Como narcos por su playa
La Atunara, en la gaditana Línea de la Concepción, acumula décadas de desembarcos de hachís y tabaco
Ya lo advertía Óscar Lobato, veterano periodista del Diario de Cádiz y personaje de La Reina del Sur. "A veces, La Atunara parece Vietnam", afirmaba el reportero en un capítulo de la novela de Arturo Pérez Reverte, al referirse a este pedazo de la costa de La Línea de la Concepción, donde las persecuciones de narcos y los desembarcos de hachís conviven con las barcas de pescadores, los chiringuitos y los niños jugando junto al mar. Es ese cóctel del Estrecho que se conjuga en esta playa gaditana y que, desde hace más de cuarenta años, convierte escenas de película en imágenes cotidianas. Porque, aquí, pocos se extrañan ya de ver cómo una lancha huye a toda velocidad de un helicóptero de Vigilancia Aduanera a primera hora de la mañana —ocurrió, por ejemplo, hace solo dos semanas—.
O cómo un centenar de personas se enfrenta a pedradas contra los agentes de la Guardia Civil que tratan de cazar a un grupo de traficantes de droga —pasó hace dos meses—. En definitiva, es la herencia de un submundo que, en ocasiones, se deja ver; y que, según denuncian las asociaciones policales, se ha vuelto más violento en los últimos meses. "La estrategia de los narcos es inutilizar los vehículos de las Fuerzas de Seguridad para poder campar a sus anchas", subraya este jueves el Sindicato Unificado de Policía (SUP), después de que un todoterreno embistiese el martes a un coche patrulla que perseguía a otro automóvil sospechoso, que se había dado a la fuga y que los investigadores vinculan con el narcotráfico.
En La Línea operan más de 30 mafias organizadas que mueven más de 325 millones de euros al año, según los datos de la Policía Nacional y la Agencia Tributaria recogidos en el informe Estudio socio-económico del Impacto del Brexit en La Línea, elaborado por el Ayuntamiento. En este documento se detallan los cinco "condicionantes" que ha convertido al municipio en un "lugar estratégico" para el contrabando y el narcotráfico: su cercanía a Gibraltar, "con regímenes fiscales especiales en productos, como el tabaco"; su proximidad a Marruecos, de donde proviene la gran parte del hachís que se intercepta en España; una alta tasa de paro superior al 35%, con especial incidencia en los jóvenes y disparada desde el estallido de la burbuja inmobiliaria; un elevado porcentaje de la población con un nivel educativo bajo, en comparación con otros municipios del entorno; y una estructura urbanística donde los grandes núcleos de viviendas sociales viven a pie de playa.
Un desembarco de hachís en La Atunara, a plena luz del día, a la vista de los bañistas.
El barrio de La Atunara cumple con ellos. Desde hace años. Es el 7 de agosto de 1979. En plena madrugada, 800.000 pesetas de hachís se alijan en silencio en este punto de la costa gaditana. Un grupo de cuatro personas desembarca 48 kilos de cannabis adquirido en Gibraltar, cuando varios guardias civiles irrumpen; según consta en una de las primeras sentencias del archivo electrónico del Poder Judicial donde aparece este punto de la costa. Los narcos se dieron a la fuga. Pero los agentes capturaron a tres de ellos, que acabaron condenados a tres años de cárcel.
"El problema es de muchas moscas, como se llama a las planeadoras, que escapan y descargan en la playa de La Atunara", entonó el director del departamento de Aduanas en 1994, en una comparecencia en el Congreso: "La capacidad de respuesta en La Atunara es muy difícil. Primero habrá que quemar los cartuchos de las negociaciones a otro nivel con el país que alimenta ese centro de distribución de tabaco y de droga. Porque son niños, mujeres y jóvenes los que se dedican a eso". Hace más de 20 años de esas palabras.
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