Los Ruiz-Mateos achacan a la crisis económica los impagos en la compra de dos hoteles

Visto para sentencia el juicio que durante dos semanas se ha seguido en la Audiencia Provincial de Palma contra los seis hijos varones del empresario José María Ruiz-Mateos. Zoilo, Alfonso, José María, Pablo, Javier y Álvaro se han sentado en el banquillo acusados de delitos de estafa e insolvencia punible por el impago de parte de los 11,6 millones de euros en los que cerraron la compra de dos hoteles, uno en Mallorca y otro en Gran Canaria. La fiscalía pide 7,5 años de prisión para cada uno de ellos, así como multas de 121.500 euros e indemnizaciones en concepto de responsabilidad civil de casi 47 millones de euros.

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Durante la última sesión celebrada este martes, el abogado que ostenta la defensa de los seis hermanos ha culpado a la “crisis económica generalizada” de los impagos del fundador de Nueva Rumasa con los vendedores de los establecimientos, en una operación en la que sus seis hijos figuran como avalistas junto a varias empresas del grupo como Dhul y Clesa. El letrado José Manuel García-Gallardo ha recordado que durante varios meses el fundador de Nueva Rumasa cumplió con los pagos de medio millón de euros estipulados. Sin embargo, la crisis económica generalizada que arrancó en 2011 provocó “el inicio del incumplimiento de los pagos”.

La defensa de los hermanos ha argumentado que el hecho de que se pagaran varias mensualidades anula la tesis de que hubiera una intención precedente de engañar a los vendedores. “¿Qué postura tomó la parte compradora cuando ve el inminente incumplimiento de pago de más de medio millón de euros en abril de 2010? ¿Desparecer, no dar la cara, esconderse? Pone en marcha una iniciativa para tratar de renegociar, aplazar y conciliar la posibilidad de pagar” ha defendido.

El abogado también ha incidido en el papel de los hijos del empresario en la operación, sacando a relucir las declaraciones de varios testigos que durante el plenario han eximido a los seis vástagos del control de las empresas de Nueva Rumasa. Muchos de los comparecientes han incidido en que “a quien reportaban era al padre, de quien recibían órdenes era del padre, que celebraban reuniones periódicas con el padre sin la asistencia de los hijos” ha manifestado García-Gallardo, que atribuye todo el poder de decisión al empresario fallecido que depositaba “toda su confianza” en personas con las que llevaba años trabajando “y no en sus hijos”.

“La pertenencia a una familia, aunque sea la Ruiz-Mateos, no constituye un título de imputación jurídico-penal” ha mantenido el defensor de los acusados durante su informe, destacando que los seis descendientes se enfrentan a una “situación dramática” porque tras varios procesos en los tribunales se ha instalado “una convicción sobre su culpabilidad y falta de credibilidad”.

El periplo judicial de los seis hijos de Ruiz-Mateos en los tribunales de Baleares no ha finalizado, ya que están acusados de otra presunta estafa por la compra del hotel Eurocalas de Mallorca en una operación similar, en la que también pactaron aplazar el pago por adquirir el establecimiento a la familia Miralles. Por este caso, se enfrentan a una petición de la fiscalía de seis años de cárcel.