidades entre las 200 mejores —Rusia, Brasil, China, Israel y Portugal—, y otros dos —Corea e Italia—, con una renta per cápita casi idéntica a la española. ¿Por qué España no tiene universidades entre las 200 mejores? Un motivo es el modelo dual del que hablé antes. Otro es la crisis.
4. España ha empeorado en el 'ranking' de Shanghái. Este es el segundo año consecutivo con peores resultados para las universidades españolas. En 2015 había 13 instituciones españolas en el top 500 y ahora hay 11. En estos dos años, España ha perdido una universidad del top 200, una del top 300 y dos del top 500.
Este retroceso viene después a los recortes. Con la crisis no solo se redujo el PIB español, también cayó la financiación. Según Eurostat, entre 2007 y 2015 el porcentaje del gasto público dedicado a Investigación y desarrollo pasó del 1,9% al 1,3%. La caída de España en el ranking de Shanghái parece una consecuencia de eso: “Los efectos de la crisis económica y de los recortes en educación han sido evidentes”, decía Joan Elias, rector de la Universidad de Barcelona.
Hay que recordar que en el ranking de Shanghái lo que importa es la producción científica. No se valoran otros aspectos como la empleabilidad, el prestigio o la satisfacción de los antiguos estudiantes. El 60% de la puntuación de cada universidad viene de sus publicaciones científicas y otro 30% de contar con profesores o ex alumnos ganadores del Nobel. Además, el ranking privilegia las universidades grandes: se valora la producción total y solo se reserva un 10% de la nota para premiar a las instituciones productivas en relación a su tamaño.
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