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La caza frustrada del ‘Messi del hachís’

El líder de la mayor banda de narcotráfico del Estrecho logra huir durante la operación que ha acabado con parte de su organización

J. J. Gálvez
Los agentes, antes de irrumpir en una de las viviendas registradas.
Los agentes, antes de irrumpir en una de las viviendas registradas.EL PAÍS

Su caza estaba preparada. Los agentes tenían la vista puesta en uno de los bares que Abdellah El Haj, alias El Messi del hachís, controla junto a la algecireña playa de Getares. Apenas faltaban unas horas para que empezara aquí un espectáculo musical, cuando los investigadores detectaron la llegada del narco al local, donde se mezcla el sonido del flamenquito, el humo de la shisha (pipas de agua) y los acompasados movimientos de las bailarinas de danza del vientre. Puro cóctel del Estrecho. "Fue allí donde se le intentó arrestar", detallan fuentes cercanas a la operación, que explican cómo se irrumpió en el establecimiento hace un mes: "Cuando iban a detenerle, uno de sus escoltas atacó con un arma blanca a los policías. Hirió a dos y [El Haj] aprovechó para escapar". Y volvió a desvanecerse.

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Porque Messi consiguió regatear, de nuevo, a los agentes. Considerado el gran capo del hachís de España y líder de la principal organización de narcotráfico de esta zona del Mediterráneo, El Haj salió de su bar sin mirar atrás y se fugó a toda velocidad, montado en un vehículo que la banda había aparcado en un lugar estratégico por si necesitaban huir. Después, dejó el país. "Se comprobó que había cruzado a Marruecos", subrayan los investigadores, que han anunciado este jueves la detención de 19 miembros de su banda; la aprehensión de 13 toneladas de droga; y la intervención de tres pistolas, tres fusiles —un 43, un Cetme y un M-16—, una escopeta, ocho vehículos de alta gama y 20.000 euros en efectivo.

Esta nueva operación conjunta de la Guardia Civil y la Policía Nacional, que arrancó en 2016 y bautizada con el nombre de Babados, ha vuelto a evidenciar el poder y las amplias conexiones de El Haj. "Mueve mucho dinero: decenas de millones", recalcan fuentes policiales. En esta intervención, los agentes han bloqueado siete inmuebles en Algeciras y La Línea, valorados en 700.000 euros. "Además, tiene tentáculos por todos lados y en ambas orillas", añaden las mismas fuentes. De ellos tiró para huir a Marruecos. Lo hizo en una embarcación semirrígida, utilizada para el traslado del hachís a la Península. Una similar a la que, solo unos meses antes, había usado para volver a España, tras esconderse previamente en el país norteafricano al saber que la policía le seguía la pista. "Se mueve por El Estrecho como si fuera su casa", remachan fuentes policiales.

Parte del arsenal intervenido por los agentes.
Parte del arsenal intervenido por los agentes.

El Haj fue detenido ya en 2015, cuando se dio por desmantelada la organización que entonces dirigía. Pero ha tardado poco en rehacerse, tras salir de prisión provisional. De hecho, ha diseñado una banda que funciona con células independientes. "Para impedir que la desarticulación de una de ellas provocara la caída de todo el entramado", insisten los investigadores, que describen cómo cada uno de estos grupúsculos cuenta con sus propios pilotos de las neumáticas; sus alijadores (dedicados a la descarga de la droga al llegar las embarcaciones a la playa); sus encargados del transporte de la droga hasta las casas "guardería" (donde se almacena el estupefaciente); y otros miembros ocupados de la custodia del hachís y distribución al cliente.

Un sistema "perfectamente engranado"

La banda no deja hueco para la improvisación. Según explican los agentes, la organización funciona con un modus operandi "perfectamente engranado", que deben conocer todos los miembros de la red. Una vez que se cerraba la entrada de una nueva carga de droga, los cabecillas ordenaban que se mandara una flota de neumáticas hasta Marruecos. Allí permanecían un día y volvían cargadas inmediatamente hasta las playas del Campo de Gibraltar. "Desde allí, trasportaban el hachís a gran velocidad, en todoterrenos robados, hasta los almacenes donde se custodiaba y se distribuía. Durante el trayecto por carretera, los conductores no paraban nunca y no dudaban en darse a la fuga cuando los agentes le daban el alto", relatan los investigadores.

Todo un complejo entramado liderado por El Haj, apodado El Messi, afincado en Guadacorte (San Roque) y fanático del fútbol, que maneja un equipo de aficionados. "Antes se hacían llamar Pollo D. G., aunque le han cambiado el nombre ahora. Han jugado, incluso, contra el Algeciras. La mitad del equipo ha caído en esta operación", señalan fuentes policiales, que dibujan al capo como un influyente narco del submundo que esconde El Estrecho. Un tipo peligroso, investigado también por su supuesta relación con un asesinato en el barrio de El Saladillo. No dudaba, además, en supervisar las descargas en la costa. Y, durante un desembarco, la policía estuvo a punto de capturarlo, pero logró huir a bordo de una semirrígida. Igual que cuando, hace un mes, escapó de los agentes en su bar de Getares.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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