La plantilla de examinadores de tráfico se ha reducido un 15% con el PP

Nerea se ha librado de un "buen lío", según cuenta ella misma, sentada en la cafetería del centro de exámenes de la DGT de Móstoles (Madrid). Apenas faltan unos minutos para que esta empleada de una agencia de comunicación, de 31 años, empiece la prueba práctica para conseguir el carné de conducir tras varios meses de clases. "Pero, hasta esta misma mañana, no sabía si iba a poder hacerla", explica, después de saber que es uno de los tres únicos alumnos de su autoescuela —de los veinte convocados— que tendrán la posibilidad de sacarse la licencia este miércoles. Son los efectos de la huelga de examinadores de Tráfico, que ha sumado tres jornadas consecutivas de paros esta semana y que los trabajadores retomarán el próximo lunes.

Los funcionarios reclaman el reconocimiento de un complemento salarial que ya pactaron con la Administración en 2015, tras seis semanas de movilizaciones que se tradujeron entonces en más de 60.000 pruebas suspendidas. "Pero nos engañaron. Dos años después, no han cumplido su palabra", subraya la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra), el colectivo que ha impulsado la huelga y que ha contado con un respaldo del 80% de la plantilla, según los datos de los sindicatos. Un porcentaje que, aunque la DGT lo redujo al 70% la pasada semana, vuelve a evidenciar el malestar de un sector que arrastra un largo historial de conflictos. Y que no se limita solo a las reivindicaciones laborales.

Tráfico cuenta actualmente con 128 examinadores menos que en 2011, según las cifras del Gobierno. Algunas provincias, como Santa Cruz de Tenerife y Cádiz, han perdido hasta el 30% de sus plantillas. "Calculamos que hacen falta, al menos, 230 funcionarios más para cubrir la demanda", resalta José Miguel Báez, presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE). A tal nivel llega el problema que el Ejecutivo ha creado la figura del "examinador itinerante": "Se desplaza 11 meses al año a las Jefaturas donde hay más escasez".

"El colapso en las pruebas de conducir es otro ejemplo más de lo que sufren los ciudadanos por la nefasta gestión del PP. No es una excepción, es la regla", apunta el diputado socialista Miguel Ángel Heredia: "Pero no es el único sector en el que los funcionarios denuncian la falta de personal. Pasa lo mismo, por ejemplo, en las oficinas de expedición del DNI, donde se dan citas a dos o tres meses vista". Según consta en la respuesta parlamentaria del Ejecutivo, los alumnos adscritos a diez Jefaturas de Tráfico deben esperar 20 días o más para poder presentarse al práctico. En otras 34, el tiempo de espera no alcanza las diez jornadas.

"Este año habrá 70 jubilaciones"

El propio director general de la DGT, Gregorio Serrano, admitió este año en el Congreso que existe un "déficit" de examinadores y prometió que 24 nuevos se incorporarán a la plantilla en junio. "Eso sí, se le olvidó decir que este año habrá 70 jubilaciones. Por tanto, las dificultades seguirán creciendo", apostilla Báez, que insiste en que el Ejecutivo "no ha movido un dedo" para solucionar los problemas del sector.

Pero los populares se defienden. "No es un asunto de recortes ni de falta de plazas", aseguraba Francisco Molinero (PP) el pasado marzo en el Hemiciclo. "Es mucho más sencillo. Los propios empleados no quieren ocupar esas plazas. ¿Por qué? Primeramente, porque la retribución, como sabemos, a lo mejor no es la suficiente", sentenciaba el diputado. Una explicación que enlaza el déficit de examinadores con la huelga convocada actualmente por los sindicatos. "En 2015 se llegó a un acuerdo con los funcionarios para reconocerles el complemento salarial y, desde entonces, el Gobierno no ha hecho nada por cumplir. Así que entendemos la postura de los trabajadores", apunta el presidente de CNAE.

Nerea es la cuarta vez que se presenta al práctico. Junto a ella se sienta Ana, que trabaja en la autoescuela donde se ha preparado la treintañera: "Los alumnos viven en una incertidumbre absoluta. Hasta el mismo día de la prueba, cuando le comunican al director del centro quiénes van a poder examinarse, no saben si van a poder hacerlo. Y eso les supone problemas a muchos, porque se tienen que pedir un día libre en el trabajo".